domingo, 2 de septiembre de 2012


     
Conflictos por el agua asoman en el horizonte


IPS_02-09-2012

Frente a la probable escasez de agua en las próximas décadas, la comunidad de inteligencia de Estados Unidos ya pronosticó un gris escenario futuro: conflictos étnicos, tensiones regionales, inestabilidad política e incluso matanzas.En los próximos 10 años, "muchos países importantes para Estados Unidos seguramente experimentarán problemas de agua, como escasez, mala calidad o inundaciones, que alimentarán riesgos de inestabilidad y de fracasos en (el funcionamiento de) los estados, incrementando las tensiones regionales", alertó la Evaluación Nacional de Inteligencia, publicada en marzo.

En julio, el presidente del Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos, Chris Kojm, predijo que, para 2030, cerca de la mitad de la población mundial (actualmente más de 7.000 millones de personas) vivirá en áreas con severos problemas de agua, incrementando la probabilidad de asesinatos en masa.

En tanto, el periódico estadounidense The New York Times citó a Timothy Snyder, profesor de historia en la Universidad de Yale, afirmando en un simposio que "el pánico ecológico llevará a matanzas en las próximas décadas".

Pero el director del Centro del Agua de la Universidad de Columbia, Upmanu Lall, fue más cauto. "No estoy seguro de que pueda pronosticar asesinatos masivos como resultado" de la falta de agua, dijo a IPS.

El experto señaló que no vaticinaba guerras o conflictos internacionales por recursos hídricos. "Pero sí creo que la competencia dentro de algunos de los países más grandes, como India, podría llevar a una lucha interna y al aumento del terrorismo y de los conflictos sectarios", indicó.

Sin embargo, "evitar este futuro es posible si trabajamos en ello hoy", añadió.

Este es uno de los temas analizados en la conferencia internacional celebrada en Estocolmo en el marco de la Semana Mundial del Agua, que concluirá este viernes 31.

Lall consideró realista la proyección de que, si todo sigue igual, casi la mitad de la población mundial vivirá en "fuerte tensión por el agua" para 2030. "Es un desafío urgente, en especial sin consideramos la posibilidad de grandes sequías, por ejemplo la de este año en Estados Unidos y en India".

Los impactos serán mucho severos y duraderos, alertó. Sin embargo, "si podemos traducir esta preocupación en acción, especialmente sobre cómo mejorar el uso del agua en la agricultura, (sector) que es por lejos el consumidor más ineficiente, entonces podemos evitar este desastre", sostuvo.

Por ahora hay conversaciones en esa dirección, pero no existen mandatos ni metas internacionales. "Es importante que esto sea asumido en los más altos niveles para evitar una considerable angustia en la población y en las economías del mundo", añadió Lall.

Gary White, jefe ejecutivo y cofundador de la organización Water.Org, sí cree que el acceso a los recursos hídricos podría ser motivo de conflictos en los próximos años.

"Esto será particularmente así en áreas presionadas por la falta de agua y en las que hay grandes concentraciones de población pobre", dijo a IPS.

"Sin embargo, también creo que la mayoría de los gobiernos a la postre actuarán y adoptarán las políticas, las regulaciones y los acuerdos transitorios correctos y necesarios para impedir grandes conflictos", sostuvo.

Advirtió que podrían desatarse casos de escasez aguda que tendrían como consecuencia grandes pérdidas humanas y económicas, pero dijo creer que "un conflicto declarado sería algo excepcional".

En general, las crisis regionales del agua se generan en forma relativamente lenta en comparación con la mayoría de los desastres naturales, y por tanto se pueden aprender las lecciones para evitar impactos similares en otros lugares, indicó.

"Pero esas crisis y conflictos tendrán un impacto mucho mayor en los pobres, porque las poblaciones más acomodadas siempre tienen opciones de desplegar tecnología para tratar los recursos hídricos locales (como la desalinización) o para trasladar el agua a través de sistemas de cañerías a lo largo de grandes distancias", afirmó.

"Siempre he dicho que el derecho básico debe ser que todos puedan pagar para obtener agua potable", dijo a IPS, en referencia a la decisión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en 2010 de declarar el agua y el saneamiento un derecho humano.

Hoy los pobres pagan más por el agua que los ricos, sea en dinero o en trabajo invertido para adquirirla. Tampoco los primeros tienen asegurada una calidad decente del recurso, lamentó.

"Aquí cuando digo pobres me refiero a los desfavorecidos económicamente en una sociedad particular, y también a las naciones que no son tan acomodadas", indicó.

A menos que se extiendan servicios a esas personas, estas sufrirán, alertó. Pero para hacerlo se necesitan inversiones para desarrollarlos y mantenerlos.

"Sí, todos deberían pagar un precio por el agua, pero de acuerdo con sus medios, y así fortalecerían su derecho a acceder a una oferta confiable y de calidad", sostuvo Lall.

Esa debería ser la gran meta, y no solo la declaración del agua como un derecho humano, afirmó.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=101475

miércoles, 29 de agosto de 2012


         
Comer o no comer: ¿quién decide?


Alainet_28-08-2012

Como serpiente que se muerde la cola, el sistema alimentario industrial –que es el principal causante del cambio climático global– se sacude por las pérdidas de cosechas debido a intensas sequías en Estados Unidos. En algunas partes, aunque hay cosecha, no se puede usar porque por falta de lluvia las plantas no procesan los fertilizantes sintéticos y se vuelven tóxicas para el consumo. Todo está relacionado al mismo sistema industrial: semillas uniformes, sin biodiversidad, con agrotóxicos y fertilizantes sintéticos, con alto uso de transportes, energía y petróleo –por tanto gran emisor de gases de efecto invernadero– y controlado por trasnacionales.

En el caso del maíz, la escasez se exacerba porque 40 por ciento de la producción en Estados Unidos se destina a etanol, es decir, a alimentar autos en lugar de gente.

Al ser Estados Unidos uno de los principales exportadores mundiales de maíz, soya y trigo, junto al hecho de que 80 por ciento de la distribución global de cereales está en manos de cuatro multinacionales que gestionan el abasto para obtener más lucros, la baja de producción en ese país tiene efecto dominó sobre el mercado global, donde los precios de los alimentos están disparados. Además de los granos, suben los precios de aves, puercos y res, ya que más de 40 por ciento de la producción de cereales del mundo se usa como forraje para cría industrial confinada de animales. Otro absurdo del mismo sistema agroindustrial, ya que sería mucho más eficiente usar los cereales para alimentación humana y consumir menos carne, o que la cría fuera en pequeña escala con forrajes diversificados. La cría industrial confinada y masiva de animales es el origen, además, de epidemias como la gripe porcina y aviar, que a su vez generan escasez y aumento de precios, como hemos visto recientemente en México con el aumento de precio de los huevos por un brote de gripe aviar.

Los que más sufren por los aumentos de precios son los más pobres, principalmente los urbanos, que usan 60 por ciento de sus ingresos en alimentos.

Por el contrario, la veintena de transnacionales que controlan el sistema alimentario agroindustrial (de Monsanto a Wal Mart, pasando por Cargill, ADM, Nestlé y algunas más), las que controlan las semillas y pies de cría, los agrotóxicos, la compra, distribución y almacenamiento de granos (también para biocombustibles), los procesadores de carnes, alimentos y bebidas, así como los supermercados, son los responsables de las crisis, pero se han blindado contra sus efectos –trasladando las pérdidas a los productores chicos, a los consumidores y al gasto público. Para ellas, el caos climático y la escasez no significan pérdidas, sino aumento de ganancias, como sucede con las semillas, agrotóxicos y fertilizantes que se vuelven a vender, o las empresas que almacenan cereales, los acaparan y especulan vendiéndolos más caros, o los productos en supermercados, cuyo precio aumenta mucho más que la proporción al inicio de la cadena.

El caso del maíz en México es ilustrativo. Pese a que los agricultores del norte del país afirman tener 2 millones de toneladas para vender, recientemente se importaron 1.5 millones de toneladas de Estados Unidos (transgénico), y por otra parte venderá 150 mil toneladas a El Salvador y otra partida a Venezuela. Anteriormente había comprado medio millón de toneladas a Sudáfrica. Absurdo para el clima, por los transportes innecesarios, y brutal contra la producción nacional. Cuestionado, el Secretario de Economía, Bruno Ferrari (anteriormente funcionario de Monsanto), se lavó las manos, alegando que es una decisión de empresas privadas.

El trasfondo, como explica Ana de Ita, del Centro de Estudios para el Campo Mexicano (Ceccam), es que en el contexto de las políticas para liberalizar la producción agrícola nacional que precedieron a la firma del TLCAN, se desmanteló la paraestatal Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo), que equilibraba el comercio interno de maíz, entregando el mercado interno a las trasnacionales: empresas como Cargill, ADM, Corn Products International, junto a grandes porcícolas, avícolas y de procesamiento industrial de tortillas. Éstas compran a quien les convenga, sea porque es más barato o por otras razones, como comprar a agricultores con los que tienen contratos de producción en Estados Unidos.

Ese tipo de empresas –y sus ex funcionarios en el gobierno, como Ferrari– son las que afirman que hay que importar maíz, porque la producción nacional no es suficiente. Sin embargo, México ha producido en los últimos años alrededor de 22 millones de toneladas anuales, y el consumo humano es de unos 11 millones. Se usan en derivados industriales otros 4 millones de toneladas, restando aún 7 millones. Pero las empresas importan 8-9 millones de toneladas anuales adicionales, porque se usan 16 millones de toneladas de maíz en la cría industrial masiva de aves y cerdos –también de grandes empresas.

Si la cría fuera descentralizada y con forrajes diversos se tendría suficiente producción, sin epidemias y sin maíz transgénico de trasnacionales, con muchas más fuentes de trabajo rural. La importación de maíz a México no es necesaria, es sencillamente un negocio entre trasnacionales, condonado y subsidiado por el gobierno.

Si las políticas públicas protegieran la producción agrícola y pecuaria diversa y de pequeña escala, con semillas propias y públicas nacionales, se diversificarían los riesgos –incluso climáticos– y tendríamos producción alimentaria suficiente, accesible y de mucho mejor calidad.


Silvia Ribeiro es investigadora del Grupo ETC.


www.etcgroup.org/es 

Fuente: http://alainet.org/active/57481

viernes, 24 de agosto de 2012


         
GNU/Linux del Estado venezolano
Canaima, un llamado desesperado


Aporrea_24-08-2012

Canaima GNU/Linux es el sistema operativo que el Estado venezolano, por decreto presidencial, debe usar en sus computadores y plataformas tecnológicas, en sustitución de productos comerciales de código cerrado, como el problemático e inseguro Microsoft Windows. Canaima se usa en 1,8 millones de Canaimitas y en miles de computadores de la Administración Pública.

Recientemente, tras las protestas de las comunidades de software libre por la compra, por parte de VIT y Cantv, de 205 mil licencias de Windows para revenderlas en el programa Internet Equipado, el ministro Jorge Arreaza convocó a mesas de trabajo entre voceros de las comunidades y trabajadores de Cantv, a las cuales también se incorporó el equipo de VIT y del proyecto Canaima del CNTI, con el fin de lograr que este hecho lamentable, que implicó el pago de Venezuela a Microsoft de unos 12 millones de dólares, jamás se repita.

Muchos aprendimos computación usando Windows. Pero tras esta tecnología supuestamente neutra se esconde una empresa que usa su gigantesco poder económico y político para imponer leyes que violan los derechos de nuestros pueblos, privatizar el conocimiento y la cultura, explotar a trabajadores y amparar tecnologías que han ayudado a espiar y sabotear a países aliados. Sería estúpido que nos convirtamos en sus revendedores, y que enseñemos a nuestros hijos a admirar a nuestros enemigos.

PROPUESTAS Y SOLUCIONES

Se han realizado diferentes reuniones con el Gobierno, y tanto Cantv como VIT están dispuestas a que sus equipos vengan únicamente con Canaima el año que viene (quien quiera ponerle Windows lo puede comprar por su cuenta).

Pero hay un problema: los computadores VIT vienen equipados con tecnología de punta, y el sistema operativo Canaima debe ser probado y adaptado a los últimos modelos de procesadores, cámaras web, wifi y similares que vienen en estos equipos.

Canaima tiene además miles de aplicaciones y hay que incluirle software y contenido hechos en Venezuela. ¡Es un trabajo enorme! Pero el equipo Canaima cuenta sólo con cinco desarrolladores y una encargada de soporte, algo muy preocupante pues Canaima es vital para 2 millones de niños y miles de empleados públicos. Ello se debe a la figura administrativa con la cual nació el proyecto, que hace tiempo se quedó corto.

Sabemos que el ministro y su equipo conocen el problema y proponen la creación de la Corporación de Software Libre, que surgirá en uno o dos años como solución definitiva, pero creemos que no se puede esperar tanto. Las vocerías trabajan en propuestas, y algunas de ellas (la ¡urgente! ampliación del equipo Canaima) sólo las puede aprobar el alto Gobierno.

Confiamos enormemente en Arreaza y su equipo, pero hay que comprender que, para nuestro pueblo, es difícil entender que se paguen $12 millones anuales a Microsoft mientras se exige a Canaima, con sólo cinco desarrolladores, ser mejor que Windows 8. ¡Sabemos que lidiar con el burocratismo no es fácil, y estamos a la orden para colaborar!

Fuente: http://aporrea.org/tecno/n212472.html