martes, 31 de agosto de 2010

Los verdaderos costes económicos de incinerar residuos urbanos

Gara_31/08/2010


Recientemente la organización Greenpeace presentó en Donostia el documento «La incineración de residuos en cifras. Análisis socio-económico de la incineración de residuos municipales en España». Importante argumento el económico, que los «incineradores» intentan ocultar ofreciendo datos parciales revestidos de mentiras cuidadosamente seleccionadas.

El dato fundamental que muestra el estudio de Greenpeace es que los costes económicos por tonelada incinerada que habitualmente ofrecen los dueños de las incineradoras y sus cómplices institucionales o periodísticos son fundamentalmente falsos por parciales: ocultan costes muy importantes que logran escabullir en sus contabilidades.

Para empezar, las incineradoras cobran a los municipios una tasa por tonelada quemada, pero esa tasa no paga todos los costes del proceso, ni muchísimo menos. Entonces... ¿cómo es que la incineración resulta rentable para los industriales de basuras?

Parte de la rentabilidad de las incineradoras reside en las subvenciones que la administración les concede por generar electricidad. En principio las subvenciones son para las energías renovables (eólica, fotovoltaica...), pero las administraciones han aceptado incluir en ese capítulo la energía obtenida de modo tan sucio y contaminante. Una aberración... pero que hasta ahora cuela.

Por cada tonelada de residuos que se ha incinerado en el Estado español, la Administración pagó como media 19 euros de ayuda en ese concepto. Si tenemos en cuenta que la media de tasas cobradas por los incineradores a cada ayuntamiento es de 65 por tonelada, 19 euros de subvención no es moco de pavo.

Pero resulta, además, que incinerar residuos urbanos acarrea unos costes ambientales muy importantes... que nuestros incineradores logran que no se paguen. Emisiones atmosféricas contaminantes, emisiones de líquidos, cenizas, escorias y otros residuos, el impacto visual y sonoro, etc. Existen modos de cuantificarlos en costes económicos. Greenpeace se hace eco de dos metodologías de análisis que llegan a cifras no muy distintas; en el caso del Estado español estos costes ambientales suponen como media otros 44 euros más por tonelada llevada a quemar.

Existe una directiva de la Unión Europea que obliga a las administraciones a hacer frente a dichos costes ambientales, al menos en parte. En casi toda Europa los estados penalizan cada tonelada incinerada y con el dinero de esas penalizaciones priman a los que gestionan mejor sus residuos. En Catalunya cada tonelada incinerada es gravada con entre cinco y 15 euros de «impuesto verde», con 7,43 euros en Flandes, y en Dinamarca con 44,32 euros. ¿Cuántos euros se cargarán -porque en breve va a ser obligatorio- a cada tonelada incinerada en Zabalgarbi-Bizkaia? ¿Y a las que se desean quemar en Zubieta?

Un tercer grupo de costes que los incineradores disimulan son las costosísimas inversiones iniciales. En el caso de Zabalgarbi, Greenpeace habla de 312 euros por habitante de Bizkaia. ¿Cuánto nos puede salir la «broma» de construir una incineradora en Zubieta a cada uno de los 700.000 gipuzcoanos?

Greenpeace resalta en su estudio más aspectos importantes. Por ejemplo, el hecho de que los ayuntamientos que gestionan sus residuos con incineración gastan en ese capítulo hasta un 29% más que los no incineradores, y también que las tasas por basuras cobradas a los ciudadanos son en los ayuntamientos incineradores entre un 14,2% y un 29,6% más elevadas que en los otros.

Mención especial merece la dimensión social-laboral de la opción incineradora: como media las plantas incineradoras emplean a 25 trabajadores por 100.000 toneladas quemadas, mientras que si se gestionan los residuos con otros sistemas alternativos como el basado en el puerta a puerta, se logra crear entre siete y 39 veces más empleos. Tema este más importante aún si cabe en el contexto actual de crisis.

Si los datos económicos hablan así de claro, nos podemos preguntar: ¿dónde está la madre del cordero de la opción incineradora? El gran robo funciona sobre la base de que los ciudadanos no se enteren de que pagan todos los costes, tanto los reconocidos (las tasas municipales por recogida de basuras) como los disimulados, que desvela Greenpeace.

Los 19 euros de prima por electricidad pseudo-limpia los pagaremos vía factura eléctrica o vía subvenciones salidas también de nuestros impuestos. Entre todos pagaremos la no penalización del impacto ambiental. Por un lado, se roba a los ciudadanos de localidades como Hernani, Oiartzun y Usurbil (próximamente Antzuola...) que con el puerta a puerta obtienen muy buenos resultados; a municipios que en toda Europa obtendrían primas y serían reconocidos como ejemplos a seguir por todos. Por otro lado, lo pagaremos todos los ciudadanos en costes sanitarios y de calidad de vida.

¿Y los más de 400 millones previstos para la planta de Zubieta? Los intereses y amortizaciones de los créditos los pagaremos los ciudadanos con nuestros impuestos, y también saldrán de nuestros bolsillos las subvenciones declaradas o encubiertas que vayan a lograr para esa fábrica de quemar residuos.

Existen importantes motivos de índole sanitaria que afectan a la salud, nuestra y de nuestros descendientes, para oponernos a que los residuos urbanos sean incinerados. También son notorios los impactos negativos en relación con la calidad de nuestro medio ambiente. Pero es que, además, incluso por cuestiones de eficacia y de justicia económica debemos rechazar un sistema de gestión despilfarrador de recursos y que supone un robo del dinero público de todos, que se lo quieren embolsar algunos grandes empresarios con la complicidad de responsables políticos y grandes medios de comunicación.

Fuente: http://www.gara.net/paperezkoa/20100830/218066/es/Los-verdaderos-costes-economicos-incinerar-residuos-urbanos

lunes, 30 de agosto de 2010

Celebrando la dependencia: el maíz a las trasnacionales

La Jornada_30/08/2010


Como si fuera un hecho banal, el gobierno aceptó tres solicitudes de la trasnacional Monsanto para plantar 30.000 hectáreas de maíz transgénico en Sinaloa, en lo que llama fase piloto. Es grave, tanto por la amplitud del área, como porque pone de manifiesto que lo que el gobierno llama etapa experimental es nada más una fachada para abrir la siembra comercial de maíz transgénico a gran escala, con la inevitable contaminación transgénica de los demás maíces en el país.

Los transgénicos tienen problemas desde todos los ángulos que se les mire: pese a las mentiras que difunden las trasnacionales (las únicas que ganan), las estadísticas muestran que tomados en varios años, grandes volúmenes y superficies, en promedio rinden menos y usan mucho más agrotóxicos. Existen compilaciones importantes de asociaciones médicas y otros científicos que muestran que los transgénicos tienen impactos en la salud humana y animal (incluyendo alergias, infertilidad, desregulación inmune, afectación de hígado, bazo y páncreas, entre otras) y en la biodiversidad. Recientemente, un estudio de la Universidad de Arkansas mostró que los transgénicos, además de la contaminación omnipresente en zonas cultivadas, se reprodujeron en la naturaleza y están invandiendo áreas naturales con impactos sobre insectos y plantas. Otro estudio de la organización Testbiotech de Alemania, muestra que la leche, órganos y carne de cabras, peces y cerdos que comen maíz transgénico contienen trazas de ADN transgénico.

Lo mencionado es apenas una pequeña parte de los graves problemas que tienen los cultivos transgénicos en general. En México los riesgos se multiplican exponencialmente al ser el centro de origen del maíz, por lo que desde muchas ópticas científicas y sociales hay una amplísima convergencia en que no se debería ni siquiera experimentar con maíz transgénico. Además México ya produce suficiente maíz, la mayoría campesino, para alimentar a toda su población.

A contrapelo de todo esto, entre 2009 y 2010, el gobierno mexicano aceptó más de 70 solicitudes de siembra de maíz transgénico a favor de las trasnacionales Monsanto, Dow, DuPont (a través de su subsidiaria Pioneer HiBred, PHI México) y Syngenta. Según los datos publicados por el gobierno, en 2009 autorizó 33 siembras experimentales en un total de 14,43 hectáreas. En el 2010 aceptó 41 solicitudes más, saltando a áreas mucho mayores, entre las que figuran tres de Monsanto para siembra piloto en Sinaloa con 30.000 hectáreas. En el mismo documento figuran otras 90.000 hectáreas en Tamaulipas, a las que llamaexperimentales.(www.senasica.gob.mx/includes/asp/download.asp?iddocumento=16092&idurl=25468).

Casi el 90 por ciento de los eventos (tipos de maíz transgénico) solicitados, son controlados por Monsanto, ya que incluso las solicitudes de Syngenta, DuPont y Dow, incluyen genes patentados por Monsanto, solos o en combinación con otros. El más solicitado es el evento Mon603 (equivalente a NK603), resistente al herbicida glifosato (que tiene nombres comerciales como Faena, Rival, Roundup). Entre las solicitudes, se incluye también el evento Mon810.

Justamente, un estudio científico publicado por el Ministerio de Salud de Austria en el 2008, analizó los efectos de un maíz transgénico con ambos caracteres (NK603xMon810) y llegó a la conclusión de que el consumo de ese maíz redujo la fertilidad en ratas de laboratorio alimentadas con éste, además de otros efectos. Éste y otros estudioa, entre ellos sobre los impactos ambientales de maíz insecticida, motivaron que varios países europeos, entre ellos Austria, Alemania, Francia y Grecia, prohibieran el cultivo de maíz transgénico en sus países.

Pero en el propio centro de origen del maíz, el gobierno apoya a las trasnacionales en la siembra experimental de varios maíces transgénicos insecticidas y de resistencia a agrotóxicos. Incluso una de las solicitudes de siembra piloto de 10.000 hectáreas, contiene el gen 603.

Las supuestas medidas de bioseguridad planteadas por las empresas y el gobierno mexicano son totalmente insuficientes para el riesgo que significa el maíz transgénico en México. Fueron analizadas y criticadas con detalle en la consulta pública que el gobierno colocó en Internet sobre algunas de las solicitudes. Desde muchas disciplinas científicas y organizaciones civiles se plantearon multiplicidad de observaciones críticas de gran solidez que el gobierno desechó sin explicaciones.

Su argumento es que las medidas eran suficientes para experimentar. Aun si esas medidas fueran suficientes para impedir el escape transgénico en campos experimentales, en siembra comercial los agricultores no las cumplirán: les aumentaría los costos, son engorrosas y además, no hay fiscalización.

Pero es claro que al gobierno nunca le interesó la bioseguridad, solamente era una fachada requerida por convenios internacionales que tuvo que hacer ley, un requisito formal para pasar luego a la llamada fase piloto y a la liberación comercial.

Por eso aceptó nuevas solicitudes sin tener los resultados anteriores, y ahora solicitudes de siembras piloto de decenas de miles de hectáreas, cuando ni siquiera da a conocer los resultados de los supuestos experimentos. Además, nuevamente está violando la ley, ya que la ley de bioseguridad requiere que antes de siembras piloto, se deben tener los resultados de la fase experimental, evaluados por las propias empresas interesadas, (por algo se la conoce como Ley Monsanto) pero reportados con características de una norma oficial mexicana, que no existe. Usan la ilegalidad, la farsa, la imposición. Razones no espurias, no tienen ninguna.

* La autora es Investigadora del Grupo ETC

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2010/08/28/index.php?section=opinion&article=027a1eco

domingo, 29 de agosto de 2010

Montañas de basura, montones de responsables
29-08-2010 Por Ricardo Natalichio

Durante millones de años, los residuos nunca fueron un problema. El gran poder depurador de la naturaleza alcanzaba para borrar toda huella de todo residuo generado por cada especie que habitaba el planeta.

Todo seguía un ciclo y se retransformaba. Sin prisa pero sin pausa, los agentes naturales del suelo y del agua, como bacterias, hongos, lombrices, ácaros e insectos se encargaban del reciclaje natural de todo lo orgánico y las plantas del CO2 de la atmósfera. El equilibrio se mantenía naturalmente, sin esfuerzo.

Pero el Hombre comenzó a llamar materia prima a la naturaleza y a utilizarla de una forma desordenada, inconsciente y excesiva. Poniendo como excusa el desarrollo, se empezaron explotar mas y mas intensivamente los recursos naturales. Se iniciaba la Era del consumismo y con ella el concepto de que quien más basura produce, es más feliz.

Esta Sociedad de Consumo es a todas luces ambientalmente insostenible. Sus consecuencias sociales y ambientales están a la vista de quien las quiera ver. Enferma al planeta y los síntomas se multiplican diariamente.

En los primeros tiempos se sostuvo sobre la desigualdad entre norte y sur. El Sur hizo durante muchos años las veces de compensador de la presión sobre los recursos naturales ejercida por el consumo excesivo de los países mas ricos.

Pero este consumo implicó un aumento constante de la extracción y explotación de recursos naturales, que se fueron agotando, y de la consiguiente producción de residuos, que ha colmado ya hace años la capacidad de absorción del planeta.

La palabra basura tomó un significado despectivo, algo que carece de valor y de lo que hay que deshacerse, pero no se puede esconder eternamente la basura debajo de la alfombra y así pasó a convertirse en un problema a escala planetaria

Un gran porcentaje de los residuos producidos por la actividad humana podría ser reciclado o reutilizado, sin embargo sólo se lo hace con la pequeña porción a la que se le ha encontrado la forma de hacerla “rentable”. Todo lo demás termina acumulándose en vertederos en el mejor de los casos o en ríos, mares y océanos generando el peor escenario.

En materia de consumo, no debemos pretender compensar para arriba, es decir que todo el planeta tenga la posibilidad de consumir en los niveles que los hacen los países industrializados, pues eso nos llevaría a acelerar el colapso ambiental. Sino que es necesario compensar para abajo. Los países del primer mundo deben reducir sus niveles de consumo, si realmente están interesados en salvar al planeta de la catástrofe ambiental que se avecina.

La reutilización y el reciclaje son importantes paliativos, pero insuficientes. El verdadero y único camino para detener el colapso ambiental que provoca la acumulación de basura es la reducción de los niveles de consumo. Y en este sentido no estamos hablando solamente de cantidad, sino de la composición, embalaje, transporte, métodos de producción y demás factores que componen el impacto ambiental de cada producto que consumimos.

La irresponsabilidad de los usuarios o consumidores finales es una parte del problema. Claramente hay una falta de conciencia a la hora de elegir los productos que consumimos. Sin embargo, sigue siendo la parte mas baja de la pirámide en la escala de responsabilidades y posiblemente la mas fácil de solucionar si se ofrecieran al consumidor alternativas mas ecológicas que no los espantaran por precio y/o baja calidad.

En el medio, con una mayor cuota de responsabilidad, se encuentran todas las empresas que participan, desde la extracción de la materia prima hasta que llega a las manos del consumidor. Y al tope de esta pirámide, con la mayor responsabilidad sobre deterioro ambiental, se encuentra este sistema económico basado en la acumulación de ganancias a cualquier costo, ambiental o social. Y es por consiguiente el cambio mas importante y necesario para dejar de ser un problema para el planeta que nos da albergue y poder disfrutar de todo lo que nos brinda. Para que todas y todos podamos vivir en un mundo mejor.www.ecoportal.net

Ricardo Natalichio - Director de EcoPortal.net

Editorial Ambiente y Sociedad N° 449

sábado, 28 de agosto de 2010

Sensacional victoria de un pueblo indígena de la India contra un gigante minero

Survival_28/08/2010


Un pueblo indígena de la India ha logrado una impresionante victoria ante una de las mayores empresas mineras del mundo. En lo que supone una decisión extraordinaria, el ministro de Medio Ambiente de la India, Jairam Ramesh, ha bloqueado el proyecto de la empresa Vedanta Resources para construir una mina de bauxita en las colinas sagradas del pueblo indígena dongria kondh.

El Sr. Ramesh declaró que Vedanta ha mostrado un “escandaloso” y “flagrante desprecio por los derechos de los pueblos indígenas”. El ministro también cuestionó la legalidad de la enorme refinería que Vedanta ya ha construido al pie de las colinas.

Esta noticia es una aplastante derrota para el multimillonario indio Anil Agarwal, el accionista mayoritario y propietario de Vedanta.

En los últimos años, el proyecto ha recibido ataques sin precedentes. Los Gobiernos noruego y británico, la Iglesia de Inglaterra, organizaciones como Survival International e incluso el gigante de seguros Aviva han criticado a la empresa y su ética.

Survival International ha liderado una campaña global contra la mina durante varios años. Survival alistó a personalidades como los actores Michael Palin y Joanna Lumley para defender la causa de este pueblo indígena; sus simpatizantes han escrito más de 10.000 cartas de protesta al Gobierno indio y más de 600.000 personas han visto el documental de Survival La mina. Su difícil situación llamó incluso la atención del director de Avatar James Cameron, y los dongria son ahora conocidos como “los na’vi del mundo real”.

La lucha ha enfrentado a los 8.000 miembros de este pueblo indígena, casi todos analfabetos, con el poder de una empresa valorada en ocho mil millones de dólares y su fundador, con una fortuna que se estima en los seis mil millones de dólares. Los dongria kondh han organizado numerosas manifestaciones, y dos de sus líderes fueron secuestrados y apaleados antes de ser puestos en libertad, en una atmósfera de creciente violencia.

Recientemente, un comité de expertos formado a instancias del ministro Ramesh recomendó que la mina no siguiera adelante, y estableció que Vedanta había actuado de forma ilegal y con “total desprecio hacia la ley”.

La doctora Jo Woodman, investigadora de Survival, que ha experimentado en primera persona la atmósfera de intimidación que se vive en las colinas de los dongria, dijo hoy: “Estamos ante una victoria que nadie hubiera creído posible. La campaña de los dongria era la prueba de fuego para demostrar si un pueblo indígena pequeño y marginado podía enfrentarse a una masiva empresa multinacional con un ejército de relaciones públicas y grupos de presión y, además, el favor del Gobierno. De manera increíble, han triunfado el coraje y la tenacidad de los dongria, en alianza con el apoyo de muchas personas en la India y de los simpatizantes de Survival en todo el mundo”.

El director de Survival, Stephen Corry, declaró: “La era en que las empresas mineras podían salirse con la suya y destruir a aquéllos que se interponían en su camino con impunidad está, afortunadamente, llegando a su fin. A pesar de esto, sigue siendo importante el que Vedanta pelease por sus planes hasta el final, negando repetidamente todo lo que decían los indígenas. La opinión pública debe mantenerse alerta con respecto a estos mal llamados ‘proyectos de desarrollo’; no podemos confiar en que las empresas vayan a respetar voluntariamente los derechos humanos, especialmente cuando tratan con pueblos indígenas que no pueden saber a lo que se enfrentan”.

Fuente: http://www.survival.es/noticias/6384

viernes, 27 de agosto de 2010

En Bangladesh una de cada cinco muertes se debe al arsénico

Le Monde_27/08/2010


Hace algunos meses, Atiq vio aparecer algunas manchas oscuras en sus brazos y en su torso. Atiq es un agricultor de unos cincuenta años que ignoraba que el agua que recogía todos los días del pozo de su jardín estaba contaminada con arsénico, un elemento químico tóxico. Atiq, que vive con su familia en una cabaña de chapas en medio de los arrozales, se queja porque a veces se siente fatigado. Ignora que tiene un cáncer.

EL AGUA MORTAL DE LOS POZOS

El 97% de la población rural de Bangladesh toma el agua de los pozos. Sobre un total de 145 millones de habitantes , 35 millones beben agua con una concentración de arsénico superior a los 0,05 mg aceptados en Bangladesh.

En realidad serían 77 millones si se toma como referencia el umbral de 0,01 mg aprobado por la Organización Mundial de la Salud (OMS)

En un 55% de los 8,6 millones de pozos que existen en Bangladesh se ha encontrado que un cuarto de ese total se halla contaminado con arsénico.

Desde el punto de vista clínico el agua contaminada con arsénico genera crisis cardíacas, lesiones cutáneas, cáncer y en los niños alteraciones mentales

Las víctimas del arsénico son a menudo estigmatizadas y excluidas de sus comunidades, especialmente cuando sufren lesiones cutáneas. Muchos creen que esas enfermedades son contagiosas.

“Desgraciadamente el hecho de saberlo no cambiaría nada. No hay hospitales en los alrededores que puedan curarlos y los tratamientos son, de todos modos, muy caros” explica el doctor Alauddin Ahmed del centro médico de la Universidad de Columbia. En 2000 la universidad neoyorquina instaló una clínica en el distrito de Araihazar, a dos horas de la capital, Dacca para estudiar los efectos del agua contaminada sobre 12.000 campesinos.

El resultado del estudio publicado en julio en la revista médica The Lancet revela que la mitad de la población bangladesa consume un agua cuya concentración de arsénico es superior a la normal y es la causa del cáncer, la diabetes así como también de otras enfremedades cardiovasculares.

4,8 MILLIONES DE POZOS CONTAMINADOS

De acuerdo con dicho estudio una muerte de cada cinco es provocada por el arsénico. La población del país sufre “la contaminación más masiva de la historia” según la OMS.

“La magnitud del problea es cincuenta veces superior a la de Chernobil, pero atrae la atención cincuenta veces menos” agrega Richard Wilson, profesor emérito de física de la Universidad de Harvard.

Todo comenzó en los años 60. Para luchar contra las epidemias de cólera y aumentar la producción de arroz, se cavaron millones de pozos con la ayuda financiera de organizaciones no gubernamentales (ONG). En los 90 los científicos descubrieorn, demasiado tarde, que el agua subterránea era mortal.

El arsénico que aunque existe en los suelos en estado natural se vuelve peligroso cuando su concentración en ciertas capas freáticas es elevada debido a largos procesos geológicos y químicos. Más de una cuarta parte de los 4,8 millones de pozos investigados revela que están contaminados a niveles juzgados peligrosos.

El envenenamiento por arsénico suele pasar desapercibido a causa de la falta de síntomas “Lo que no es doloroso n se percibe como peligroso”. Y muchas veces es difícil hacer que los campesinos acudan a la clínica, porque para ellos es una jornada de trabajo perdida, testiimonia el doctor Tariqul Islam, responsable de la clínica de la Universidad de Columbia.

Cada vez que un habitante del distrito de Araihazar muere los investigadores de la clínica acuden a su casa para conocer sus antecedentes médicos, analizar la cantidad de arsénico en el agua que solía beber y deducir las causas de su muerte.

“Entre las poblaciones expuestas la tasa de mortalidad es un 60 o un 70% superior a la normal” explica Habibul Ahsan, profesor de la Universidad de Chicago que dirigió el estudio publicado por The Lancet.

SOLUCIONES LIMITADAS

Curara la contaminación de arsénico es imposible: una vez que se absorbe, la sustancia permanece en el organismo. Los remedios son inútiles, la clínica de Columbia ha analizado los efectos de la vitamina E y del selenium para mejorar la resistencia del organismo a los efectos del arsénico. La mejor solución es todavía la prevención ya sea cavando pozos de mayor profundidad y por lo tanto mucho más caros, hasta capas acuíferas sanas o ya sea filtrando el agua de los pozos contaminados.

Pero las reservas de agua en Bangladesh, uno de los países más densamente poblados del mundo, son limitadas: los acuíferos no son suficientes. En el sureste del país, donde el agua de los ríos es salada, los habitantes recogen las lluvias del monzón. Esta solución no puede aplicarse en el resto del país porque se necesita disponer de grandes reservorios.

Con ocasión de su revolución verde, Bangladesh aumentó la superficie de sus arrozales para alimentar a su población. Pues bien el cultivo de un kilo de arroz exige 4 m3 de agua

“No se ha probado aún que el arroz regado con agua contaminada de arsénico sea peligroso para la salud, pero sabemos que la contaminación disminuye la productividad de las arroceras” explica Yan Zheng, encargado de los temas del agua en el Fondo de las Naciones Unidas para la Niñez (UNICEF) en Dacca. Algunos investigadores están trabajando en la búsqueda de variedades de arroz genéticamente modificadas resistentes al arsénico.

18.000 filtros de agua para uso doméstico que cuestan un mínimo de 100 dólares se están vendiendo anualmente a las ONG que los distribuyen a precios módicos a los habitantes de las aldeas afectadas.

Pero lo más difícil es convencer a los aldeanos de utilizarlos. “Aunque saben que el arsénico es peligroso, no cambian sus comportamientos –testimonia Yan Zheng– están habituados a consumir esa agua por decenas de años y no son conscientes de las consecuencias, les cuesta asociar el arsénico a una enfermedad que mata” A tal punto que UNICEF ha pensado en recurrir a psicólogos especializados para lograr cambios de hábitos.

En descargo de los habitantes es preciso reconocer que el uso de filtros puede resultar contraindicado. Algunos se deterioran al cabo de algunos meses, otros no llegan a hacer desaparecer el arsénico cuando el agua está demasiado contaminada

A menudo son baldes llenos de arena los que sirven de filtros, con los riesgos de contaminación bacteriana y de otras enfermedades que ese sistema conlleva. Y muchos campesinos se resisten a consumir agua menos fresca y de sabor diferente a la que están habituados.

Fuente: http://www.lemonde.fr/planete/article/2010/08/25/au-bangladesh-une-mort-sur-cinq-est-due-a-l-arsenic_1402427_3244.html#xtor=EPR-32280229-[NL_Titresdujour]-20100825-[zonea

jueves, 26 de agosto de 2010

Las lecciones de la viruela a 30 años de su erradicación

IPS_26/08/2010


Tres décadas después de haber puesto fin a la viruela, médicos y otros expertos se darán cita esta semana en Río de Janeiro para evaluar las lecciones a aplicar en las campañas contra otras enfermedades.

Mientras el médico Ciro de Quadros trabajaba para la Organización Mundial de la Salud en Etiopía, a comienzos de los años 70, una vez él y su equipo caminaron durante 26 días por la frontera sudanesa para investigar la propagación de un brote de viruela y vacunar a quienes pudieran haber estado en contacto con la enfermedad.

En esa época era muy difícil acceder a esa zona, dijo, agregando que los esfuerzos de erradicación insumieron seis años, sólo interrumpidos por el derrocamiento del emperador Haile Selassie, en 1974.

Luego De Quadros se mudó a Somalia, donde el contagio cesó en 1977. El último caso detectado logró contenerse, convirtiendo a la viruela en la primera enfermedad infecciosa en ser totalmente erradicada del planeta.

Pero De Quadros no estaba solo en la lucha contra este mal, que ya había matado a una incontable cantidad de personas desde por lo menos el año 1000 antes de Cristo, incluidos unos 50 millones de nuevos casos cada año en la década de 1950.

El médico Walt Orenstein, por ejemplo, vio el último caso en el norteño estado indio de Uttar Pradesh. Se trataba de una niña de siete meses que falleció el 16 de mayo de 1975.

Él y De Quadros se unirán a otros colegas para participar en un simposio que se realizará desde este martes y hasta el viernes en Río de Janeiro.

El simposio, "A 30 años de la erradicación de la viruela: Lecciones, legados e innovaciones", es organizado por los estadounidenses Sabin Vaccine Institute (del que De Quadros es vicepresidente ejecutivo) y Fogarty International Center, y por la brasileña Fundação Oswaldo Cruz.

El principal tema del encuentro será cómo aplicar las lecciones aprendidas en ese combate a los actuales desafíos sanitarios mundiales, lo que incluirá la erradicación de otras enfermedades que se pueden prevenir mediante vacunas.

"Este acontecimiento no es simplemente una celebración del aniversario. Es realmente una oportunidad de reunir a personas que trabajaron sobre la viruela y ver qué lecciones" se aprendieron, dijo Orenstein a IPS.

De Quadros ya ha aplicado algunas de las lecciones, dado que ayudó a erradicar la poliomielitis en el hemisferio occidental mientras dirigía el programa de inmunización de la Organización Panamericana de la Salud. Ese ambicioso objetivo se logró en 1994.

Los esfuerzos de erradicación del sarampión y la rubeola también se sirven de algunas lecciones de las campañas contra la viruela, dijo.

Entre ellas están las nuevas metodologías desarrolladas para combatir su propagación, como la estrategia de control y contención.

"Cuando uno se enfrenta a un paciente investiga dónde contrajo la enfermedad, y de ese modo se puede rastrear la cadena (de contagios). En el interín se vacuna a toda la gente que se encuentra en esa cadena. Así que fue una estrategia muy efectiva", dijo De Quadros por teléfono desde Brasil.

La estrategia de control y contención se aplicó desde el primer día en la campaña de erradicación en Etiopía. Probablemente por eso fue tan exitosa, pese a las dificultades logísticas.

Pero no todas las metodologías son aplicables a todas las enfermedades infecciosas.

Por ejemplo, en el caso del rotavirus, principal causa de diarrea severa y de la consecuente deshidratación, ya existe una vacuna. Pero los pacientes pueden continuar contrayendo diarrea por otras causas, señaló De Quadro.

De todos modos, el médico retrató un panorama optimista para los futuros esfuerzos de erradicación.

"Las perspectivas son destacables. Ahora la erradicación de la poliomielitis está casi completa. Creo que, si se erradica la polio, el mundo erradicará el sarampión", dijo De Quadros.

Orenstein, actualmente subdirector de enfermedades prevenibles en la Fundación Bill & Melinda Gates, desglosó las lecciones que dejó la campaña contra la viruela en tres puntos: la importancia de la voluntad política, la innovación en materia de tecnología y estrategias, y recursos adecuados para pagarles a los trabajadores y comprar vacunas.

En cuanto al segundo punto, destacó las jeringas bifurcadas, que volvieron mucho más fáciles, rápidas y baratas las inoculaciones contra la viruela.

El simposio de esta semana permitirá evaluar los conocimientos acumulados sobre la enfermedad en los últimos 30 años.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=96227

miércoles, 25 de agosto de 2010

Mujeres de maíz

Público_25/08/2010


En los países del Sur, las mujeres son las principales productoras de comida, las encargadas de trabajar la tierra, mantener las semillas, recolectar los frutos, conseguir agua, etc. Entre un 60 y un 80% de la producción de alimentos en estos países recae en las mujeres, un 50% a nivel mundial. Estas son las principales productoras de cultivos básicos como el arroz, el trigo y el maíz, que alimentan a las poblaciones más empobrecidas del Sur global. Pero, a pesar de su papel clave en la agricultura y en la alimentación, ellas son, junto a los niños y niñas, las más afectadas por el hambre.

Las mujeres campesinas se han responsabilizado, durante siglos, de las tareas domésticas, del cuidado de las personas, de la alimentación de sus familias, del cultivo para el autoconsumo y la comercialización de algunos excedentes de sus huertas. Han cargado con el trabajo reproductivo, productivo y comunitario, y ocupado una esfera privada e invisible. En cambio, las principales transacciones económicas agrícolas han estado, tradicionalmente, llevadas a cabo por los hombres en las ferias, con la compra y venta de animales, la comercialización de grandes cantidades de cereales… ocupando la esfera pública campesina.

Esta división de roles asigna a las mujeres el cuidado de la casa, de la salud, de la educación y de sus familias y otorga a los hombres el manejo de la tierra y de la maquinaria, en definitiva de la técnica, y mantiene intactos los papeles asignados como masculinos y femeninos que durante siglos, y aún hoy, perduran en nuestras sociedades.

Sin embargo, en muchas regiones del Sur global, en América Latina, África subsahariana y sur de Asia, existe una notable feminización del trabajo agrícola asalariado. Entre 1994 y 2000, las mujeres ocuparon un 83% de los nuevos empleos en el sector de la exportación agrícola no tradicional. Pero esta dinámica va acompañada de una marcada división de género: en las plantaciones las mujeres realizan las tareas no cualificadas, como la recogida y el empaquetado, mientras que los hombres llevan a cabo la cosecha y la plantación.

Esta incorporación de la mujer al ámbito laboral remunerado implica una doble carga de trabajo para las mujeres, quienes siguen llevando a cabo el cuidado de sus familiares a la vez que trabajan para obtener ingresos, mayoritariamente, en empleos precarios. Estas cuentan con unas condiciones laborales peores que las de sus compañeros recibiendo una remuneración económica inferior por las mismas tareas y teniendo que trabajar más tiempo para percibir los mismos ingresos.

Otra dificultad es el acceso a la tierra. En varios países del Sur, las leyes les prohíben este derecho. Y, en aquellos donde legalmente lo tienen, las tradiciones y las prácticas les impiden disponer de ellas. Pero, este problema no sólo se da en el Sur global. En Europa, muchas campesinas no tienen reconocidos sus derechos, ya que, a pesar de trabajar en las explotaciones, igual que sus compañeros, la titularidad de la finca, el pago de la Seguridad Social, etc. lo tienen habitualmente los hombres. En consecuencia, las mujeres, llegada la hora de la jubilación, no cuentan con pensión alguna, no tienen derechos a ayudas, cuotas, etc.

El hundimiento del campo en los países del Sur y la intensificación de la migración hacia las ciudades ha provocado un proceso de descampesinización. Las mujeres son un componente esencial de estos flujos migratorios, nacionales e internacionales, que provocan la desarticulación y el abandono de las familias, de la tierra y de los procesos de producción, a la vez que aumentan la carga familiar y comunitaria de las mujeres que se quedan. En Europa, Estados Unidos, Canadá… las migrantes acaban asumiendo trabajos que años atrás realizaban las mujeres autóctonas, reproduciendo una espiral de opresión, carga e invisibilización de los cuidados y externalizando sus costes sociales y económicos a las comunidades de origen de las mujeres migrantes.

La incapacidad para resolver la actual crisis de los cuidados en los países occidentales, fruto de la incorporación masiva de las mujeres al mercado laboral, el envejecimiento de la población y la nula respuesta por parte del Estado a estas necesidades conlleva la importación masiva de mano de obra femenina de los países del Sur global, destinada al trabajo doméstico y de cuidado remunerado.

Frente a este modelo agrícola neoliberal, intensivo e insostenible, que se ha demostrado totalmente incapaz de satisfacer las necesidades alimentarias de las personas y el respeto a la naturaleza, y que es especialmente virulento con las mujeres, se plantea el paradigma alternativo de la soberanía alimentaria. Se trata de recuperar nuestro derecho a decidir sobre qué, cómo y dónde se produce aquello que comemos; que la tierra, el agua, las semillas estén en manos de las y los campesinos; de combatir el monopolio a lo largo de la cadena agroalimentaria.

Y es necesario que esta soberanía alimentaria sea profundamente feminista e internacionalista, ya que su consecución sólo será posible a partir de la plena igualdad entre hombres y mujeres y el libre acceso a los medios de producción, distribución y consumo de alimentos, así como a partir de la solidaridad entre los pueblos, lejos de las proclamas chovinistas de “primero lo nuestro”.

Hay que reivindicar el papel de las campesinas en la producción agrícola y alimentaria y reconocer el papel de las mujeres de maíz, aquellas que trabajan la tierra. Hacer visible lo invisible. Y promover alianzas entre mujeres rurales y urbanas, del Norte y del Sur. Globalizar las resistencias… en femenino.

Esther Vivas es coautora de ‘Del campo al plato’ (Icaria, 2009).

Fuente: http://blogs.publico.es/dominiopublico/2321/mujeres-de-maiz/

martes, 24 de agosto de 2010

Juanito y la semilla de fríjol

Alai-amlatina_24/08/2010


En la conocida fábula infantil, Juanito era un niño pobre y no tenía que comer. Su madre le pidió que fuese a la ciudad a vender el último bien que les quedaba, a cambio de comida. Pero Juanito volvió a casa sólo con algunas semillas de fríjol, que se volvieron una enorme planta, tan alta que llegaba hasta las nubes. Juanito subió hasta allá y encontró un gigante que guardaba un arpa y una gallina de los huevos de oro. Con una valentía impresionante, Juanito derrotó al gigante y se llevó la gallina y el arpa mágica, de donde salía una bella canción. Y nunca más pasó hambre.

Uno de los debates centrales en el Foro Social de las Américas giró alrededor de las disputas geopolíticas sobre los recursos estratégicos en nuestro continente, que podemos describir como el tesoro que Juanito recuperó del control del gigante. Las semillas de fríjol pueden ser comparadas con la importante acumulación de análisis y acciones articuladas en el ámbito hemisférico, reflejado en la experiencia que representó la Campaña contra el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y sus diversos procesos de convergencia, que nos han permitido llegar hasta aquí.

Esa articulación continental fue capaz de unir una amplia gama de temas, en el sentido de comprender las diversas caras del imperialismo en ese momento histórico. Con eso, fue posible percibir las contradicciones de las disputas intercapitalistas y establecer unidad entre diversos sectores sociales organizados, alrededor de luchas concretas.

Hoy tenemos una comprensión de la relación entre las propuestas de los acuerdos comerciales en los moldes que sería el ALCA, proyectos de infraestructura como la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA), con los mecanismos de la dominación militar estadounidense (bases, entrenamientos, vigilancia, entre otros) y también financiera, a través del endeudamiento. Estos mecanismos buscan ampliar el monopolio del gran capital sobre recursos estratégicos y, para eso, es necesario intensificar la represión a los movimientos en lucha.

En el centro de esa disputa están recursos energéticos - petróleo, minas, gas, agua, tierra y biodiversidad - fundamentales para la producción y reproducción del capital. Podríamos describir esas fuentes de energía como la ‘gallina de los huevos de oro' del capitalismo. Por lo tanto, las luchas de los pueblos contra grandes proyectos de represas, monocultivos, minería, es central para combatir el avance del imperialismo monopolista.

En su esencia, los actuales mecanismos de dominación en nuestro continente no difieren del periodo colonial, pues sus bases, en cierta medida, permanecen intactas, sobre todo el monopolio de la tierra y la organización de nuestras economías a partir de una demanda externa. Por ello, no existe contradicción entre el viejo latifundio y las transnacionales agrícolas convertidas en “modernas”. Lo que existe es la creación de una ideología fetichista alrededor de las nuevas tecnologías, sumada a una idea positivista o funcionalista que significaría el desarrollo de los medios de producción. Esa ideología se combina perfectamente con el discurso desarrollista conservador, con la idea neoliberal de ‘eficiencia' y con los intereses del capital internacional.

Un ejemplo claro es la organización de la industria de la caña en Brasil. En el período colonial, lo que se exportaba no era caña sino azúcar manufacturada en los ingenios brasileños, que tenían tecnología de punta. El azúcar era una de los principales productos de la época e inclusive cambió los hábitos de alimentación en Europa. Por lo tanto, contar con tecnología avanzada no significa necesariamente cambiar las relaciones de producción.

Actualmente, el modelo que sustenta la producción de etanol en Brasil, basado en el latifundio y en la superexplotación del trabajo, no es muy diferente. La novedad es la creciente presencia del capital internacional en el sector. Una nueva característica de la industria del etanol, que puede compararse con el Pro-Alcool de la década de 70, es la alianza entre sectores del agronegocio con empresas petroleras, automotrices, de biotecnología, minería, infraestructura y fondos de inversión. En este escenario, no existe contradicción de estos grupos con la oligarquía latifundista, que se beneficia de la expansión del capital en el campo y del abandono de un proyecto de reforma agraria.

La presencia de capital extranjero en la industria de la caña creció de 1% en 2000 a cerca de 25% en 2010, estimulada por recursos públicos. Entre 2008 y 2009, se estima que el sector relacionado del azúcar y el alcohol habría recibido más de R$ 12 mil millones del Banco Nacional de Desarrollo (BNDES). Este subsidio es extraído, en gran medida, del Fondo de Amparo al Trabajador (FAT). Además de recibir subsidios de forma desproporcionada, el latifundio se beneficia de “grillaje” (1) de tierras, de la flexibilización de la legislación ambiental y laboral y de la continuidad de la práctica del trabajo esclavo.

La expansión de los monocultivos provoca la expulsión de los campesinos de sus tierras, impide que otros sectores económicos se desarrollen y genera dependencia de los trabajadores de empleos precarios y temporales. El éxodo rural crea una masa trabajadora más vulnerable a la superexplotación, tanto en el campo como en la ciudad, además de contribuir con la crisis alimentaria, ya que los campesinos son responsables por el 70% de la producción de alimentos y por el 80% de la generación de empleos en el medio rural. Este escenario significa que la resistencia de los campesinos es estratégica.

Los procesos de resistencia antiimperialista en América Latina tienen como eje central la defensa de recursos estratégicos. El caso más simbólico es el de Bolivia, donde el proceso de cambio político se inició con la llamada ‘guerra del agua', en Cochabamba, y culminó con grandes movilizaciones por la nacionalización del gas. La revolución bolivariana, en Venezuela, sólo fue posible cuando se retomó el control estatal de la producción de petróleo. En este contexto, la estrategia imperialista en el continente intensifica un cerco militar por el control de estos recursos, a través de bases, tropas, flotas navales y acuerdos bilaterales para ejercicios militares conjuntos en nuestros países.

Vivimos un momento de múltiples contradicciones y, por lo tanto, es necesario que mantengamos espacios de acción conjunta en la lucha por la soberanía popular, económica, política y alimentaria. Para eso es indispensable profundizar la construcción de unidad y análisis compartido, a partir de la memoria y de la acumulación de conocimiento colectivo construido a lo largo de esta caminata.


Maria Luisa Mendonça (desde Asunción, Paraguay) es periodista y coordinadora de la Red Social de Justicia y Derechos Humanos.


Ndlt: (1) Apropiación de tierras con títulos falsos.

Fuente: http://alainet.org/active/40206

lunes, 16 de agosto de 2010

La muy lucrativa, adictiva, engordante y poco nutritiva comida procesada
16-08-2010 Por Adán Salgado Andrade

La industria de los alimentos, tanto los procesados, como los, digamos, “naturales”, está controlada a nivel mundial por un puñado de gigantescas compañías controlan la producción y distribución de lo que comemos y esconden celosamente muchos hechos que mostrarían cuan dañinos son a la salud la mayoría de los productos que prácticamente “fabrican”, como si fueran televisiones o cámaras. El daño tan enorme que ha provocado, y seguirá provocando, la industria alimentaria en todo el mundo con sus industrializadoras y monopolistas prácticas tanto a la economía, como al metabolismo de las plantas y animales que “fabrica” y al medio ambiente también se traduce en un grave daño a la salud, debido a las alteraciones fisiológicas que induce la descontrolada ingesta de carbohidratos y grasas saturadas.

A pesar de que vivimos en un mundo tan controlado mediáticamente, en el cual la verdadera y objetiva información fluye a cuentagotas, hay trabajos de productores independientes que tratan de mostrarnos los hechos tal cual, claro, con sus limitaciones, pues es muy difícil acceder a secretos tan celosamente guardados por las grandes corporaciones y los gobiernos, sus dóciles cómplices.

En este caso, la industria de los alimentos, tanto los procesados, como los, digamos, “naturales”, está tan controlada, que sólo un puñado de gigantescas compañías controlan a nivel mundial la producción y distribución de lo que nos comemos, las cuales esconden celosamente muchos hechos que mostrarían cuan dañinos son a la salud la mayoría de los productos que prácticamente “fabrican”, como si fueran televisiones o cámaras.

Contraviniendo esa tendencia mediática, presencié hace poco un notable trabajo que muestra las terribles verdades que, como dije, nos oculta justo la “industria de la alimentación”. Me refiero a la cinta “Comida S A” (Food Inc. título en inglés), controvertido documental del realizador Robert Kenner, que ha sido muy polémica, tanto por lo que en ella muestra, como porque ha sido blanco de fuertes críticas, sobre todo por parte de las corporaciones agroalimentarias que allí se exponen y critican. Ya había un antecedente que también criticaba el tipo de dieta a que dichas corporaciones nos han tratado de acostumbrar, con mucho éxito, por desgracia. Se trata de “Superengórdame” (Super size me!, título en inglés), documental en el que su realizador, Morgan Spurlock, se somete a una infame dieta durante seis meses de fast food (hamburguesas, hot dogs, pollo frito, papas fritas, refrescos) elaboradas por corporaciones tales como McDonald’s, KFC, Burger King… que casi le provoca un infarto por el altísimo nivel de colesterol que contenía su sangre y de otras tóxicas sustancias que tanta descontrolada ingesta de grasas saturadas y carbohidratos, principales componentes de la “comida rápida”, había saturado su organismo.

Spurlock muestra muy convincentemente cómo las grandes corporaciones manipulan la información de las etiquetas del contenido nutrimental para mostrar que sus productos son “muy saludables”, cuando la realidad es que la así llamada dieta occidental está aumentando dramáticamente los porcentajes de personas obesas, de desnutrición, de problemas cardiovasculares, de ataques al corazón y, muy especialmente, de diabetes, ya que en Estados Unidos, las personas nacidas a partir del 2002, una de cada tres, contraerá algún tipo de diabetes en alguna etapa de su vida, en tanto que entre las llamadas “minorías raciales” estadounidenses, la tendencia será de dos por cada tres.

Esas cifras dan idea de los dramáticos problemas de salud que se enfrentarán no sólo allí, sino en todo el mundo, de seguir consintiendo los dóciles gobiernos el que las corporaciones agroindustriales y alimenticias sigan haciendo de las suyas (en México, a pesar de que recientemente se cuestionó la venta de productos chatarra en las escuelas, causantes de gordura y diabetes entre los niños, como refrescos y golosinas endulzadas con alto contenido de fructuosa de maíz, sustancia que en altos niveles ocasiona, además, huesos quebradizos, frituras de maíz o de trigo, pastelillos super endulzados… al final las empresas que los distribuyen, tales como Coca-Cola, Bimbo, Pepsi-Cola, General Foods… ganaron la batalla legal, alegando que no es lo mismo el contenido calorífico de lo que se vende que la masa calórica… o sea, que eso es porque los niños comen más de una bolsa de, digamos, papas fritas, y que por eso engordaban y tenían problemas de salud. O sea, emplearon el estúpido argumento de que “poco veneno no mata”).

Y si de alguna manera el documental de Spurlock da una mediana idea del poder de las corporaciones y de las condiciones físicas por las cuales son preparados los alimentos que se comercializan casi por todos lados, el trabajo de Kenner es más específico justamente en la forma en que la producción agroalimentaria se ha convertido prácticamente en una industria en serie, en la cual sistemas fordistas de producción se emplean para “fabricar” millones de toneladas diariamente de productos cárnicos, cereales y vegetales y que muchos no cumplen con los estándares sanitarios requeridos debido, justamente, a la velocidad con que deben de ser obtenidos y puestos en el mercado… sobre todo en los anaqueles de tiendas de autoservicio, como Wal-Mart, muy aparentemente limpios y saludables, sin que el consumidor realmente sepa lo que muchas veces hay detrás de ese, por ejemplo, “higiénicamente” empaquetado kilogramo de bisteces de res o de puerco o cortes de pollo.

De hecho, así abre la cinta, con un recorrido por la sección de carnes y lácticos de un supermercado cualquiera… el que puede ser el que tengamos a unas cuantas calles de nuestro hogar. Pero enseguida saltan a la pantalla escenas de una “fábrica” de gallinas, perteneciente al conglomerado Perdue Farms, en donde pollitos son maltratados duramente al pasar por bandas sin fin, cual si fueran muñecos de peluche, y con rudeza trabajadores los van manipulando para certificar que sólo los “perfectos” salgan de las bandas hacia las granjas subcontratadas por la empresa (escenas similares también se habían mostrado ya en el documental “Baraka”, producido por el estadounidense Ron Fricke en el año de 1992, que no fue exhibido en México, sino hasta una muestra cinematográfica del 2003).

Esos polluelos son luego llevados a dichas granjas, en las cuales, bajo insalubres condiciones, se hacinan a cientos de aves en gallineros totalmente cerrados (dice la empresa que así se garantiza un mejor “crecimiento” de las pobres aves), alimentándolas con comida enriquecida llena de muchas hormonas y carbohidratos, con tal de que las aves crezcan lo antes posible. Así, se logra en unos 52 días que cada ave tenga un crecimiento mayor al que es el normal, que requiere de unos 72 días. Cada gallina, a pesar del menor número de días de engorda, pesa casi 40% más. Así, las aves resultantes son gordos fenómenos, muchos de los cuales, difícilmente pueden sostenerse de pie, mucho menos aletear. Pero además las condiciones, como dije, son totalmente insalubres, pues las aves deben de respirar en un ambiente cerrado, inhalando el olor del engordante alimento, combinado con sus excrementos y todo lo que implica ser tratadas como objetos inanimados, y no como seres vivos.

Según la única persona que se atrevió a dar su testimonio para el documental, la granjera Carole Morison, es tal el hacinamiento, que diariamente debe de recoger de diez a quince pollos muertos por sofocación y otros problemas y enfermedades provocados por crecer en ese ambiente saturado e insalubre (además Morison declaró que la empresa ha implementado una muy desventajosa “estrategia de negocios”, bajo la cual, además de estar permanentemente endeudados los granjeros que firman contratos para engordar gallinas con Perdue, obtienen magras ganancias en relación al crédito invertido. A todos se les obliga a cumplir con una cuota de producción, por debajo de la cual, se les paga menos o se les rescinde el contrato.

También se les obliga constantemente a realizar “mejoras”, a costa, claro, del bolsillo de los granjeros, y si no las hacen, también es pretexto para terminación de contrato. En un testimonio de Morison dirigido al procurador general de justicia de EU y al procurador del Departamento de Agricultura, fechado el 30 de diciembre de 2009, denuncia que Perdue le exigía unas “mejoras” por $150,000 dólares que, además de aumentar su ya abultada deuda, no se justificaban, ni elevarían la producción de la granja de ella, y por rehusarse, la empresa finiquitó el contrato, dejando a la granjera a su suerte, con deudas, infraestructura que ya no habrá de emplear y todo lo que ello implique. Se da como ejemplo en la cinta que alguien que se endeuda con 500,000 dólares en un año, apenas ganará ridículos 18,000 dólares, menos del 4% del préstamo invertido).

Pero esa masiva producción de aves, como dije, obedece a la imposición de la dieta occidental, que exige millones de ellas para ser sacrificadas y llenar los anaqueles de supermercados, de franquicias de fast food de pollo frito, hamburguesas… Perdue Farms tiene ventas anuales superiores a los 4600 millones de dólares (mdd), lo que significa que debe de procesar millones de pollos en canal para satisfacer a una hambrienta sociedad a la que cada vez se habitúa más a la mencionada dieta occidental. Eso son casi treinta millones de kilogramos de aves muertas ¡listas para cocinar! (está en tercer lugar, luego de Pilgrim’s Pride, segundo sitio, que produce 73.9 millones de kilogramos anualmente, y de Tyson, primer lugar en la producción de pollos para cocinar, quien procesa más de 74 millones de kilogramos por año).

Y lo mismo sucede con otros animales, tales como reses o cerdos, a los que las prácticas de “industrializar y serializar” su producción, también tratan como inanimadas mercancías a las que se sacrifica sin el más mínimo remordimiento y luego se procesa para su pronta venta. Una escena verdaderamente gore, es la que una cámara escondida en un anónimo trabajador que aceptó participar en el filme, se presenta y que toma lugar en el mayor rastro del mundo, el perteneciente a la empresa Smithfield Foods, ubicado en Tar Heel, en el estado de Carolina del Norte, el mayor matadero de reses en el mundo (Smithfield tiene ventas anuales por 11,000 mdd, posee 51,000 trabajadores por todo el mundo, opera en nueve países y produce anualmente casi 1500 millones de kilogramos de carne de cerdo y 700 millones de kilogramos de carne de res).

Como se deben de procesar unas ¡dos mil reses por hora!, ya no se toma esa empresa la tarea de sacrificarlas individualmente con, por ejemplo, una pistola eléctrica aplicada a la nuca del animal, sino que se meten varias reses en una especie de cámara de torturas en donde se cierran las puertas y ejercen una brutal presión sobre los indefensos animales, quienes mueren en cuestión de segundos por compresión de sus cuerpos (realmente es una escena que crispa). Luego de unos instantes, las asesinas compuertas son separadas y asesinados animales van cayendo inermes sobre un piso lleno de su sangre y sus orines, expulsados por el miedo que experimentan en los pocos segundos que están muriendo. Y ya luego los casi 4000 empleados con que cuenta la planta se encargan de limpiar y desollar a las reses para hacer de ellas canales que se empacarán como distintos productos cárnicos o se venderán a otras empacadoras.

También, como Perdue, Smithfiled subcontrata granjas que crían y engordan muy rápidamente a los animales (tanto reses como cerdos son procesados por la empresa), bajo condiciones en extremo insalubres, conviviendo todo el tiempo con sus heces, sus orines, comida putrefacta y lodosa, agua estancada… que han dado lugar a la generación de parásitos, tales como el E-Coli 0157-H7, una variedad del parásito entérico escherichia coli, que provoca hemorragias intestinales y daños renales, sobre todo en niños y adultos mayores, más sensibles a sus dañinos efectos. Lo peor es que como se les administran a los animales varios antibióticos supuestamente para combatir posibles enfermedades, esa cepa de E-Coli ya ha adquirido inmunidad casi a todos los antibióticos conocidos.

Como reses o cerdos son procesados tan rápidamente, ni siquiera se les lava a muchos y así se van al matadero en donde se les recibe con mugre, lodo, heces y todo en sus pieles, lo que va contaminando severamente las instalaciones de los rastros, así como, en consecuencia, a la carne empacada “higiénicamente”. Pero además, no sólo se van las infecciones y los parásitos en la carne empacada, sino que también las granjas en donde se crían a los millones de animales que se procesan cada año (denominadas muy convenientemente CAFOS, Confined Animal Feeding Operations), se han convertido en verdaderos focos de infección. Texas, por ejemplo, la tierra del fallido George Bush, que es en donde abundan los CAFOS, se ha transformado en esos sitios en una enorme cloaca, en donde los acuíferos locales están tan contaminados con heces animales, que más de 50,000 partículas coliformes, e incluso millones, son contenidas por cada 100 milímetros del vital líquido. Alrededor de ¡127 millones de toneladas de estiércol son producidas anualmente en Texas!, lo que da un promedio por tejano de 18 kilogramos de heces de vacas o cerdos… muy duro record, ¿no creen? (simultáneamente publico otro artículo titulado “Fabricas de animales, enfermedades en serie”, en el cual comento otros de los graves riesgos que conlleva el manejo industrial de los animales).

En México, para variar, resulta que Smithfield tiene establecidas varias granjas para cría de animales, bajo la razón social “Granjas Carrol”, las cuales tuvieron que ver algo con la sobre exagerada epidemia de influenza que el año pasado, 2009, se presentó en el país (de acuerdo con mis investigaciones periodísticas, más que las causantes de la influenza porcina, como al principio se le llamó a dicha enfermedad, esas granjas lo que sí mostraron era que por tantos antibióticos administrados a los cerdos para “combatir” infecciones, habían sólo logrado que cepas muy resistentes a infinidad de antibióticos y sustancias químicas, como el MARS, se esparcieran junto con la carne de los cerdos, así como con la contaminación de las tierras y los acuíferos locales debido a la masiva producción de animales. Ver mi artículo “Detrás de la influenza: grandes ganancias y las superbacterias).

Pero por si fuera poco, se comete otra infamia más en ese rastro. Resulta que la empresa contrata a decenas de ilegales, muchas veces, los únicos trabajadores que se atreven a laborar en condiciones tan insalubres y peligrosas, sobre todo cuando tienen que ver con la serie de cortes que son practicados a los cadáveres de los animales. A todos se les infectan las uñas, como consecuencia de que deben de tratar a animales sucios, con heces y lodo impregnado de millones de bacterias, además de otras enfermedades de la piel, intestinales y respiratorias y algunos se mutilan dedos o se provocan heridas graves en manos o brazos. Pero como la empresa pretende mostrar que actúa legalmente, conforme a las leyes de inmigración, de tanto en tanto, aparenta “denunciar” a trabajadores indocumentados. Y en efecto así lo hace, pero sólo a unos cuantos. Como tiene habitaciones para sus empleados, cuando llega la policía migratoria, sólo le señala una o dos de dichas habitaciones, en donde hay durmiendo algunos indocumentados, pero nada más, pues pareciera que se cumple con una cuota, con tal de aparentar, como dije, “legalidad”, que la empresa no emplea a ilegales y los denuncia si llegan a sus instalaciones. Normalmente se deshace de aquellos trabajadores a los que les debe varias semanas de sueldo o a los que sufren de alguna enfermedad y ya no son tan productivos. A ese nivel de bajeza y falta de escrúpulos llegan tales corporaciones, con tal de ahorrarse varios dólares o tener por algunos días trabajadores, sin pagarles, a los que luego se denuncia, con tal de ahorrarse sus salarios (eso es lo que ha permitido el que no se cuente todavía con una ley para legalizar a los inmigrantes, que evite injusticias como las mencionadas o que se les persiga como criminales, como se va proceder cuando entre en acción la ley anti-inmigrantes del racista estado de Arizona).

Otras acaparadoras agroindustrias son mencionadas igualmente. Cargill, Conagra, Monsanto y Tyson, también ocupan un destacable lugar como las corporaciones que controlan más del 80% del mercado mundial de la producción de productos agroindustriales, así como de alimentos procesados.

Por ejemplo las ventas de Conagra Foods, gigante estadounidense de alimentos procesados, durante el 2009 ascendieron a la nada despreciable suma de 12731 mdd, que le proporcionaron ganancias brutas por 2841 mdd. O sea que, muy a pesar de la presente crisis, le ha ido muy bien a esta compañía, sobre todo por el encarecimiento de los alimentos que desde hace dos años también está afectando a la economía mundial (los corredores de bolsa, que son los expertos en aconsejar a la gente en dónde invertir y en dónde no, recomiendan muy encarecidamente comprar acciones de las corporaciones alimentarias, pues son las que más dividendos están dejando).

Además Conagra tiene negocios extras, simulados como “obras filantrópicas o “fundaciones”. Tiene una fundación cuyo lema es “Nutrámonos hoy para florecer mañana”, según se puede leer en su sitio oficial (conagrafoods.com), la cual, como se sabe, es un excelente modo de deducir impuestos a través de supuestos programas filantrópicos, además de una velada manera de aumentar las ventas de sus productos, muchos de los cuales se harán pasar como adecuadas alternativas nutricionales para las personas hambrientas. Sólo por ilustrar su estrategia publicitaria, más que campaña filantrópica, se jacta la empresa de que durante varios años ha donado comida nutritiva a personas hambrientas, pero lo ha hecho con sus productos más conocidos como Snack Pack, que es un muy azucarado pudín, Peter Pan, que no es más que química crema de cacahuate, Healthy Choice, una línea de supuesta “nutritiva” comida procesada, como pastas de sabores, Marie Callender, también línea de alimentos congelados, muy vastos en harinas y calorías, Orville Redenbacher, que son engordantes frituras, Hunts, que es su línea de muy procesados purés y salsas de jitomate, Chef Boyardee, que son pastas enlatadas o para “cocinarse” en horno de microondas, Ro*Tel, que son jitomates picados y procesados que, asegura la empresa, “son mejores que jitomates naturales”, ¡háganme favor!, David, que son simples pepitas empacadas o Egg Beaters, que son huevos procesados –de hecho, este producto en particular se creó para que se pudieran aprovechar tantos huevos que se quiebran durante su empaque y manejo–, que nada más se destapa el envase, se vierten en el sartén y listo, nada de molestos cascarones, además de que, también presume la empresa, no contienen el colesterol ni la grasa de las yemas de huevo naturales –lo cual es mentira, pues recientes estudios han demostrado que el huevo contiene bajos niveles de colesterol–, pero se cuida de decir la cantidad de sustancias químicas que ese y todos sus productos chatarra y fast food contienen. Así, más que caritativas donaciones, sus campañas en realidad pueden verse como estrategias publicitarias para aumentar sus ventas. Incluso no siempre dona, sino que a veces se ofrecen “nutritivos paquetes” a los niños en sus escuelas a muy “módicos precios”.

Tyson Foods Inc. es otra de las empresas mostradas en la cinta, la cual también es un gigante de los alimentos “naturales” y semiprocesados, la cual en el año 2009 tuvo ventas por nada menos que 26700 millones de dólares. Esta compañía estadounidense que tiene sus cuarteles generales en Springdale, Arkansas, es la segunda compañía más grande productora de alimentos en el mundo, la mayor procesadora de carne y una de las 100 mayores empresas de EU, de acuerdo con la revista Fortune (esta elitista publicación se encarga de promocionar la fama de las mayores corporaciones y empresas del mundo. Pero no sólo eso, sino también resalta a los hombres más ricos, y este año y el pasado ha colocado al capo caro Quintero como uno de esos millonarios, con mil millones de dólares de ¿¡bien ganada!? fortuna).

Tyson cuenta con 107000 empleados en más de 300 filiales que posee en todo el mundo. Vende cortes de carne de res, cerdo y pollo a supermercados y menudistas, a distribuidores de alimentos procesados y a múltiples cadenas de compañías de la llamada comida rápida (fast food), tales como KFC, Taco Bell, Mc Donald’s, Burger King, Wendy’s, Wal-Mart, Coger, Costco, IGA, Beef’s O’Brady’s, entre muchas otras. Pero también procesa alimentos y cuenta con una gran variedad de productos de cárnicos ya elaborados que “sólo tiene que calentarse en el microondas”. Y por si fuera poco es la compañía que surte a todas las prisiones en Estados Unidos, país en donde es un gran negocio la custodia de prisioneros para las cárceles, la mayoría de las cuales son ya privadas. Se calcula que el número de internos crece a razón de 13% anualmente, así que tener a un delincuente en la cárcel es muy lucrativo pues el gobierno paga en promedio 30,000 dólares por año por cada uno (es mucho más caro que tener a un niño en la escuela, pues éste cuesta 3000 dólares solamente, pero no le parece tan importante eso a los estadounidenses, quienes han preferido que crezcan el número de cárceles en relación con las escuelas. Pew Charitable Trusts, organización no gubernamental, estima que el crecimiento del negocio de las prisiones privadas entre el 2006 y el 2011 les costará en impuestos a los estadounidenses alrededor de 27500 mdd, así que a Tyson también le seguirá yendo muy bien en ese rubro).

Esta masiva entrega de productos cárnicos implica también una producción masiva. Cada semana, sus 54 plantas procesadoras de pollos establecidas en EU procesan 42.5 millones de gallinas, las 13 que procesan ganado, matan 171000 reses y las 6 que producen carne de cerdo, matan casi 348000 marranos, así que se requieren también prácticas industriales para ello. Y al igual que las formas tan inhumanas de criar pollos que practica la empresa Perdue Farms mencionada arriba, Tyson obliga a los granjeros que le quieren entrar a ese negocio a hacinar en gallineros de 12 metros por 120 metros a 24,000 aves, las que permanecen a obscuras en un espacio de 0.065 metros cuadrados, suficiente para que quepan sentadas sobre su propio excremento durante siete a ocho semanas (el excremento sólo se limpia cada 18 meses). A diario de 10 a 15 pollos mueren tanto de asfixia, como porque son atacados por otras aves. Obviamente que tales granjas son una fuente constante de contaminación fecal y otros contaminantes que ensucian gravemente tierras, ríos y acuíferos.

Sin embargo, de las varias veces que Tyson ha sido demandada, en realidad pocas veces han surtido acción legal dichas demandas, lo que prueba que tan consecuente es el gobierno con sus grandes empresas, a pesar de que sus prácticas dañen el medio ambiente u ocasionen otros problemas. Y al igual que Smithfield, Tyson contrata muchísimos ilegales, a los cuales les paga en promedio 30% menos salario que a los trabajadores legales, además de que les ofrece menos o ninguna prestación (esto demuestra hasta qué nivel le son útiles a la economía estadounidense los tan vilipendiados ilegales, que al seguir siendo tan estigmatizados y perseguidos, lo único que se consigue es que sean cada vez más baratos y dóciles).

Cargill sale también a relucir en la cinta de Food Inc., pues además de que igualmente practica la, digamos, fabricación de animales, como Tyson o Perdue, sus monopolizadoras estrategias han logrado que acapare alrededor de un tercio de la comercialización mundial de granos. Tan es así, que a partir del año 2008, que han comenzado a subir vertiginosamente los precios de los alimentos, dicha empresa ha visto multiplicarse en muy buenos porcentajes sus ganancias. Sobre todo le está entrando al gran negocio que son los llamados biocombustibles, una insensatez tecnológica, ya que se están empleando alimentos, como maíz o soya, para producir nada menos que combustibles para los engullidores autos, en vista de que los combustibles fósiles están acabándose cada vez más rápido de lo que se pensaba. Y eso, el que buena parte de cereales producidos en el mundo se vayan a dedicar a hacer gasolinas, en parte explica por qué han subido tanto sus precios y seguirán haciéndolo.

La otra razón es que pocas empresas, justo como las que aquí mencionamos, con sus acaparadoras prácticas controlan a su libre albedrío el precio de los alimentos en todo el mundo, digamos que al hambrearnos, nos dejan a su merced (Ver mi artículo Biocombustibles, imposición transgénica, no alternativa ecológica). Los ingresos de Cargill dan una buena idea del poder que tiene esa empresa: sus ventas en el año 2009 se estiman en $116,600 mdd, de los cuales obtuvo ganancias netas por $3300 mdd (2.83%, muy baja tasa de ganancia, tendencia que en general presenta el capitalismo salvaje, de que a pesar de sus monopolios y acaparamientos, no logra revertir esa decreciente situación). Es responsable del 25% de las exportaciones estadounidenses de granos, cuenta con 160,000 empleados en 1100 instalaciones ubicadas en 67 países y produce el 22% de la carne consumida en EU. Sus plantas en Argentina son las mayores exportadoras de carne de res que cualquier otra, al igual que sus plantas en Tailandia, que son las que más exportan pollo. Y por si fuera poco, todos los restaurantes de Mc Donald’s emplean huevos producidos por Cargill. La empresa ha resultado siempre ser muy oportunista, sin importar que viole ciertas éticas de conducta o comportamiento. Como dije antes, se ha beneficiado bastante del control que tiene sobre buena parte de la producción de granos en todo el mundo para controlar y subir los precios a su antojo. Y en su historia, así lo ha hecho.

Por ejemplo, durante la primera guerra mundial, sus ganancias subieron constantemente durante los cuatro años del conflicto, ya que era prácticamente la única compañía que seguía surtiendo alimentos. Lo mismo hizo durante la segunda guerra mundial, cuando tuvo contratos exclusivos con la marina estadounidense, para surtirle la alimentación de sus tropas, además de que también le construyó barcos (sí, hasta en esos negocios se metió, con tal de ganar mucho). Pero acorde con su arrogancia (como es una empresa familiar, el despotismo con que se comportan sus dueños, también se manifiesta en sus prácticas empresariales), manifestó su desacuerdo con la cinta, sobre todo expresando que si todos los alimentos se obtuvieran orgánicamente, se requerirían el triple de tierras de las que actualmente se emplean para fabricar alimentos.

Otra compañía en la cual se hace mucho énfasis, además de que se demuestra el poder tan enorme que tiene tanto económica, como política y judicialmente, es Monsanto, la cual produce cultivos transgénicos, o sea, que son plantas modificadas desde sus genes, introduciéndoles materiales genéticos de otros organismos, con tal de proporcionarles, dice la compañía, “mejoras” (¡esto es jugar a ser un Dios!). En particular, uno de sus cultivos, la soya transgénica bautizada como Roundup Ready, es la que prácticamente se siembra en todos los EU, desplazando a la natural, debido justo a las prácticas monopólicas que dicha corporación ejerce, en muy alegre contubernio con el gobierno (pero además el monocultivo a gran escala de esa soya transgénica implica fuertes daños ambientales, ya que se usan millones de litros de glifosato, el muy tóxico herbicida que se le aplica a dicha soya, el que además de estar contaminando tierras, ríos y acuíferos en gran escala, está haciendo resistentes a malezas que ya no se matan con dicho veneno y entonces la “solución” para Monsanto es “crear” otra nueva soya transgénica, pero ahora “resistente” al dicamba, sustancia aún mucho más tóxica que el mencionado glifosato. Ese grave problema ya está sucediendo en Argentina, en donde casi el 100% de la soya cultivada es la de Monsanto).

En alusión a gran poder de Monsanto, se da cuenta en la cinta de un juicio que la empresa emprendió contra un granjero, Maurice Parr, quien poseía una de las únicas seis máquinas que quedan en ese país para limpiar granos, quien justamente limpiaba los granos de los granjeros que sembraban la soya transgénica. Como la compañía alegó que “su” soya transgénica “está patentada” (como si hubiera sido una cámara fotográfica, por ejemplo, en lo que valdría preguntarse, ¿¡de cuándo acá el simple hombre puede inventar y patentar a la naturaleza!?), se le obligó al pobre granjero a desistir de sus “criminales prácticas” de limpiar la semilla de la soya transgénica, so pena de cobrarle altísima multa y mandarlo a la cárcel (eso hizo con un pobre granjero canadiense, cuyos cultivos se contaminaron accidentalmente con maíz transgénico de Monsanto, en un caso que la empresa sigue alegando que el hombre lo había hecho a propósito). Lo peor de todo, se queja el granjero en una parte, es que la empresa sabía todo sobre él, a quiénes les limpiaba la semilla, cuánto les cobraba, dónde vivía él, cuánto valía su máquina, qué compraba… ¡sí, el poder de esas grandes corporaciones, con la ayuda del gobierno, claro, es ilimitado!

Y, bueno, el daño tan enorme que ha provocado, y seguirá provocando, la industria alimentaria en EU y en todo el mundo con sus industrializadoras, monopolistas prácticas, tanto al medio ambiente, así como a la economía, el metabolismo de las plantas y animales que “fabrica” y al medio ambiente también se traduce, como dije antes, en un grave daño a la salud, debido a las alteraciones fisiológicas que induce tan descontrolada ingesta de carbohidratos y grasas saturadas.

En la cinta se evidencia dicha situación cuando una parte se concentra en mostrar a una familia de migrantes, padre, madre y dos hijos, que ganan lo suficiente para irla llevando, o sea, apenas subsisten con los magros sueldos que reciben. Absorbidos por sus tareas y ocupaciones, al final de la jornada, acuden a una sucursal de comida rápida, en la que compran seis paquetes de hamburguesas con papas y un refresco de más de dos litros por menos de diez dólares todo y esa es su comida de casi todos los días. La madre es entrevistada y se queja de que su marido es diabético y debería de seguir una dieta de alimentos saludables (no engordantes, pues), además de que tiene que tomar un par de costosos medicamentos, pero que con lo que ganan, pues no pueden darse el lujo de comprar alimentos naturales, como vegetales frescos, ya que si van al supermercado a adquirir una lechuga, por ejemplo, ésta vale casi siete dólares, poco menos de lo que les cuestan las hamburguesas y el refresco mencionados antes. Y como sus medicamentos le cuestan uno 170 dólares y el otro más o menos lo mismo, la mujer lamenta que no puedan hacer a veces ninguna de las dos cosas, o sea, ni comprar medicina o seguir la dieta y que ello tenga la consecuencia de que su marido pueda empeorar en su salud, que se quede ciego y no pudiera seguir trabajando como chofer, que es a lo que se dedica.

Como ese caso, hay millones, no sólo en EU, sino por todo el mundo, que la engordante, poco nutritiva dieta occidental ha ocasionado, pero es algo que a las grandes corporaciones “alimentarias” las tiene sin cuidado. Seguirán matando y procesando millones de animales (pollos, cerdos y reses) y cultivando millones de toneladas de granos y uno que otro tubérculo (maíz, trigo, soya, papa) a diario, guiadas por un lema que podría ser: “al mundo engordemos, enfermemos y contaminemos y de las consecuencias no nos preocupemos”. www.ecoportal.net

Adán Salgado Andrade, mexicano, profesor de la UNAM. Blog del autor.