lunes, 28 de febrero de 2011

Greenleaks se propone revelar escándalos medioambientales
Greenleaks, el hermano verde de Wikileaks

Tageszeitung_28/02/2011

Greenleaks se propone revelar documentos internos de organismos públicos y empresas privadas que saquen a la luz los trapos sucios en la infracción de las leyes de consumo y medio ambiente. Los políticos no deberían desatender la propuesta.

Los trabajadores y los funcionarios que no duermen bien debido a una mala conciencia medioambiental tienen hoy una alternativa: “GreenLeaks” es el primer portal dispuesto a recoger y difundir documentos internos relacionados con la salud y el medio ambiente.

Greenleaks debería suponer para la economía y la ecología lo que el enorme ejemplo de Wikileaks ha supuesto para el mundo de la diplomacia y la política mundial: el acceso libre y sin censura a documentos importantes hasta entonces secretos. El grupo de Wikileaks encabezado por Julian Assange ha publicado en la red por ejemplo los cables secretos de las embajadas estadounidenses y documentos relativos a la muerte de civiles en Irak.

Greenleaks no publicará en ningún caso, afirman sus fundadores, documentos sin verificar. “Publicaremos informaciones no así porque sí, sino para ayudar a los grupos afectados a que puedan utilizar estos documentos para pedir responsabilidades a las empresas y las autoridades”, afirman desde greenleaks.com.

Para Scott Millwood, fundador de Greenleaks, es claro que con las informaciones se “ayudará a las personas sobre el terreno a mejorar las condiciones de vida en cuanto a la salud y el medio ambiente se refiere.” Este australiano residente Berlín construye Greenleaks con una red de colaboradores para que los temas medioambientales, tanto a nivel local como mundial, estén a disposición del público. Así, su importancia podrá ser mayor y ser tomados en serio por empresarios y políticos. La página web no se limitará solamente a publicar los documentos sobre abusos, sino que también trabajará con los medios locales para difundirlos.

“No publicamos nada ilegal”, puede leerse en su página web. En cualquier caso, sí que se publicarán documentos internos de empresas privadas y organismos públicos referidos a la condición del medio ambiente y las condiciones de vida de las personas si éstos son de “interés público”. Hasta la fecha hay dos buzones para cartas y documentos: uno en Alemania y otro en Australia. Dentro de poco deberían haber otros dos en Estados Unidos y Francia. Se está trabajando en una “Dropbox” electrónica segura para recoger documentos internos que en unos meses debería estar lista.

Scott Millwood, que trabaja como periodista en temas medioambientales y como abogado, prefiere sin embargo el antiguo y pasado de moda correo postal: “Si tuviera que filtrar algo, no lo haría por correo electrónico: es muy fácil rastrear al remitente.”

Traducido para Rebelión por Àngel Ferrero

Enlace: http://taz.de/1/netz/netzpolitik/artikel/1/gruene-schwester-fuer-wikileaks/

domingo, 27 de febrero de 2011

¿Nubes de geoingeniería?

Rebelión_27/02/2011

Hace ya tiempo que me habían enviado un escalofriante documental sobre la geoingeniería producido por Edward Griffin, Michael Murphy, andPaul Wittenberger. Se titula What in the World Are They Spraying?, que puede traducirse como ¿Con qué están rociando el mundo? Este trabajo trata de documentar hasta dónde es posible que en la actualidad se estén creando nubes artificiales de compuestos químicos y metálicos que tendrían como objeto reflejar parte de los rayos del sol que llegan a la Tierra para reducir en algún grado la temperatura. Hasta qué punto se ha desarrollado esta “nueva ciencia” que se denomina geoingeniería que consiste en la manipulación del medio ambiente a escala global para provocar cambios que contrarresten los daños ambientales producidos por el ser humano a través de su actual sistema de vida. En los últimos años se han utilizado estas técnicas, aunque no son muy conocidas por la ciudadanía. Por ejemplo la compañía Planktos basa su negocio en verter toneladas de nanopartículas de hierro en los mares alegando que así puede capturarse el carbono emitido a la atmósfera. Y personajes como Bill Gates (sí el presidente de Microsoft) financian proyectos para combatir el cambio climático por medios tecnológicos.

Desde hace lustros diversos científicos de renombre como Edmund Teller han propuesto la creación, con diferentes proyectos, filtros solares artificiales para el planeta Tierra para controlar su temperatura. Antes de escribir el capítulo titulado Escrito en el cielo de mi libro La salud que viene, dedicado a la geoingeniería, me pasé un año recopilando información y haciendo un trabajo de criba, de filtrado, como nunca antes había hecho (y como no he vuelto a hacer). Una de las joyas que encontré para buscar una posible explicación a este fenómeno de las nubes artificiales creadas con aviones que pueden ser proyectos de geoingeniería, es un estudio de 944 páginas realizado por una panel de científicos e investigadores llamado Policy Implications of Greenhouse Warming: Mitigation, Adaptation, and the Science Base (Implicaciones de la política del calentamiento por efecto invernadero, mitigación, adaptación y base científica).

El trabajo fue publicado en 1992, cinco años antes de la cumbre de Kyoto, por la National Academies Press (NAP) y sus autores son el citado panel de científicos, la National Academy of Sciences (Academia Nacional de Ciencias), la National Academy of Engineering (la Academia Nacional de Ingeniería) y el Institute of Medicine (Instituto de Medicina), todos ellos de Estados Unidos. Como pueden ver, altísimas instancias del mundo científico estadounidense. Hay que recordar que ese mismo año 1992 se celebró la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que dio lugar a una serie de acuerdos por medio de los cuales los países de todo el mundo se unían por primera vez para hacer frente a este problema. El actual modelo de producción y consumo, el capitalismo, comenzaba a ser señalado con el dedo como responsable del cambio climático. Y como puede comprobarse con la lectura del documento, las altas instancias políticas, científicas y académicas (más algunas de las multinacionales más contaminantes del planeta) de la principal potencia del actual sistema llevaban años estudiando cómo conseguir que el cambio climático no nos obligue a cambiar de modelo, de caminar hacia uno ecológico, limpio, sostenible (el concepto lo encuentro gastado pero todo el mundo lo entiende). No cambiaríamos de modelo y además se conseguiría abrir un nuevo mercado, el de la geoingeniería.

Algunos de los proyectos que con sumo detalle se describen en el estudio científico citado coinciden, al menos en su estética, con lo que hoy vemos en los cielos de todo el mundo y que cualquiera puede observar sólo con mirar hacia arriba los días que se produce o ir a la página web de la NASA para verificarlo con imágenes desde satélite. El estudio Implicaciones de la política del calentamiento por efecto invernadero, mitigación, adaptación y base científica, argumenta que la manera más eficaz de mitigar el cambio climático es la pulverización en la atmósfera de aerosoles reflectantes utilizando para ello aviones, tanto comerciales como militares. El objetivo es crear un escudo global. Este método de mitigación de los efectos del cambio climático tiene como objetivo crear un escudo en la atmósfera del planeta para conseguir que aumente el albedo de la Tierra (su capacidad de reflejar la luz). Se utilizaría para ello aerosoles compuestos de aluminio u óxido de aluminio y óxidos de bario, así como productos químicos que generen ozono en la atmósfera.

El documental What in the World Are They Spraying? ofrece datos sobre que las nubes artificiales que vemos pueden contener aluminio, bario y estroncio. En los últimos años se han realizado análisis del suelo en diferentes partes del mundo y se han encontrado tasas de aluminio elevadísimas en zonas sin actividad industrial ni ninguna otra posible fuente contaminante, como en algunas montañas de California donde se han encontrado concentraciones de aluminio 61 veces mayores de lo permitido por el gobierno estadounidense.

Otra de las perlas del documental es que uno de los máximos asesores de Obama en materia de ciencia y tecnología John Holdren admite que contemplan la geoingeniería como una posibilidad para combatir el cambio climático. Los autores del docu acuden a diversos congresos científicos sobre geoingeniería y entrevistan a sus protagonistas, alguno de los cuales reconoce que el uso de nubes de aluminio pulverizado a tamaño nanotecnológico puede ser un desastre desde el punto de vista de la salud de las personas pero que “no lo han estudiado todavía“.

De modo que sabemos que se lleva años estudiando crear nubes artificiales de compuestos tóxicos como el aluminio. Que se está impulsando la geoingeniería e interesa utilizarla. Que las tasas de aluminio son anormales en diferentes lugares y que sin aparente orden ciertos días podemos observar el fenómeno en apariencia muy similar a cómo se desarrollarían estos proyectos. En fin hay que ser muy escépticos y críticos con todo en general (y con lo que nos viene de ciertos poderes en especial) pero a uno sólo le queda preguntarse cuánto tiempo falta para que alguna fuente oficial reconozca lo que está ocurriendo y que ahora sólo es una hipótesis, pero qué hipótesis, cada vez mejor documentada.

Más info: El libro La salud que viene ofrece el capítulo Escrito en el cielo en el que se documenta este fenómeno.

En el blog del autor: http://www.migueljara.com/2011/02/26/%C2%BFnubes-de-geoingenieria/

sábado, 26 de febrero de 2011

¿Son legales los acuerdos UE-Marruecos?
Matrimonios dudosos

Público_26/02/2011

Como si fuera un matrimonio –de conveniencia–, durante estas semanas la Unión Europea y Marruecos tienen prevista la renovación de sus votos, o no. En concreto, se está dilucidando en mesas separadas si se mantienen los acuerdos pesqueros y agrícolas que tantas repercusiones tienen sobre los sectores rurales de Marruecos, del Sáhara Occidental y de algunos países europeos, fundamentalmente España.

Por un lado, a finales de mes finaliza el acuerdo vigente en pesca que permite a 119 licencias de pesca de barcos europeos faenar en las aguas de Marruecos. De entre ellas, cien le corresponden a la flota española. Europa, paga –pagamos– 36,1 millones de euros para que los buques puedan pescar en esos caladeros, incluyendo las aguas territoriales del Sáhara Occidental. Las últimas informaciones explican que la Comisión Europea ha propuesto formalmente prorrogar el acuerdo de pesca por un año, tiempo necesario para evaluar y analizar sus consecuencias. Ahora queda la ratificación de los 27 estados miembros y la del Parlamento Europeo para que un convenio más que dudoso continúe o no vigente.

Y digo dudoso porque son muchas las voces que apuntan hacia su ilegalidad. De entre todas las voces que lo cuestionan destaca el informe legal del propio Parlamento Europeo que determinó hace más de un año que el acuerdo vigente no respetaba el derecho internacional, porque la población saharaui, de cuyas aguas se extraen muchas riquezas, no se beneficiaba del mismo. Lo mismo expresan, lógicamente, los representantes del Frente Polisario ante la Unión Europea. Si existen dudas que atentan contra el derecho de un pueblo, y de una población muy empobrecida y castigada, ¿no tenemos otra postura que seguir por la senda de las incógnitas? Si el Parlamento está en lo cierto, me parecería más sensato paralizar el acuerdo mientras se analizan todas sus repercusiones, y no al revés.

Lo contrario ha sucedido con la revisión del acuerdo agrícola entre Marruecos y la Unión Europea que, a grandes rasgos, consiste en el aumento de la liberalización del comercio para que los productos agroalimentarios puedan fluir con más facilidad entre las dos regiones. La comisión de Comercio Internacional del Parlamento Europeo decidió el pasado 8 de febrero atrasar los trámites para la ratificación de un nuevo marco, por considerar que Bruselas debe aclarar antes las dudas jurídicas que despierta el acuerdo sobre los territorios del Sáhara Occidental, si –como en el caso de la pesca– tanta liberalización comercial beneficia realmente a la población local y si esos son los intereses reales de la población del Sáhara Occidental.

En el caso de la agricultura, además del conflicto legal con las tierras saharauis –donde desde 1989 ya hay firmas extranjeras, como la francesa Azura, cultivando tomates bajo plástico que se comercializan en la Unión Europea–, los propios estudios de impacto elaborados por la Comisión Europea advierten de que más liberalización comercial en el área Euromediterránea tendrá unos grandes perdedores. En Europa, y especialmente las regiones del Sur especializadas en la producción de frutas y hortalizas, no podrán afrontar la competencia de los vecinos del Mediterráneo, y la ya mermada población agraria sufrirá un nuevo envite. Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya ya ha hecho sus primeras estimaciones: “Los aranceles, por ejemplo, se reducirán un 30% en cítricos y la naranja de Marruecos tendrá un precio de entrada de 0,264 euros/kg, cuando el coste de producción del catalán es de 0,514 euros/kg”.

Por otra parte, en su especialización en estos productos para la exportación, países como Marruecos irán perdiendo su propia soberanía alimentaria ante el abandono progresivo de sus propias producciones, con lo que supone de vulnerabilidad frente al vaivén de los mercados, como hemos podido comprobar en las recientes crisis de Túnez y Egipto. Y de nuevo, tampoco estos acuerdos liberalizadores beneficiarán a la población campesina local. El falso mito de la exportación como fuente de riqueza se volverá a evidenciar. Marruecos ya exporta a Europa, pero no lo hacen los pequeños campesinos sino los hacendados, inversores y exportadores –tanto magrebíes como europeos– con modelos industrializados que abaratan costes a base de reducir puestos de trabajo, disponer de mano de obra en condiciones de miseria, con sobreexplotación de los recursos hídricos y sin respetar medidas medioambientales suficientes para garantizar la sostenibilidad del suelo. El 20% de la superficie fértil marroquí ya está orientada al cultivo industrial para la exportación, y en la medida que se fomente, como ya se está haciendo a través del Plan Marruecos Verde, supondrá más beneficios para sus dueños: miembros de la familia real, empresarios locales y compañías españolas y europeas que han deslocalizado sus producciones (por ejemplo, el 80% de la exportación fresera marroquí está en manos de empresarios españoles). Esto reducirá las oportunidades del gran número de pequeños agricultores y agricultoras que han garantizado hasta la fecha la seguridad alimentaria de la población local.

Dice Abdellatif Laâbi que “Marruecos está gestionado como una multinacional cuya finalidad es el enriquecimiento ilimitado de sus principales accionistas (…)”. Si la sociedad civil, la que no se beneficia de estos negocios, sale a la calle como sus países vecinos, ¿qué argumentos manejará el Gobierno de España, desposado con esta multinacional?

Gustavo Duch es coordinador de la revista ‘Soberanía alimentaria, biodiversidad y culturas’.

Fuente: http://blogs.publico.es/dominiopublico/3077/matrimonios-dudosos/