Desde hace lustros diversos científicos de renombre como Edmund Teller han propuesto la creación, con diferentes proyectos, filtros solares artificiales para el planeta Tierra para controlar su temperatura. Antes de escribir el capítulo titulado Escrito en el cielo de mi libro La salud que viene, dedicado a la geoingeniería, me pasé un año recopilando información y haciendo un trabajo de criba, de filtrado, como nunca antes había hecho (y como no he vuelto a hacer). Una de las joyas que encontré para buscar una posible explicación a este fenómeno de las nubes artificiales creadas con aviones que pueden ser proyectos de geoingeniería, es un estudio de 944 páginas realizado por una panel de científicos e investigadores llamado Policy Implications of Greenhouse Warming: Mitigation, Adaptation, and the Science Base (Implicaciones de la política del calentamiento por efecto invernadero, mitigación, adaptación y base científica).
El trabajo fue publicado en 1992, cinco años antes de la cumbre de Kyoto, por la National Academies Press (NAP) y sus autores son el citado panel de científicos, la National Academy of Sciences (Academia Nacional de Ciencias), la National Academy of Engineering (la Academia Nacional de Ingeniería) y el Institute of Medicine (Instituto de Medicina), todos ellos de Estados Unidos. Como pueden ver, altísimas instancias del mundo científico estadounidense. Hay que recordar que ese mismo año 1992 se celebró la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que dio lugar a una serie de acuerdos por medio de los cuales los países de todo el mundo se unían por primera vez para hacer frente a este problema. El actual modelo de producción y consumo, el capitalismo, comenzaba a ser señalado con el dedo como responsable del cambio climático. Y como puede comprobarse con la lectura del documento, las altas instancias políticas, científicas y académicas (más algunas de las multinacionales más contaminantes del planeta) de la principal potencia del actual sistema llevaban años estudiando cómo conseguir que el cambio climático no nos obligue a cambiar de modelo, de caminar hacia uno ecológico, limpio, sostenible (el concepto lo encuentro gastado pero todo el mundo lo entiende). No cambiaríamos de modelo y además se conseguiría abrir un nuevo mercado, el de la geoingeniería.
Algunos de los proyectos que con sumo detalle se describen en el estudio científico citado coinciden, al menos en su estética, con lo que hoy vemos en los cielos de todo el mundo y que cualquiera puede observar sólo con mirar hacia arriba los días que se produce o ir a la página web de la NASA para verificarlo con imágenes desde satélite. El estudio Implicaciones de la política del calentamiento por efecto invernadero, mitigación, adaptación y base científica, argumenta que la manera más eficaz de mitigar el cambio climático es la pulverización en la atmósfera de aerosoles reflectantes utilizando para ello aviones, tanto comerciales como militares. El objetivo es crear un escudo global. Este método de mitigación de los efectos del cambio climático tiene como objetivo crear un escudo en la atmósfera del planeta para conseguir que aumente el albedo de la Tierra (su capacidad de reflejar la luz). Se utilizaría para ello aerosoles compuestos de aluminio u óxido de aluminio y óxidos de bario, así como productos químicos que generen ozono en la atmósfera.
El documental What in the World Are They Spraying? ofrece datos sobre que las nubes artificiales que vemos pueden contener aluminio, bario y estroncio. En los últimos años se han realizado análisis del suelo en diferentes partes del mundo y se han encontrado tasas de aluminio elevadísimas en zonas sin actividad industrial ni ninguna otra posible fuente contaminante, como en algunas montañas de California donde se han encontrado concentraciones de aluminio 61 veces mayores de lo permitido por el gobierno estadounidense.
Otra de las perlas del documental es que uno de los máximos asesores de Obama en materia de ciencia y tecnología John Holdren admite que contemplan la geoingeniería como una posibilidad para combatir el cambio climático. Los autores del docu acuden a diversos congresos científicos sobre geoingeniería y entrevistan a sus protagonistas, alguno de los cuales reconoce que el uso de nubes de aluminio pulverizado a tamaño nanotecnológico puede ser un desastre desde el punto de vista de la salud de las personas pero que “no lo han estudiado todavía“.
De modo que sabemos que se lleva años estudiando crear nubes artificiales de compuestos tóxicos como el aluminio. Que se está impulsando la geoingeniería e interesa utilizarla. Que las tasas de aluminio son anormales en diferentes lugares y que sin aparente orden ciertos días podemos observar el fenómeno en apariencia muy similar a cómo se desarrollarían estos proyectos. En fin hay que ser muy escépticos y críticos con todo en general (y con lo que nos viene de ciertos poderes en especial) pero a uno sólo le queda preguntarse cuánto tiempo falta para que alguna fuente oficial reconozca lo que está ocurriendo y que ahora sólo es una hipótesis, pero qué hipótesis, cada vez mejor documentada.
Más info: El libro La salud que viene ofrece el capítulo Escrito en el cielo en el que se documenta este fenómeno.
En el blog del autor: http://www.migueljara.com/2011/02/26/%C2%BFnubes-de-geoingenieria/
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