Para ser justos con los estadounidenses, hay que señalar que el petróleo que ser vierte (la palabra que se utiliza permanentemente para describir algo que sin haber sido contenido excepto por la naturaleza, difícilmente podría ser “vertido”) tiene un efecto devastador sobre el medio ambiente y sus habitantes. Las vidas de millones de personas están siendo irreversiblemente alteradas, si no destrozadas, sin esperanzas de volver a una forma de vida previa al vertido durante sus vidas, a pesar de las promesas presidenciales de lo contrario. El medio ambiente resultará irreversiblemente alterado en cientos de kilómetros cuadrados sin la esperanza de que la vida contenida en ellos se recuperará en un futuro previsible.
Y no es que BP (a la que algunos comentaristas se refieren como “British Petroleum” en un intento, piensan los británicos, de crear más enojo contra su país) no haya hecho todo lo estaba dentro de su poder, en cierto modo para proteger precisamente del desastre en cuestión. BP fue tan minuciosa en el plan de reacción que presentó al Gobierno en el que describía cómo enfrentaría los desastres, que dijo que tenía planes para proteger “Recursos Biológicos Delicados” en el Golfo. Definió que esos recursos incluyen “leones marinos, focas, nutrias de mar y morsas”. Muestra una sorprendente minuciosidad ya que esas criaturas se han visto muy rara vez en el Golfo, durante siglos. (Durante las recientes audiencias en el Congreso en las cuales testimoniaron ejecutivos de otras compañías que realizan perforaciones en el Golfo, se reveló que muchos de los planes de reacción preparados por éstas también prometían la protección de esos animales).
BP también identificó a sus “proveedores primordiales de equipamiento en la región del Golfo de México para el despliegue de recursos para la reacción ante vertidos durante 24 horas al día, 7 días a la semana”. Uno de esos proveedores, identificado en un enlace en la propuesta, es un sitio japonés de compras para el hogar, pero eso fue sólo un error y no sugiere que BP haya sido negligente. El hecho de que los identificó fue importante incluso a pesar de que cuando ocurrió el suceso los proveedores, incluido Home Shopping Network no estaban disponibles, contrariamente a la representación. En su plan de reacción también dice que tiene “personal, equipos, y materiales en suficientes cantidades y capacidad de recuperación para reaccionar efectivamente a vertidos de petróleo en las “peores situaciones” cubiertas por el plan, y es casi seguro que lo creía.
Un hecho poco mencionado respecto al plan de reacción es que tiene casi 600 páginas. Eso, también, habla de la minuciosidad del trabajo de BP.
Si se considera todo lo mencionado, es fácil ver por qué los británicos están tan molestos por las críticas contra la compañía y el daño resultante para la reputación de BP.
BP es una compañía británica muy importante. Ha pagado históricamente dividendos realmente buenos y sus acciones están a menudo en manos de sindicatos de maestros, fondos de pensión, etc. Boris Johnson, el alcalde de Londres, habló por el público británico cuando expresó preocupación por la “retórica antibritánica” y los “abusos verbales” por parte de políticos estadounidenses. George Osborne, Ministro de Hacienda, dijo que es importante que se recuerde el “valor económico que BP produce para la gente en Gran Bretaña y EE.UU.” (Se perdonará a los estadounidenses si ese beneficio ha sido eclipsado en algo por el desastre). Además, BP paga cerca de 1.400 millones de dólares en impuestos en Gran Bretaña y cualquier disminución de esa cifra dañaría la economía británica.
El par conservador Lord Tebbit, fue citado en el New York Times calificando la reacción estadounidense de “una demostración burda, prejuiciada, xenófoba de petulancia presidencial partidista, política, contra una compañía multinacional”. Sir Christopher Meyer, ex embajador británico en EE.UU. dijo que el gobierno británico “debe dejar una señal ante el gobierno de EE.UU. en el sentido de que la supervivencia y la prosperidad a largo plazo de BP es un interés vital británico”. Es algo que los estadounidenses pueden olvidar fácilmente cuando contemplan la supervivencia y prosperidad a largo plazo de los residentes en la costa del Golfo.
Estoy tomando a pecho las preocupaciones de los británicos. No diré, como espero que lo pruebe este artículo, nada que no sea bueno sobre BP. Y no importa lo que le pase a la gente que vive en la costa del Golfo, me sumaré al presidente de BP en la esperanza de que pueda recuperar su vida. Estoy seguro de que han sido días desagradables y estresantes para su persona.
Para contactos con Christopher Brauchli escriba a: brauchli.56@post.harvard.edu.
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Para comentarios políticos (en inglés) vea su sitio: http://
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