El primer ministro japonés, Naoto Kan, calificó hoy de “imprevisible” la situación de la planta nuclear de Fukushima Daiichi, que obliga a “no bajar la atención”.
Desde este sábado no llegan buenas noticias de Fukushima, donde los trabajadores de TEPCO, la empresa operadora, intentan desde el terremoto del 11 de marzo refrigerar sus seis reactores, pero cada día se enfrentan a una nueva dificultad.
El tsunami que generó ese seísmo de 9 grados Richter, con olas de hasta trece metros, destruyó el sistema eléctrico de la central que es necesario para enfriar sus reactores, que albergan peligrosas barras de combustible nuclear.
Los más recientes esfuerzos se centraron en tratar de drenar el agua radiactiva que inunda la zona de turbinas cerca de los reactores 1, 2 y 3, el último de los cuales preocupa especialmente por contener un combustible que mezcla uranio y plutonio, altamente tóxico.
El portavoz japonés, Yukio Edano, muy crítico con la gestión de TEPCO de la crisis, pidió vigilar la salida de plutonio al exterior de la planta y consideró probable que el material detectado provenga de barras de combustible fusionadas parcialmente.
El portavoz nipón indicó no obstante que las cantidades de plutonio halladas son las mismas que pueden encontrarse en el medio ambiente mientras, en Viena, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) señalaba que la composición de isótopo sugiere que procede de un reactor y destacaba también su escasa cantidad.
Para las autoridades japonesas, lo prioritario ahora en Fukushima es continuar lanzando agua sobre los reactores, para así tratar de refrigerarlos, y al tiempo drenar las zonas inundadas.
Un terremoto de 6,4 grados sacude de nuevo Fukushima
Un terremoto de 6,4 grados de magnitud en la escala de Richter hizo temblar este martes de nuevo el noreste de Japón y se sintió en Tokio, con epicentro en la costa de la provincia de Fukushima, donde se encuentra la inestable planta nuclear.
Según la Agencia Meteorológica de Japón, el seísmo ocurrió a las 19.54 hora local (9.54 GMT) y el epicentro se situó a poca profundidad bajo el lecho marino frente a Fukushima, una de las provincias más afectadas por el seísmo de 9 grados del 11 de marzo.
En algunos pueblos costeros de esa provincia el temblor tuvo una intensidad 4 en la escala japonesa de 7 grados, mientras en la mayor parte de la costa se sintió con un nivel de 3.
El terremoto volvió a sacudir toda la costa noreste nipona afectada desde el día 11 de marzo y también se sintió con claridad en la ciudad de Tokio, sin que por el momento se informara de daños.
Tampoco se han reportado daños en la central nuclear de Fukushima Daiichi, donde se lucha día y noche por refrigerar sus seis reactores, dañados por el terremoto de 9 grados Richter.
Desde el gran seísmo y posterior tsunami del día 11, que arrasó vastas zonas de la costa noreste, se han sucedido más de 700 réplicas en Japón, de ellas tres de más de 7 grados en la escala Richter, más de 60 superiores a 6 y unas 350 de más de 5 grados.
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