martes, 31 de mayo de 2011

Alemania adelanta el apagón nuclear a 2022
Nuevo plan energético frente al auge verde


Gara_31-05-2011

Preocupado por el auge antinuclear, el Gobierno alemán da un giro a su política energética y planea apagar todas las centrales atómicas para 2022, dejando tres en reserva. Verdes, Die Linke y ecologistas rechazan el plan, mientras que el SPD lo considera viable.


El Gobierno de la canciller Angela Merkel (CDU) decidió ayer decretar el cierre de las 17 centrales nucleares de aquí a 2021. Las siete plantas más antiguas, que se encuentran fuera de servicio desde la catástrofe de Fukushima, y la de Krümmel, apagada por problemas técnicos, no volverán a funcionar. Sin embargo, el Ejecutivo alemán quiere mantener tres centrales «en reserva» para que en caso de emergencia puedan estar operativas hasta el 2023.

En la rueda de prensa ofrecida ayer, Merkel presentó su plan como el inicio del «cambio energético» y dijo que podría servir de ejemplo a otros países. Aunque la presidenta de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) ya canta victoria todavía le queda un trecho por recorrer porque su proyecto requiere cambios en la legislación. Por eso, su ministro de Medio Ambiente, Norbert Röttgen, invitó a los demás partidos a participar en este «gran proyecto nacional».

De cara a la opinión pública, los tres partidos de Gobierno -la CDU, su hermana regional Unión Social Cristiana (CSU) y su socio de coalición, el Partido Liberaldemócratico (FDP)- están dando una inusual imagen de unidad. El jefe de la CSU, Horst Seehofer, a la sazón ministro presidente de Baviera, ha ido incluso más lejos al reabrir el espinoso debate sobre un depósito definitivo para los residuos nucleares en Alemania. Y el vicecanciller y ministro de Economía, el liberal Philipp Rösler, habló inclusive de «un día histórico para la política energética alemana».

El Partido Socialdemócrata (SPD) de Sigmar Gabriel se ha mostrado abierto a colaborar con el Gobierno para llegar a un acuerdo siempre que se retomen los principios del «compromiso nuclear», firmado hace una década entre este partido, los Verdes y la industria nuclear en torno al abandono de la energía atómica. Gabriel se adelantó diciendo que se trata «de un gran día de satisfacción para todos los antinucleares en Alemania».

Lejos de esta euforia se sitúan las reacciones de los Verdes, del partido socialista Die Linke (La Izquierda) y de las organizaciones ecologistas.

El Partido Verde se muestra escéptico con el plan de Merkel. Su copresidenta Claudia Roth declaró que había que fijarse «en la letra pequeña» del proyecto de ley que el bipartito va a presentar al Parlamento. En Alemania existe una ley que regula el funciona- miento de las plantas nucleares. El jefe del grupo parlamentario, Jürgen Trittin, subraya que ahora hay «más preguntas que respuestas» que antes.

La reacción del Partido Verde se explica por el hecho de que con su política antinuclear ha experimentado un espectacular auge que tras la catástrofe de Fukushima le ha colocado al mismo nivel que la CDU y el SPD. Ahora parece que Merkel les secuestra el tema que es el principal pilar de su credibilidad ante el electorado.

Giro de 180 grados

Lo que en un principio puede aparecer como una inteligente jugada política de la canciller podría costarle cara. Supone dar un giro de 180 grados en la política nuclear de la CDU que, junto con la CSU y el FDP más el SPD, siempre ha velado por los intereses del oligopolio energético. La multinacional RWE apoyó a Merkel para que junto con el FDP acabara con el «compromiso nuclear», firmado con el SPD y los Verdes en 2000. Logró esta meta en otoño de 2010, cuando el bipartito acordó prolongar la vida útil de las centrales del año 2023 hasta 2035.

Ese proyecto salió de una reunión a puerta cerrada, bautizada como «cumbre nuclear», entre la jefa de Gobierno y los presidentes de las alemanas Eon, RWE, EnBw y la sueca Vattenfall. Las cuatro empresas controlan el mercado alemán. Entonces Merkel calificó de «revolución» su plan, que ella misma paró en seco en marzo al decretar el cierre provisional de las siete centrales más antiguas como reacción a la catástrofe nuclear de Fukushima. Desde entonces RWE ha cambiado de estrategia llevando al Gobierno a los tribunales por ese cierre forzoso, ya que varios juristas lo consideran ilegal. Este «zigzagueo» de Merkel le resta no sólo credibilidad entre los poderes fácticos sino también entre aquellos electores que dieron su voto a la CDU justamente por su política pronuclear. Ahora, la canciller quiere dar la imagen de ser más ecologista que los propios Verdes, algo que no es creíble precisamente por los bandazos que ella suele dar.

Éste es el flanco abierto por el que le atacan las organizaciones ecologistas. Tanto Greenpeace como la Federación de Medio Ambiente y Naturaleza de Alemania (BUND) consideran el plan de Merkel como «poco ambicioso», ya que estiman que se podría acelerar el cierre definitivo de todas las centrales nucleares.

Algo similar piensa el partido socialista Die Linke. Su copresidenta Gesine Lötzsch considera viable que para 2014 se apaguen las centrales nucleares. Además, ha instado a Merkel que diga cómo se financiará el final de la energía nuclear.

La Comisión de Sabios, creada por la canciller para tal propósito, piensa que el precio de la luz podría encarecerse para los solteros y para las familias 11 y 29 euros al año, respectivamente, según declaraciones de Klaus Töpfer (CDU), a la sazón ex ministro de Medio Ambiente.

También la multinacional EnBW quiere hablar sobre dinero, porque en 2010 tiene que pagar un impuesto extra sobre el combustible nuclear. En esos ingresos justificó el Gobierno la prolongación de la vida útil de las plantas atómicas al argumentar que estos miles de millones serían invertidos en energías renovables. EnBW ha anunciado que estudiará primero el proyecto antes de adoptar una posición «porque no fuimos consultados previamente».

De hecho, el diario conservador «Die Welt», cercano a la CDU, lleva ya algún tiempo haciéndose eco de las advertencias del oligopolio de que el cierre de las siete plantas más antiguas podría provocar apagones en regiones tan sensibles como Frankfurt, por ejemplo. Otro artículo apocalíptico se refería a que Alemania no está preparada en absoluto para aguantar un corte de electricidad que duraría un par de días. Según estas fuentes, se podrían dar apagones en verano o en invierno, porque son las estaciones del año en las que más energía se consume.

Lo que hasta ahora no se ha debatido en Alemania son las consecuencias del plan de Merkel para el resto de Europa.

En marzo, Bélgica criticó que el cierre de las siete plantas alemanas se llevara a cabo sin consultas previas porque esa decisión podría conllevar un problema de abastecimiento fuera de Alemania. También ahora el rechazo a la decisión de Merkel sigue siendo grande sobre todo en los estados francés y sueco. La jefa de la multinacional gala Areva, Anne Lauvergeon, opina que en Alemania «aún puede pasar mucho hasta 2020». Palabras como éstas hay que considerarlas una advertencia, a sabiendas de que tan sólo la sueca Vattenfall opera dos centrales nucleares en Alemania.

Por lo tanto, Alemania aún está lejos de convertirse en el primer país europeo libre de centrales nucleares. Como lejos está también el final del movimiento antinuclear que ha de sentar las bases para que el plan de Merkel sea un adiós y no un hasta luego a la energía atómica, como ocurrió en 2010.

Fuente: http://www.gara.net/paperezkoa/20110531/269639/es/Nuevo-plan-energetico-frente-auge-verde

lunes, 30 de mayo de 2011

La masificación de nueva tecnología petrolera beneficia a Venezuela.


Aporrea_30-05-2011

La adicción al petróleo se vuelva cada vez más cara. La AIE (agencia de investigación de energía) dice:” el consumo mundial de crudo alcanzara los 88 millones de barriles de petróleo por día (BPPD) La agencia proyecta que el precio del barril se sostendrá en este año en un promedio de 103 dólares por barril de petróleo, además, varios organismos encargados de estudiar como sostener la especulación del crudo advierten que para el 2012 el precio del petróleo llegaría a los 130 dólares el barril, año electoral en EEUU y Venezuela, marcara la nueva ruta geopolítica en la región.

El consumo mundial de petróleo impulsado por la enorme demanda de China e India, aumento en 2.3 millones diarios el consumo en el 2010, 2.8% mas según el gobierno de EEUU, la segunda mayor alza en 30 años. En tanto la producción petrolera en occidente no aumenta lo que significa que el mundo depende cada vez más de la producción de la OPEP y en especial de Arabia Saudita, el comodín de EEUU.

En su último boletín el Servicio Geológico de Estados Unidos dice:” hay más o menos unos 3 billones de barriles de crudo pesado en todo el mundo, alrededor de 100 años de consumo a 86 millones de barriles de petróleo por día (BPPD).

Con la tecnología existente, unos 500000 millones de barriles pueden ser recuperados. Esa tecnología la tienen Canadá, EEUU, China, Rusia, y algunas trasnacionales del petróleo que empiezan a invertir en la extracción de crudo pesado en pocas naciones del Medio Oriente. El petróleo pesado es tan espeso que es más difícil de extraer, a veces es tan espeso como la melaza, por eso vale más refinarlo para convertirlo en combustibles.

Schlumberger, poderosa trasnacional de servicios petroleros dice” todos los países deben comenzar a pensar en las reservas de petróleo pesado”. Occidental Petroleum opera en Bahréin, país que espera triplicar la producción de petróleo pesado de su pozo Awali. En el año 2009 Abu Dhabi emprendió un proyecto piloto para producir crudo pesado con la compañía Proxair en el yacimiento Zakum. Omán investiga esta posibilidad de producción con Chevron.

Enel yacimiento de Wafra, ubicado en un pedazo de desierto entre Kuwait y Arabia Saudita, se desarrolla una tecnología que convierte al agua en vapor, ese vapor se inyecta para calentar la tierra impulsando la extracción de petróleo pesado. La inyección de vapor ha incrementado la producción a 1700 BPPD. Siete veces más que antes de comenzar la inyección de vapor al suelo.

En el pozo de Wafra a 50 Km de la costa del Golfo Pérsico, cientos de bombas trabajan diariamente para que el 45% del petróleo termine en los EEUU. Pero, Chevron que ejecuta el experimento desde hace 4 años a un costo de 400 millones de dólares esta tras los 25000 millones de barriles de crudo pesado.

En Houston, la universidad Rice, en voz de su Amy Myers Jaffe, directora del Foro de Energía del Instituto Baker para las Políticas Públicas dice: “Cuando se habla de cómo nos estamos quedando sin petróleo no consideran el petróleo pesado, hay una gran cantidad de reservas allí, es solo cuestión de desarrollar la tecnología”.

Chevron ex Texaco, opera en Venezuela, país con las mayores reservas de crudo pesado del mundo 900000 millones de barriles de petróleo aproximadamente. Medio Oriente posee unas reservas recuperables de crudo pesado estimadas en 80000 millones de barriles. Norteamérica 650 millones, América del Sur 1330, África 83, Europa 75, Rusia 182, Sur de Asia 18, Sureste de Asia 68, Transcaucásica 52, Asia del Este 168 millones de barriles de petróleo, según la Agencia Internacional de Energía (EIA).

Chevron Corp. Tiene 40 años de experiencia extrayendo petróleo pesado de campos de California, Tailandia, Canadá, oportunidad única para que una vez más una trasnacional estadounidense se quede con una importante participación en las mayores reservas petroleras del mundo si la política exterior de Washington contra Caracas, se incrementa como guerra sucia hasta el 2012 por la reelección de Obama y Chávez.

Son proyectos que, por la inversión de miles de millones de dólares y años en tiempo a cargo de Chevron en Arabia Saudita, inversión a cargo de la petrolera, es calificada de incierta, esa es la típica manipulación gringa, sin embargo, los pueblos de naciones petroleras sabemos que los gringos no invierten a ciegas. Menos en petróleo.

Wood Mackenzie, consultora petrolera en el Medio Oriente manifiesta:”el petróleo fácil se está acabando, los pozos petroleros más importantes se están secando en el Golfo, han bombeado más de la mitad de su crudo punto a partir del cual la producción tradicional comienza a declinar y empieza la recuperación ultima” o recuperación terciaria en el argot petrolero.

Esto no quiere decir que las naciones productoras se queden sin petróleo, lo que se dice es, que el crudo fácil, el petróleo liviano de alta calidad ideal para la industria petroquímica de fácil perforación comienza a secarse. Lo mismo ocurre en los mares, ahora, se produce el petróleo de aguas profundas con riesgos letales como el ocurrido a la plataforma de BP en el Golfo de México, en donde se vertieron algo más de 50 millones de barriles al mar, uno de los enormes precios que la humanidad y la naturaleza continuarán pagando por su adicción al petróleo.

Fuente: http://aporrea.org/energia/a124192.html

domingo, 29 de mayo de 2011

Fukushima
La fusión del combustible y sus posibles consecuencias

David Wright_29/05/2011

La semana pasada, la empresa TEPCO (Tokyo Electric Power Company) anunció que creía que el combustible del reactor 1 —y posiblemente también el de los reactores 2 y 3— se había fundido y se hallaba sobre el fondo de la vasija del reactor. Pero suponía que los trabajadores habían sido capaces de mantener el bloque fundido suficientemente frío para evitar que se fundiera también el fondo de la vasija.

Esta rotura del fondo de la vasija sería muy preocupante, pues permitiría que los gases altamente radiactivos procedentes del combustible salieran a la estructura de contención primaria (1). Es más, la masa de combustible fundido reaccionaría entonces con el suelo de hormigón de la estructura de contención primaria, generando todavía más gases radiactivos. Si estos gases escaparan a la atmósfera, bien fuera porque fuera preciso ventilar esta estructura o porque hubiera alguna fuga (que podría ser originada por la propia masa fundida de combustible), sumarían una importante cantidad de radiactividad suplementaria a la ya liberada a raíz del accidente.

TEPCO piensa que la fusión del combustible se produjo el 12 de marzo, un día después del terremoto. Si esto es cierto significa que, a pesar de los problemas que todavía persisten en los reactores, los trabajadores han logrado enfriar el combustible y evitar una rotura de los reactores durante más de dos meses.

El calor de desintegración generado por el combustible es un factor que podría provocar la rotura de la vasija del reactor. Este calor de desintegración disminuye con el tiempo. Al cabo de dos meses, el calor de desintegración desciende a alrededor del 30 % del nivel alcanzado en el momento de la fusión del combustible; al cabo de seis meses habrá descendido a menos del 20 % de dicho nivel y al cabo de un año será de alrededor del 10 % del mismo.

Lamentablemente no está claro cómo afecta la menor carga térmica del combustible a la probabilidad general de una rotura de la vasija del reactor, ya que esto depende de toda una serie de factores desconocidos, como la configuración actual del combustible y la posible corrosión de la vasija.

Al cabo de cinco años, que es el plazo después del cual se habla de trasladar el combustible usado a contenedores secos, el calor de desintegración habrá descendido a cerca del 2 % del valor inicial.

(1) Para conocer las distintas partes de un reactor , los peligros de contaminación y otras cuestiones relacionadas recomendamos el artículo "Preguntas y respuestas para entender el accidente" (actualizado el 3/4/2011):http://www.vientosur.info/documentos/1.1%20Crisis%20nuclear%20en%20Japon.pdf

Traducción: VIENTO SUR

Fuente: http://www.vientosur.info/articulosweb/noticia/?x=3956

sábado, 28 de mayo de 2011

¡La Patagonia no!


Punto Final_28/05/2011

Las más grandes manifestaciones públicas de los últimos veinte años en Chile se han registrado en este mes de mayo. Sus demandas cuestionan la esencia del modelo económico, social y cultural implantado a sangre y fuego por la dictadura militar y conservado por la Concertación y la derecha. Decenas de miles de personas, en su mayoría jóvenes, en Santiago y las principales ciudades del país han impugnado tanto la privatización de la educación como la entrega de la Patagonia a un consorcio multinacional de la energía eléctrica. Las movilizaciones comenzaron el 13 de mayo y tuvieron un punto culminante el 20 en Santiago, y el 21 en Valparaíso, cuando el presidente de la República leía su Mensaje anual al Congreso. Las movilizaciones estudiantiles y ciudadanas continuarán.

Por motivos diversos, estas expresiones populares han resultado sorprendentes. En el caso de HidroAysén, por la velocidad entre la convocatoria y la masiva respuesta alcanzada gracias al impacto que ese tema produce en una opinión pública previamente sensibilizada por la defensa del medioambiente. No ha habido en estas manifestaciones una organización vertical, ni jerarquías, ni grupos políticos hegemónicos. Las redes sociales han demostrado una vez más su capacidad de convocatoria en amplios sectores que hoy tienen acceso a esos canales de comunicación. Se trata en su mayoría de jóvenes de sectores medios y altos que, no obstante contar con la protección de los ingresos familiares, experimentan la enorme frustración que produce un modelo económico y social que los condena a graduarse de “cesantes ilustrados” y a cargar con un pesado endeudamiento por su educación. Encuestas efectuadas pocos días después de la primera protesta, muestran que la oposición a HidroAysén es de entre un 70 y 75%. La Iglesia, a través del comité permanente de la Conferencia Episcopal, calificó de “inaceptable” toda decisión en materia energética que se guíe sólo por intereses económicos. Más áspero fue el juicio del New York Times que llamó al gobierno de Chile a proteger la Patagonia y a rechazar el proyecto HidroAysén por los enormes costos que significará al país y al equilibrio medioambiental. Quizás ese periódico no diría lo mismo si Chile optara por las centrales nucleares que ofrecen construir las transnacionales norteamericanas. Pero el hecho es que el gobierno chileno se ve sometido, por su torpeza, a duras críticas de sectores internos y también extranjeros que deberían ser sus más fieles aliados. Vale la pena consignar que tanto HidroAysén como las organizaciones ecologistas internacionales que rechazan el proyecto, han destinado cuantiosos fondos a financiar la publicidad y la movilización de esta batalla medioambientalista que tiene a Chile como escenario.

A la cabeza de las manifestaciones estudiantiles, entre tanto, está la confederación que agrupa a los estudiantes universitarios. La capacidad de convocatoria de la Confech es también insólita, dadas las elevadas cifras de abstención que registran las elecciones estudiantiles. A diferencia de la protesta contra HidroAysén, en este caso se levanta una crítica de fondo al sistema institucional y al modelo económico, social y cultural originado en el régimen dictatorial. Unas y otras protestas, sin embargo, han ido más allá de lo puntual. Se cuestiona al gobierno por su responsabilidad en la aprobación de los proyectos energéticos que favorecen a grandes empresas transnacionales, y por su hipocresía al recurrir a una “institucionalidad ambiental” que oculta la actuación del presidente de la Republica, que nombra directa o indirectamente a casi todos los integrantes de las instancias decisorias. La protesta estudiantil, a su vez, es muy directa, al acusar al modelo que ha convertido la educación en fuente de lucro de consorcios nacionales y extranjeros, y hasta de partidos políticos, incluyendo algunos de la sedicente “izquierda” que adhiere al sistema.

Lo que está pasando en Chile -con características propias de nuestra realidad- se inscribe en un fenómeno universal de cuestionamiento del capitalismo neoliberal. Y este rasgo común tiene gran importancia, porque señala la necesidad de una alternativa al sistema inoperante. En España miles de personas reclaman contra el Estado y repudian a los partidos que no consiguen detener el desempleo. El estruendoso fracaso electoral del PSOE ha sido la primera consecuencia política de la “indignación” que canaliza el M-15 ciudadano. En Grecia, sumida en la crisis financiera, las manifestaciones populares de trabajadores y estudiantes han conmocionado a Europa. En otras naciones, el descontento se expresa en plebiscitos que repudian al FMI. La situación de España, Italia y Grecia mantiene en vilo la economía europea cuyo desplome lo evitan las multimillonarias transfusiones de recursos del FMI y de la Unión Europea. La protesta social ha aparecido también en EE.UU., llegando al riñón del imperio. Más de diez mil profesores y estudiantes de Nueva York cercaron Wall Street, exigiendo que los bancos y los ricos paguen los costos de una crisis que ellos mismos desataron. Por otra parte, lo que ocurre en los países árabes con las movilizaciones ciudadanas puede cambiar el curso de la historia de esa región, si termina con los regímenes corruptos y las monarquías feudales protegidas hasta ahora por EE.UU.

Lo que sucede en Chile se inscribe en esa ola mundial que quiere sacudirse de la explotación y el abuso capitalista. El fenómeno es auspicioso y estimulante. Vigoriza un cuerpo social adormecido por la economía de mercado y pone en marcha nuevas iniciativas que miran hacia la construcción de una alternativa democrática, solidaria y participativa. La movilización social, sin embargo, necesita crear un eje orientador que le permita subsistir al desgaste que sufre esta forma de lucha, y renovar sus demandas y liderazgos. Neutralizar a la represión, que sigue siendo el instrumento privilegiado para contener la protesta social, es también un asunto de primera importancia. El rechazo a los partidos políticos que expresan sobre todo las manifestaciones contra HidroAysén, debe ser motivo de preocupación especial. El “apoliticismo” ha sido un arma tradicional de la derecha. Los partidos ciertamente se han ganado su desprestigio y deben respetar la autonomía de las organizaciones sociales. Y éstas (así como los movimientos que las agrupan) tienen que asumir que la política, como fuente de reflexión y acción colectivas, proporciona visiones globales y orientaciones que hacen posible el cambio social. Buscar entendimientos y plataformas comunes resulta urgente para fundir lo social y político. El objetivo es construir una alternativa al capitalismo salvaje. Para nosotros se llama socialismo. Socialismo del siglo XXI, democrático y participativo, bien distinto de las experiencias fracasadas del siglo pasado.


(Editorial de “Punto Final” edición Nº 734, 27 de mayo, 2011)
www.puntofinal.cl