La irresponsabilidad y persistencia de la apuesta fáustico-atómica
Rebelión_14-02-2012
El presidente de la compañía eléctrica de Atalanta Southern Company, Thomas Fanning, anunció el pasado jueves 9 de febrero de 2012 que el organismo regulador del gobierno norteamericano, la NRC, ha aprobado el pedido para la construcción de dos nuevos reactores nucleares, diseñados por Westinghouse. en la central de Vogtle, este de Georgia, al sur de la ciudad de Augusta [1]. La primera vez en 30 años.
La última vez que la comisión reguladora norteamericana aprobó la construcción de una planta nuclear fue en 1978. Un año después se produjo la fusión parcial del reactor de Three Mile Island en Pensilvania, uno de los peores y más graves accidentes de la historia de la industria nuclear. Después de lo sucedido, las solicitudes para la construcción de nuevos reactores quedaron paralizadas.
La NRC –que tras el accidente de Fukushima dictó nuevas medidas de seguridad para las 104 plantas nucleares que operan en el país- aprobó el plan de la compañía eléctrica por cuatro votos contra uno. No fue una decisión unánime. El voto en contra fue del propio presidente de la Comisión, Gregory Jaczko, quien citó en su argumentación, no podía ser de otra forma, el accidente nipón de marzo de 2012: ”No puedo respaldar este permiso como si Fukushima no hubiera ocurrido” [2]. Jaczko protestó porque no se habían incluido nuevas medidas de seguridad en el diseño pensando en posibles desastres nucleares, señala la periodista de Público, quien apunta que la decisión puede “abrir nuevas oportunidades en nuevos estados”. Compañías eléctricas de Florida y las Carolinas ya han presentado propuestas basadas en el mismo tipo de reactor.
La Southern Company espera poner en marcha los dos nuevos reactores, con un coste total de 14.000 millones de dólares, en 2016. Para Marvin Fertel, presidente y director general del Instituto de Energía Nuclear, el jueves fue un día histórico. No se anduvo con subterfugios: “[La votación en la NRC] es un aviso claro al mundo de que Estados Unidos reconoce la importancia de extender la energía nuclear como componente clave de un futuro energético con bajo consumo de carbono, crucial para la creación de empleos, la diversificación del suministro de energía y la seguridad energética". ¿Les suena la música? ¿Recuerdan la letra sobre empleos y seguridad energética?
El presidente Barack Obama, al igual que otros partidarios de la energía nuclear, ha declarado que con la energía nuclear “el país reduciría su dependencia de los combustibles fósiles y generaría energía sin producir las emisiones a las que se atribuye el calentamiento global”. La parcial falsedad de la afirmación es de manual [3]. Por detrás –o por delante más bien- el gobierno ofreció al proyecto Vogtle, la central donde ubicarán los reactores, 8.300 millones de dólares en garantías de préstamos federales, el 60%, aproximadamente, del coste del proyecto. ¡Lo público al servicio de lo privado! Es parte, se afirma, de la política del gobierno Obama para ampliar la energía nuclear. ¡Podemos empezar a temblar de nuevo! ¡Hay elecciones en noviembre!
Por lo demás, ¿dónde están las supuestas novedades del gobierno Obama? Es necesario relanzar de nuevo el movimiento antinuclear, también en Estados Unidos, hoy más que nunca ¡Mejor activos hoy que mañana radiactivos! Dicho con las sentidas y sabias palabras de Kenzaburo Oé: “Hoy constatamos que el riesgo de las centrales nucleares se ha hecho realidad. Sea cual sea el final del desastre que nos acecha –y con todo el respeto que me producen los esfuerzos desplegados para combatirlo-, su significado no se presta a ambigüedad alguna: la historia de Japón ha entrado en una nueva fase en la que de nuevo nos encontramos bajo la mirada de las víctimas de lo nuclear, de esos hombres y esas mujeres que demostraron un enorme coraje en su sufrimiento. La enseñanza que podamos extraer del desastre actual dependerá de la firme resolución de aquellos que consigan sobrevivir de no repetir los mismos errores“ [4].
¡De no repetir los mismos errores!
Notas:
[1] http://es-us.noticias.yahoo.com/reguladores-eeuu-aprueban-planta-nuclear-d%C3%A9cadas-222639309.html
[2] Isabel Piquer, “EEUU aprueba su primera planta nuclear en 30 años”. Público, 10 de febrero d 2012, p. 36
[3] Véase Eduard Rodríguez Farré y Salvador López Arnal, Ciencia en el ágora. Mataró (Barcelona), El Viejo Topo (en prensa), capítulos I y VI.
[4] Kenzaburo Oé, Cuadernos de Hiroshima, Anagrama, Barcelona, 2011, p. 216.
La última vez que la comisión reguladora norteamericana aprobó la construcción de una planta nuclear fue en 1978. Un año después se produjo la fusión parcial del reactor de Three Mile Island en Pensilvania, uno de los peores y más graves accidentes de la historia de la industria nuclear. Después de lo sucedido, las solicitudes para la construcción de nuevos reactores quedaron paralizadas.
La NRC –que tras el accidente de Fukushima dictó nuevas medidas de seguridad para las 104 plantas nucleares que operan en el país- aprobó el plan de la compañía eléctrica por cuatro votos contra uno. No fue una decisión unánime. El voto en contra fue del propio presidente de la Comisión, Gregory Jaczko, quien citó en su argumentación, no podía ser de otra forma, el accidente nipón de marzo de 2012: ”No puedo respaldar este permiso como si Fukushima no hubiera ocurrido” [2]. Jaczko protestó porque no se habían incluido nuevas medidas de seguridad en el diseño pensando en posibles desastres nucleares, señala la periodista de Público, quien apunta que la decisión puede “abrir nuevas oportunidades en nuevos estados”. Compañías eléctricas de Florida y las Carolinas ya han presentado propuestas basadas en el mismo tipo de reactor.
La Southern Company espera poner en marcha los dos nuevos reactores, con un coste total de 14.000 millones de dólares, en 2016. Para Marvin Fertel, presidente y director general del Instituto de Energía Nuclear, el jueves fue un día histórico. No se anduvo con subterfugios: “[La votación en la NRC] es un aviso claro al mundo de que Estados Unidos reconoce la importancia de extender la energía nuclear como componente clave de un futuro energético con bajo consumo de carbono, crucial para la creación de empleos, la diversificación del suministro de energía y la seguridad energética". ¿Les suena la música? ¿Recuerdan la letra sobre empleos y seguridad energética?
El presidente Barack Obama, al igual que otros partidarios de la energía nuclear, ha declarado que con la energía nuclear “el país reduciría su dependencia de los combustibles fósiles y generaría energía sin producir las emisiones a las que se atribuye el calentamiento global”. La parcial falsedad de la afirmación es de manual [3]. Por detrás –o por delante más bien- el gobierno ofreció al proyecto Vogtle, la central donde ubicarán los reactores, 8.300 millones de dólares en garantías de préstamos federales, el 60%, aproximadamente, del coste del proyecto. ¡Lo público al servicio de lo privado! Es parte, se afirma, de la política del gobierno Obama para ampliar la energía nuclear. ¡Podemos empezar a temblar de nuevo! ¡Hay elecciones en noviembre!
Por lo demás, ¿dónde están las supuestas novedades del gobierno Obama? Es necesario relanzar de nuevo el movimiento antinuclear, también en Estados Unidos, hoy más que nunca ¡Mejor activos hoy que mañana radiactivos! Dicho con las sentidas y sabias palabras de Kenzaburo Oé: “Hoy constatamos que el riesgo de las centrales nucleares se ha hecho realidad. Sea cual sea el final del desastre que nos acecha –y con todo el respeto que me producen los esfuerzos desplegados para combatirlo-, su significado no se presta a ambigüedad alguna: la historia de Japón ha entrado en una nueva fase en la que de nuevo nos encontramos bajo la mirada de las víctimas de lo nuclear, de esos hombres y esas mujeres que demostraron un enorme coraje en su sufrimiento. La enseñanza que podamos extraer del desastre actual dependerá de la firme resolución de aquellos que consigan sobrevivir de no repetir los mismos errores“ [4].
¡De no repetir los mismos errores!
Notas:
[1] http://es-us.noticias.yahoo.com/reguladores-eeuu-aprueban-planta-nuclear-d%C3%A9cadas-222639309.html
[2] Isabel Piquer, “EEUU aprueba su primera planta nuclear en 30 años”. Público, 10 de febrero d 2012, p. 36
[3] Véase Eduard Rodríguez Farré y Salvador López Arnal, Ciencia en el ágora. Mataró (Barcelona), El Viejo Topo (en prensa), capítulos I y VI.
[4] Kenzaburo Oé, Cuadernos de Hiroshima, Anagrama, Barcelona, 2011, p. 216.
No hay comentarios:
Publicar un comentario