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miércoles, 30 de junio de 2010
martes, 29 de junio de 2010
Para los pueblos indígenas yurakarés, moxeños y chimanes, el proyecto amenaza la supervivencia territorial por la que tanto han luchado. Su posición rotundamente contraria no se ha hecho esperar.
La carretera atravesaría el corazón intacto del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), uno de los puntos más biodiversos y a la vez más desconocidos de la Amazonia andina. Sus múltiples ríos y lagunas entre alturas de 3.000 a 189 metros sobre el nivel del mar, han cobijado un refugio del Pleisotoceno, como lo es en Ecuador el Parque Nacional Yasuní.
El TIPNIS es una de las más antiguas áreas protegidas del país, declarada parque nacional ya en el 1965 y reconocida como territorio indígena tras la primera gran marcha de los pueblos indígenas en 1990. Por primera vez, pueblos amazónicos se movilizaron hasta la capital y arrancaron del gobierno la titulación de un territorio tan extenso como dos Cataluñas para los pueblos yurakarés, moxeños y chimanes. Tras 20 años de luchas y demoras, estos pueblos lograron la legalización como Territorio Comunitario de Orígen en junio de 2009. Apenas un año después, el gobierno pretende ahora pavimentar el destino de las 64 comunidades que lo habitan.
“Es una amenaza para el territorio y hay riesgo de que las comunidades puedan desaparecer. Nuestro interés es mantener nuestro territorio íntegro” denunció el representante de la Subcentral del territorio originario, Adolfo Moye, advirtiendo que ni siquiera permitirán que la vía bordee el parque. En un encuentro extraodinario de corregidores de los tres pueblos indígenas, el pasado 18 de mayo en la comunidad de San Miguelito de Isiboro, las comunidades acordaron un rechazo rotundo al proyecto, recordándole al presidente la incompatibilidad de defender a la madre tierra con retroexcavadoras.
Entre tanto, la constructora brasileña OAS, que se adjudicó el proyecto carretero Villa Tunari-San Ignacio de Moxos, ya inició los estudios de diseño en el lugar y estableció un precio referencial de 1,5 millones de dólares para construir un kilómetro de la carretera sin que previamente el Senado haya aprobado el crédito para financiar dicha obra.
La prisa del presidente Evo Morales por ejecutar la obra, aún sin consultar a las comunidades, ha generado dudas sobre la soberanía de Bolívia respecto a la óptica desarrollista que está imprimiendo su país vecino en la Amazonia. Con el imparable megaproyecto de represas del río Madeira como telón de fondo, que inundará también territorio boliviano, este proyecto carretero se inscribe en un capítulo más para ampliar los canales de exportación interoceánica previstos en la Iniciativa Integración Regional de América del Sur (IIRSA).
Abriendo la frontera amazónica
El proyecto vial, además, facilitará enormemente el trabajo de las compañías petroleras en esta región, cuyo único paso son los sinuosos ríos. Repsol YPF, concesionaria del Bloque Secure, de 771.000 hectáreas, que superpone su extensión en gran parte del área del TIPNIS, ya inició la apertura de 1.000 km de líneas sísmicas en 1995 y perforó tres pozos petrolíferos en el año 2000 generando conflictos tanto con las comunidades como con las autoridades ambientales por vertidos en el río Apere y deforestación de uno de los márgenes del río Isiboro para construir un campamento.
Por otro lado, la empresa mixta creada por el gobierno boliviano Petroandina tambíén estaría dispuesta a iniciar operaciones, como las que le han valido la oposición del pueblo Leco y Mosetén, en el vecino departamento de La Paz, al norte del TIPNIS.
Organizaciones ambientalistas como el Fobomade o Lidema alertan también de las nefastas consecuencias para los pocos bosques primarios que sobreviven a la expansión de la frontera agroexportadora en el oriente. Como antecedente próximo, la carretera Cochabamba-Santa Cruz, construida en los años ochenta, desplazó y arrinconó a los pueblos yurakarés y los casi extintos yukis del Cahapare además de fomentar, con créditos del Banco Mundial manejados por la oligarquía, la transformación de la Amazonia cruceña en un gigante monocultivo de oleoginosas regadas con hectómetros de agroquímicos.
Tensiones en el TIPNIS
Algunos analistas sugieren también las presiones que recibe Evo Morales de sus bases campesinas en la región del Chapare y que verían con buenos ojos la apertura caminera para facilitar la colonización del parque, autocontenida por los campesinos después de un acuerdo histórico en 1990. En aquel momento, tras finalizar la Marcha por la Tierra y la Vida, los pueblos indígenas yurakarés y moxeños acordaron con las comunidades cocaleras que colonizaban el sur del TIPNIS delimitar una “línea roja” y detener se avance selva adentro. Incluso ambos sectores protagonizaron en 1998 movilizaciones como un bloqueo de 15 jornadas a la empresa Repsol que había ingresado sin consultarles a sus comunidades.
Recientemente, como denuncian los indígenas en su comunicado, la convivencia entre campesinos e indígenas se degradó con la colonización y posterior desalojo de avanzadillas campesinas al norte de la línea roja, en septiembre de 2009. La construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos proporcionaría argumentos para que los sindicatos campesinos dejen de proteger una área natural de un país cuyo gobierno decidió fragmentar con una carretera.
Desarrollismo primero
La carretera Villa Tunari-San Ignacio pone en evidencia las dos orillas por donde navega el presidente indígena boliviano. Por un lado, de cara al exterior Evo ha proyectado una aura de compromiso con los pueblos indígenas impulsando la aplaudida la Declaración de Naciones Unidas sobre los derechos de los Pueblos Indígenas o convocando la reciente Conferencia Mundial de Pueblos sobre Cambio Climático y los derechos de la Madre Tierra. En la otra orilla y dentro del país, la incompleta nacionalización de los hidrocarburos que acabó renovando los contratos petroleros con todas las empresas o la construcción del mencionado proyecto vial, generan serias contradicciones para los pueblos indígenas que perciben que, cuando de plata se trata, la pachamama y los derechos de los pueblos pueden esperar.
Marc Gavaldà es autor de Las Manchas del Petróleo Boliviano, tras los pasos de Repsol en el TIPNIS, OLCA, Cochabamba, 1999
lunes, 28 de junio de 2010
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domingo, 27 de junio de 2010
En dicho proceso, el agronegocio intenta impedir el desarrollo de la pequeña agricultura y la Reforma Agraria y consolidar su modelo de producción basado en las grandes propiedades, el monocultivo, la expulsión de mano de obra campesina, el uso intensivo de maquinaria, la devastación ambiental y la utilización de agrotóxicos en gran escala
Compra de tierras por empresas extranjeras
Los datos del INCRA* indican que en los últimos años fueron vendidas por lo menos 4 millones de hectáreas a personas y empresas extranjeras, perjudicando los intereses del pueblo brasileño y debilitando la soberanía nacional sobre nuestros recursos naturales. El gobierno federal mostró preocupación por esa ofensiva, porque además las empresas usan subterfugios para no respetar la legislación vigente. Un director de la empresa de papel y celulosa Stora Enso admitió que creó una empresa en Brasil para burlar la ley y comprar ilegalmente 46 mil hectáreas en la frontera sur del país y encarar el monocultivo de eucaliptus.
Solo en el sector del alcohol de caña por ejemplo las empresas trasnacionales compraron el 30% de todas las fábricas con sus tierras. Sin embargo eso no aparece en los catastros del instituto que solo incluye cantidades subestimadas. Esperamos que el gobierno cumpla con su promesa y apruebe cuanto antes el Proyecto de Enmienda Constitucional (PEC) que impida la compra de tierras a los extranjeros, incluyendo la anulación de los títulos de las tierras ya vendidas.
Arroz transgénico de Bayer
En las últimas semanas, el agronegocio intenta avanzar con su proyecto para la agricultura brasileña en dos frentes: cambios en el Código Forestal Brasileño y la liberalización del arroz transgénico. Por otra parte la flexibilización de la ley ambiental facilita la deforestación y la expansión del agronegocio, los transgénicos pasan el control de las semillas de las manos de los agricultores a la propiedad privada de cinco empresas transnacionales: Bayer, Basf, Monsanto, Cargill y Syngenta que de ese modo las patentan e imponen royalties a los productores.
Los movimientos campesinos, los ambientalistas y las organizaciones de derechos humanos lograron una victoria importante a través de la presión social y política contra la liberación del arroz de Bayer que retiró su propuesta para su aprobación por la Comisión Técnica de Bioseguridad. Esa variedad de arroz, de consumo popular no está liberada en ningún país del mundo, ni en los EEUU, ni en Alemania (país de origen de Bayer). Fue en consecuencia un retroceso momentáneo de la transnacional pero debemos permanecer atentos a sus movimientos futuros.
La aprobación del arroz transformaría a Brasil en un cobayo. Los impactos de la liberalización del arroz transgénico que está presente en la mesa de los brasileños en el almuerzo y en la comida serían tremendamente negativos. En primer lugar no hay estudios que atestigüen que el consumo de transgénicos no afecta a la salud humana.
En segundo lugar, los productores de arroz tradicional podrán ver contaminadas sus cosechas con el arroz Liberty Link. En los EEUU se comprobó que 7 mil productores de arroz se vieron contaminados y demandaron a la Bayer por los perjuicios que les ocasionara. De modo que podríamos llegar a la conversión de todos los cultivos tradicionales de arroz en transgénicos. Además, aún sin comprar esas semillas los campesinos tendrían que pagar royalties a la empresa alemana
En tercer lugar, aumentaría el uso de venenos en los cultivos de nuestro país que utilizó 9 mil millones de litros el año pasado, ocupando el primer lugar en el ranking mundial. Las investigaciones han demostrado que el glifosato usado para pulverizar las variedades desarrolladas por la Bayer, es tóxico para los mamíferos y podría entorpecer las actividades del cerebro humano.
El médico Wanderlei Antonio Pignati, doctor en salud y ambiente, investigador de Fiocruz y profesor de la Universidad Federal de Mato Grosso explica que las grandes industrias fabrican semillas dependientes de los agrotóxicos y los fertilizantes químicos porque también producen esos venenos.
El retroceso de Bayer constituye una pequeña victoria de la sociedad brasileña, porque demuestra principalmente que es posible enfrentar y derrotar a las empresas transnacionales
Cambios en el Codigo Forestal
En relación al Código Forestal la votación del proyecto presentado por el diputado federal Aldo Rebelo (PCdoB-SP) está prevista para comienzos de julio. El texto del proyecto de ley beneficia a los latifundistas de los agronegocios, por abolir la Reserva Legal para la agricultura familiar, la posibilidad de compensación fuera de la región o de la cuenca hidrográfica y la transferencia de las responsabilidades sobre la legislación ambiental a los Estados y Municipios.
Más preocupante aún que la reforma agraria es la amnistía a los productores rurales que hayan cometido crímenes ambientales hasta julio de 2008. Las áreas que no cumplen una función social y que deberían ser expropiadas y destinadas a los trabajadores rurales sin tierra continuarán en manos de los latifundistas. Es decir que con la aprobación del nuevo código el Congreso Nacional modificará la constitución para responder a los intereses de quienes monopolizan las tierras en nuestro país.
En cuanto a las empresas de los agronegocios comentan discretamente que los ruralistas están eufóricos ante la posibilidad de legitimar el desmonte ya realizado y abrir la frontera en nuestras selvas y áreas de preservación. Lo que realmente no se esperaba era que los sectores más conservadores encontraran apoyo que mereció hasta elogios de la senadora Katia Abreu (DEM) que no hace mucho intentaba candidatearse como vicepresidenta de José Serra (PSDB) Dado que Katia Abreu , presidente de la Confederación Nacional de Agricultura (CNA) es portavoz del sector de latifundistas y la principal defensora de los cambios, es evidente que se beneficiará con las propuestas del diputado Aldo Rebelo.
Hasta ahora se han levantado muchas voces contra esa propuesta, las iglesias, las organizaciones ambientalistas, una parte importante del movimiento sindical y los movimientos populares especialmente la Vía Campesina Brasil manifestando su repudio a dicho proyecto. Una recolección de firmas juntó miles de firmas con el objeto de sensibilizar al Congreso, los parlamentarios progresistas pidieron informes y el Ministerio del Ambiente se opuso a las propuestas. El propio gobierno, cuyo partido político es el del diputado Aldo Rebelo y su base parlamentaria, también criticó el proyecto. Esperamos que la presión de la sociedad consiga evitar la destrucción de la legislación ambiental y la anulación del concepto de la función social de la propiedad que fundamenta la concreción de la reforma agraria. En lugar de terminar con el Código Forestal necesitamos mantener sus principios, preservando la naturaleza en beneficio de toda la población y de las generaciones futuras.
*INCRA :Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria
sábado, 26 de junio de 2010
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viernes, 25 de junio de 2010
La geoingeniería, la genética extrema, la manipulación de la materia a escala nanométrica, las tecnologías informáticas y cognitivistas contribuyen en distinto grado a la explosión de un nuevo modelo de investigación científica. En el origen de este modelo suele estar la voluntad de definir los grandes problemas a los que las sociedades, y concretamente los políticos, serían incapaces de responder. Así, los anhelos de bienestar, seguridad, una larga vida tranquilamente instalado al lado del cuerno de la abundancia, deben encontrar respuesta no en la organización del mundo y la decisión democrática, lo que quizá llevaría a renunciar a la depredación de la naturaleza, sino en las tecnologías de nuestros demiurgos; en su “plan B”. Sin que se pregunten nunca por las presuposiciones de los anhelos así definidos, que en el fondo solo reflejan la visión ombliguista de la humanidad rica y dominante. Sin plantearse tampoco nunca que podrían darse fracasos técnicos, cuyas consecuencias pagaríamos todos. Para nuestros Prometeos de bata blanca, solo está abierta la vía del brillante éxito. Además, sus productos se venden incluso antes de tenerlos totalmente acabados, sus tecnologías se patentan antes de salir de los laboratorios, y los nuevos mercados especulativos, como el mercado del carbono, son actualmente el principal motor de sus actividades.
Lo que resulta interesante de la situación actual es que estos artífices ideológicos, estos charlatanes de feria y estos bravucones de la filosofía televisual salgan a la luz. Ahí están, alentados de un lado por la lentitud de las regulaciones internacionales, véase el caso de la Cumbre de Copenague y, de otro, por la mistificación por parte de la gente de la “ciencia”, que resultaría en esencia salvadora. En épocas de crisis, las soluciones simplificadoras suelen captar la atención de la gente y se ven recompensadas con el dinero de los gobernantes. Lo que justifica las múltiples estrategias propiamente mediáticas a las que se recurre.
Philippe Marlière, director de la sociedad Isthmus, situada en el Génoscope de Evry, investigador y asesor en biología sintética, ha asumido así un papel que transcribe negro sobre blanco el breviario de este opción ideológica. Al intentar responder a las críticas de la experiencia de Craig Venter, un colectivo al que tengo el honor de pertenecer, Philippe Marlière desvela en realidad la estructura misma del discurso de los genetistas extremos. Les recomiendo que lean la totalidad de su artículo “Prométhée, Pandore et Petri”, publicado en el sitio web de Vivagora. Recojo muchos fragmentos de ese artículo en estas líneas. Empezando por este anuncio, pronunciado con el tono profético que caracteriza al conjunto de su prosa: “Los poderes políticos tendrán que tomar conciencia de la extraordinaria capacidad de intervención que proporciona la síntesis química del material hereditario, el ADN, y de su potencial para modelar el mundo”. El mensaje no va destinado a sus colegas, sino a los gobernantes... a los que pone entre la espada y la pared: “como si el hecho prometeico de encarnación genómica fuera reversible y su proceso de realización pudiera ser olvidado deliberadamente en el futuro”.
A toda velocidad hacia la “singularidad”Ya no es tiempo de preguntas, la “singularidad” ha llegado. Aleluya. Además, atreverse a plantear cualquier duda supone automáticamente la inclusión en el campo de los “flagelantes”, interesante imagen que remite, en la mitología de este grupo, a una doble condena: el momento histórico medieval y la voluntad de considerar a aquellos que no quieren ser víctimas de sus promesas como tristes señores. La dicha estaría con ellos. “La falla epistemológica que se abre se mide por el mutismo de nuestros bardos y druidas, Bioetix et Deontologix, normalmente tan prontos y dispuestos a apelar a la inteligencia colectiva de nuestro pueblo hexagonal cuando se trata de clonado, madres portadoras o calentamiento climático”. Una vez más, el uso de la lengua de Asterix contribuye a poner los puntos sobre las íes: querer regular y llamar a la reflexión sería pura y simplemente folclore anticuado. Por lo demás, José Bovix no andaba errado: “Sin embargo, en la química orgánica la tendencia constructivista prevalece desde hace más de un siglo. Por desgracia, a la gente no le gustan ni los OGM ni la química, que se percibe como contranatura a pesar del consumo masivo y benéfico de sus productos. Con el advenimiento de la biología sintética, las tendencias constructivas de la química se imponen a la biología deductivista para hacerla progresar en una dirección y a un ritmo hasta ahora nunca vistos”. La afirmación gratuita sobre los “beneficios” de la química olvida el gran incremento de los cánceres medioambientales, el descenso de la fecundidad, las amenazas a las abejas,... a no ser que se fundamente en los beneficios económicos de la industria química.
Porque, en el fondo, cualquier manifestación mediática de este grupo de ingenieros solo tiene un objetivo: darle a la sociedad el hecho consumado, para que sea más fácil rechazar cualquier regulación, jugando con el mensaje subliminal de que “regulación” es igual a “retrógrado” y que truncaría las “esperanzas” que sus métodos demiúrgicos proponen... “Eso es precisamente lo que convierte a la biología sintética en una ciencia, en el sentido moralmente más elevado e intelectualmente más arriesgado del término. Ya nadie puede saber lo que va a suceder en las biociencias y las biotecnologías, ni siquiera Craig Venter”. No solo “la suerte ya está echada” sino que además los métodos de razonamiento que se utilizan en la ciencia serían incapaces de adaptarse a este nuevo mundo: “Ha sido precisamente una crisis del método analítico lo que ha implantado la demiurgia genómica”. Porque si los “beneficios” son, sin lugar a dudas, el final del camino, el camino es imprevisible. “En efecto, la asamblea plenaria de todos los expertos del mundo sería, según sus propias y consensuadas declaraciones, incapaz de predecir qué texto genómico viable garantizaría la colonización de un medio dado por un organismo propagándolo, o provocaría su extinción en ese medio. La biología sintética hace un planteamiento totalmente distinto: comprender construyendo, inferir para construir, construir para comprender”. Y si el camino es imprevisible, hay que adentrarse y aceptarlo, como en cualquier discurso carismático: “Todos debemos hacernos a la idea de que la biosfera va a tener que convivir a partir de ahora con una biodiversidad artificial”.
Philippe Marlière no es el único que defiende este discurso intrincado. Los defensores de la biología sintética están tan orgullos de su postura demiúrgica que ellos mismos explican sus objetivos con una candidez que llega a asustar. Este es el caso de Markus Schmidt, coordinador del Programa de Investigación Europeo Synbiosafe (Safety and Ethical Aspects of Synthetic Biology) en el que participa Philippe Marlière. En su artículo “Xenobiology” dice: “a new form of life as the ultimate biosafety tool”, al final de una introducción en la que cita las especialidades que abordan las formas de vida “no convencionales”, es decir la investigación de los orígenes de la vida, la astrobiología, la química de sistemas y la biología sintética, y añade: “Sin embargo, la principal diferencia entre estas especialidades se basa en el hecho de que la comunidad de investigadores sobre el origen de la vida y sobre la astrobiología se centra en la comprensión del fenómeno de la evolución y de la vida, mientras que la mayor parte de los defensores de la biología de síntesis quiere 'aplicar' los principios de la ingeniería genética para crear formas inhabituales de vida, que tendrían usos interesantes”. Hay que precisar que el artículo se posiciona desde el principio mediante una cita de Peter Drucker, el principal teórico estadounidense de la gestión empresarial: “La mejor forma de predecir el futuro es creándolo”.
¡Los nuevos Galileo... dicen!Tras definir la ortogonalidad como un componente esencial de la ingeniería industrial, que permite modificar un elemento de un sistema complejo sin que esto repercuta sobre los otros componentes, Markus Schmidt decidió convertirla en el eje central de la biología sintética. Cuando todos podemos constatar, sobre todo tras la proliferación de los sistemas informáticos, que los “efectos colaterales”, consecuencias imprevistas de la modificación de una parte de un sistema, están intrínsecamente unidos al propio funcionamiento de las máquinas complejas, la aplicación de la ortogonalidad en sistemas biológicos, autorreproducibles por definición, estaría al alcance de la mano de nuestros ingeniosos bioingenieros. ¿Cómo? Realizando, gracias a los sintetizadores de ADN, como los que utiliza Craig Venter, un AXN (ácido xenonucleico), que utilizaría otras bases y sería “en teoría” incapaz de interactuar con el ADN biológico. Un método que haría de la biología sintética el último “cortafuegos biológico” capaz de garantizar la bioseguridad de los experimentos de genética extrema. Un giro excepcional... que no se basa, claro está, en ninguna verificación, como es la tendencia en la nueva “ciencia de promesas”. Y se dictan diez reglas para una biología sintética totalmente segura, llenas de “should” (debería) y de “must” (“debe”)... de las que el propio artículo acaba dudando, cuando deja caer la posibilidad de que las reglas de xenobiología no se apliquen correctamente o que algunos las utilicen para crear armas nuevas. Pero nada de todo esto debe empañar el optimismo neoreligioso de rigor. Ni siquiera la aparición de una red de biohackers que utiliza los componentes biológicos para llevar a cabo experimentos de salón... según sus propias afirmaciones, con total bioseguridad ética y social, claro.
Además no debemos olvidar la colaboración entre Philippe Marlière y Markus Schmidt en el programa Synbiosafe, que sería el “primer proyecto europeo de investigación sobre la seguridad y los aspectos éticos de la biología sintética”. Por un lado, alguien que se burla de toda voluntad Ethix y, por otro, alguien que utiliza los términos “societal” o “ética” en los títulos de sus artículos. Su vinculación pone en evidencia la operación mediática necesaria para que se desarrolle su proyecto tecnomitológico y que pueda continuar la saga demiúrgica: hay que acallar a los gobernantes para tener vía libre. Los métodos son simples y conocidos: El “poli malo” se sitúa a la derecha del gobernante al que se habrá colocado juiciosamente bajo la lampara mediática de la sala de interrogatorios. Le explica que es demasiado tarde para reflexionar, que ya no se puede hacer nada y que la suerte está echada. Además: “No va a encontrar, en el arsenal del Venter Institute, ningún aparato, ni molécula, ni célula que la práctica habitual de las biotecnologías rechace o exija que se controle de forma draconiana. Cada una de las operaciones que su equipo y sus proveedores llevan a cabo se realiza de forma aislada en miles de laboratorios, especialmente la síntesis química del ADN, la PCR, el clonado en cromosomas artificiales de levadura” (artículo de Philippe Marlière). No hay arma del crimen, así que no puede haber investigación... Después interviene el “poli bueno” que agarrará al gobernante por los sentimientos, sacando a relucir el biocontainment que no solo va a garantizar que no se produzca ninguna interacción entre la xenobiología y el mundo biológico real, sino que además va a cerrar el pico de los opositores a las manipulaciones genéticas en plena naturaleza. Porque el “poli bueno” sabe engatusar al gobernante sospechoso de regulacionismo: “La xenobiología va a desencadenar un nuevo paradigma y a cambiar nuestro concepto de la naturaleza y la vida... Igual que cuando la Tierra dejó de ser el centro del Universo” (artículo de Markus Schmidt). Una vez más, un método de marketing garantizado, la capacidad de aludir a grandes momentos históricos, de todos conocidos... y da igual si no tienen nada que ver con lo que se está tratando. Aunque huela claramente a su servicio de relaciones públicas, Philippe Marlière se sirve también de la técnica manipuladora para que el “neolítico” dé el primer paso de la biología sintética en la tierra. En cuanto a ustedes, gobernantes, periodistas, responsables, ciudadanos/as, no van a ponerse de todas formas a regular lo que ya es el nuevo paradigma en marcha. La historia les miraría mal y no querrán quemar a Galileo de nuevo ¿verdad?
La necesidad de profundizar en la reflexión sobre las ciencias prometeicas va más allá de los riesgos biológicos y medioambientales, que sin embargo soy muy grandes. Lo que hay que preservar es la alianza entre la ciencia y la razón, la experimentación, la falsabilidad... todos los criterios que existen para que unos iluminados no puedan presumir ante la opinión pública y encontrar financiación, apoyos, absolución y gloria independientemente de su labor real, independientemente de cualquier hipotética realización y, lo que es más grave, de las repercusiones “positivas” para la sociedad. El juego intelectual de la biología sintética, como de otras técnicas de ruptura, es sin duda atractivo. Quizá incluso podría dar a conocer funcionamientos desconocidos de la maquinaría biológica. Pero la forma en que se promueve ese paradigma, impuesto por la coacción, la forma en que controla la credibilidad evitando cualquier posibilidad de crítica, de cuestionamiento y de regulación, la forma en que asocia el peor discurso positivista a sus trabajos, son suficientes razones para convertirlo ante todo en un tema político. Retiremos el carburante de los mercados especulativos (patentes, mercados de carbono, financiación de promesas) y volvamos al debate científico, a las controversias basadas en razonamientos. Veremos como somos capaces de hacer algo útil.
Tenemos tiempo para reflexionar de forma colectiva. Eso es la democracia, aunque no le guste a nuestros neorreligiosos demiúrgicos.
Traducido para Rebelión por Rocío Anguiano
Fuente: http://blog.mondediplo.net/
jueves, 24 de junio de 2010
Localizan la parcela más remota y reconocen a simple vista, según dicen, si el árbol plantado en ella se corresponde con alguna de sus variedades protegidas y si por él el agricultor ha pagado los "royalties" estipulados. Es la versión agrícola de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) y, aunque su nombre ya es conocido entre citricultores y organizaciones agrarias, supone aún una novedad para los pequeños productores de fruta de la comarca.
Geslive AIE, es el nombre que recibe la Agrupación de Obtentores de Variedades Vegetales. Bajo esta denominación se agrupan los inventores de variedades vegetales, entre ellos entidades del sector público y privado dedicadas a la investigación y desarrollo de plantas exclusivas. Como creadores, detentan derechos sobre su invención, a través de patentes, marcas comerciales y otras modalidades de propiedad industrial. La entidad Geslive AIE se encarga de la gestión, protección y defensa de estos derechos.
Inspecciones de campo
Uno de sus inspectores ha despertado esta semana la preocupación de numerosos agricultores de Turís que en estos días concluyen la campaña de la fruta de verano. Con imágenes exactas de la localización de las parcelas, se ha dirigido a cada terreno en que, según sus datos, crecen variedades protegidas por las que no se han pagado "royalties". Ante el asombro de los propietarios, pues muchos de ellos no habían oído hablar hasta ahora de esta actividad, les exige indemnizaciones que van desde los 1.000 a los 5.000 euros (a razón de unos 3.000 euros por hectárea) si quieren legalizar la producción. La alternativa es arrancar el campo en plena producción o exponerse a una denuncia por un delito contra la propiedad intelectual.
"Te acojona en seguida", comenta uno de los varios afectados de Turís. Algunos de estos labradores pueden probar la procedencia de sus árboles que, según aseguran, han comprado en varios viveros de la zona donde no les exigieron el pago de ningún "royalty". Sin embargo, otros han aprovechado la expansión de los cultivos protegidos, especialmente diseñados para ofrecer más productividad y calidad de la fruta, para mejorar sus plantaciones.
"Las variedades protegidas son bastante más buenas que las antiguas", comenta el presidente de la cooperativa San Bernardo de Carlet, Vicent Monzó. Esta sociedad paga desde hace 8 años religiosamente los "royalties" de las varidades exclusivas adquiridas a laboratorios especializados. "Hay variedades libres, que son públicas. Pero la investigación pública es cada vez menor", señala. "En Carlet todos los árboles están protegidos. Es muy fácil entrar a un campo y robar un injerto para mejorar su producción", indica.
Férreo control en los mercados
Las inspecciones que realizan las sociedades protectoras de los derechos de los obtentores no sólo tienen lugar en las plantaciones. "Vigilan de cerca los mercados", explica Vicent Monzó. Y allí, señala, pueden averiguar la procedencia de la fruta y comprobar si el lugar de cultivo figura en el censo de clientes de la sociedad.
Más info sobre GESLIVE aqui
levante-emvhttp://www.nodo50.org/comunes/?Pago-de-royalties-por-piratear
miércoles, 23 de junio de 2010
Dos meses después de la tragedia que ha provocado el mayor desastre ecológico de la historia de Estados Unidos, se está empezando a conocer toda una cadena de fallos previsibles a los que ni BP, dueña de la plataforma Deepwater Horizon, ni Transocean, que estaba trabajando en ella, ni la agencia federal encargada de vigilar las explotaciones en tierras del Gobierno el Minerals Management Service (MMS por sus siglas en inglés) prestaron la suficiente atención. Ese desinterés terminó provocando, finalmente, la explosión de la plataforma petrolera, que provocó la muerte de once de sus trabajadores.
The New York Times publicaba ayer un amplísimo reportaje en el que narraba la serie de incidentes que anticiparon el fallo de la Deepwater Horizon. El diario asegura que el mecanismo de seguridad anti-explosiones de la plataforma o BOP (siglas de blowout preventer), falló sólo por unos centímetros la noche del 20 de abril, los suficientes para que la presión en el conducto principal provocara la explosión de la plataforma.
El BOP es el engranaje que falló en el momento crucial de la explosión y el centro de toda la polémica sobre la catástrofe.
Concentración de gasPara prevenir este problema, muchas de las plataformas de Transocean en el Golfo (11 de las 14) tenían un doble sistema de guillotina como precaución, por si una fallaba. Muchas, excepto Deepwater Horizon. Y eso que los ingenieros encargados de su gestión habían calificado el pozo de "pesadilla" debido a las altas concentraciones de gas de la capa petrolífera, de la que esperaban sacar gran partido.
De hecho, la prospección llevaba semanas de retraso, lo que estaba costando millones de dólares a BP, de ahí que en las últimas semanas se aceleraran las operaciones, corriendo muchos riesgos.
Ya existían precedentes de fallos en los BOP. El año pasado, Transocean encargó un informe confidencial a la compañía noruega Det Norske Veritas, la más experimentada del mundo en este tema, sobre la fiabilidad de estos mecanismos de seguridad. El estudio, que analizó 15.000 pozos en Norteamérica y el mar del Norte, sólo encontró 11 incidentes parecidos al de Deepwater Horizon, en los que, sin embargo, el BOP falló en el 45% de las ocasiones.
En otros dos estudios, en parte financiados por la MMS, realizados en 2002 y 2004, la compañía texana West Engineering Services concluyó que, incluso si el BOP funcionaba correctamente, a grandes profundidades, fallaba a veces en guillotinar los conductos.
Pero no sólo fallaron BP y Transocean. La agencia federal encargada de aplicar las consignas de seguridad, la MMS, en algunos casos, desoyó las recomendaciones de sus propios expertos.
La reciente investigación del Congreso de Estados Unidos ha revelado que el funcionario de la MMS que autorizó la perforación de Deepwater Horizon no pidió pruebas a BP de que los mecanismos de seguridad funcionaran correctamente.
Pero, además, nuevas declaraciones de testigos directos de la catástrofe aseguran que BP conocía los problemas de su plataforma petrolera antes de la explosión. Un trabajador de la plataforma declaró a la BBC que el mecanismo de seguridad había tenido problemas semanas antes del desastre.
Dispositivo paraleloTyrone Benton aseguró a la cadena de noticias británica que el problema no se resolvió y que Transocean optó en su lugar por instalar otro dispositivo paralelo, sin intentar averiguar las causas del primer incidente. El problema que se detectó concernía, tal y como indica también la información de The New York Times, al BOP.
Este sistema está constiuido básicamente por cuchillas gigantes, una especie de guillotina, que deben cortar el conducto y sellar el pozo si la presión empieza a descontrolarse. Estas cuchillas se activan por un sistema eléctrico y otro hidráulico. Según Benton, fue este último el que falló. "Vimos un escape en el engranaje e informamos a la compañía. En el centro de operaciones pueden apagar uno de ellos y poner en marcha otro, y así no tienen que parar las operaciones", aseguraba a la BBC.
Este factor, el hecho de no querer interrumpir la perforación, fue el factor decisivo a la hora de seguir con las operaciones de prospección pese a las señales de que algo no iba bien. Un parón técnico habría costado unos 700 dólares por minuto, un gasto que la compañía decidió no asumir.
"Es inaceptable", declaraba a la BBC el profesor Tad Patzek, experto petrolero de la Universidad de Texas. "Si hay indicios de que el mecanismo de seguridad para prevenir explosiones no funciona correctamente, hay que arreglarlo".
Fuente: http://www.publico.es/ciencias/322453/bp/conocia/defectos/mecanismo/seguridad