lunes, 8 de noviembre de 2010

Masiva movilización alemana contra la política pronuclear de Merkel

La Vanguardia_08/11/2010

El polémico tren con residuos se acerca a su destino tras un sinfín de interrupciones


Retiran a uno de la vía, se pone otro. El masivo operativo policial, rodado en 30 años de experiencia, no daba anoche abasto para despejar la vía férrea en los últimos tramos del recorrido del tren nuclear alemán: once vagones con 123 toneladas de basura nuclear de las centrales alemanas con destino al controvertido y provisional cementerio nuclear de Gorleben.

Desde que el tren salió el viernes del centro de reprocesamiento de La Hague, en Francia, ha sufrido siete retenciones, cinco de ellas a lo largo de los mil kilómetros de su recorrido por Alemania. Anoche se decidía la séptima en la localidad de Harlingen, con 5000 ciudadanos bloqueando la vía a pocos kilómetros del destino.

La protesta cuenta con un amplio apoyo de la población local, como atestiguan las decenas de tractores bloqueando carreteras y los campamentos de acogida para gente de todo el país organizados por ayuntamientos y asociaciones. Hace más de 30 años, desde que se anunció el proyecto de ubicar en la antigua mina de sal de Gorleben el único cementerio nuclear del país, que la región está en pie de guerra. El movimiento entra ahora en su tercera generación, y va mucho más allá de querer impedir que lleguen a Gorleben once contenedores más, que se sumarán a los ya 91 allá depositados.

Se protesta contra la ampliación de la vida de las centrales recién aprobada por el gobierno, anulando el fin de la energía nuclear en Alemania para 2021 decidido por un gobierno anterior. Se protesta también, dicen los sociólogos, contra toda una manera de hacer política que está situando a la Canciller Angela Merkel y a su gobierno en niveles de desprestigio sin precedentes en las encuestas, pese a que la crisis económica apenas se siente en este país en términos de paro y previsiones de crecimiento.

Entre 30.000 y 50.000 personas han acudido a esta antigua protesta junto a la ribera del Elba, que ahora rejuvenece de la mano de los nietos de quienes la iniciaron. Quien podía se encadenaba ayer a los raíles, o se tendía en ellos. Grupos bien organizados se han dedicado a extraer el balasto, la grava que sostiene el tendido férreo para impedir el paso del tren, un puro sabotaje que la Canciller Merkel ha calificado como "delito".

Acceder a la vía no es fácil, pues un ejército de 17.000 agentes -un policía por cada dos o tres manifestantes- acompañados de todo tipo de máquinas, lanza gases, lanza agua, grúas, sierras y alicates gigantes capaces de cortar como papel cualquier cadena gruesa, ha venido vigilando e impidiendo acercarse al tendido. Miles de personas vagando entre el frío de la noche por los bosques de esta región ribereña del Elba, intentando llegar al vigilado tendido ferroviario, han participado, así, en un gran juego del gato y el ratón. Acompañados de grupos jurídicos, que observan las situaciones conflictivas –ha habido algunos enfrentamientos con un coche policial incendiado, algunas cargas policiales brutales, incluso contra periodistas, y doce manifestantes heridos- equipos médicos, diputados... Un enorme despliegue de organización en ambos bandos.

La tercera generación que se opone a este cementerio y las estadísticas, que arrojan hasta un 70% de alemanes opuestos a las centrales nucleares, principalmente por el no resuelto problema de los residuos, otorgan una amplia legitimidad social al movimiento. No hay duda de que el tren llegará a su destino, pero la derrota del gobierno es obvia. "Es la arrogancia del poder lo que empuja a la gente a la calle", señala el Westfälische Rundschau.

Fuente: http://www.lavanguardia.es/internacional/noticias/20101108/54066890637/masiva-movilizacio-alemana-contra-la-politica-pronuclear-de-merkel.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario