En 1990 los fazendeiros (hacendados) Darly y Darcy Alves da Silva fueron considerados culpables del asesinato y condenados a 19 años de prisión. En 1993 escaparon de prisión y fueron nuevamente capturados en 1996. El caso Chico Mendes despertó por primera vez la atención internacional sobre los problemas que atravesaban los recolectores del caucho.
Ante todo, Chico era un seringueiro, ese oficio tradicional en la Selva Amazónica de pastorear y ordeñar árboles del caucho. Tras anteriores intentonas y amenazas contra su persona, recibió una bala en la cabeza por su oposición al expolio de la selva amazónica mediante quema y tala para crear pastos de ganadería. Con su labor defendió la idea de crear reservas gestionadas por las comunidades tradicionales en la Jungla Amazónica, donde se extrajeran de manera sostenible caucho y nuez de Brasil, y con ese fin promovió la creación de sindicatos y asociaciones que defendieran la selva y la forma de vida de los seringueiros.
Su asesinato conmocionó el mundo, por sus éxitos en la conservación del Amazonas se le había concedido reconocimiento internacional y algunos premios. Su legado sigue vivo en Brasil, tras su muerte se creó con su nombre una reserva forestal en su región natal siguiendo los principios defendidos por su causa, y se han continuado añadiendo tierras a esta figura de protección legal hasta sumar superficie de 32.000km2 en la actualidad.
Chico Méndes sigue vivo al frente de la lucha por la conservación del Amazonas y sus formas de vida tradicional, hoy COLECTIVO LA PATILLA desde Venezuela rinde un merecido homenaje a quien luchó y continúa luchando por la defensa de los bosques en el planeta. Latinoamericanos, sigamos el ejemplo de Chico y su legado, defendamos lo que nos queda de nuestros bosques en Amazonas y en el mundo. En esa lucha por la defensa del planeta , hoy más que nunca está vivo su legado en la Sierra de Perijá en la defensa de los Yukpas y Barí por su tierra, de los Pemón , de los Yanomami, de todos nuestros pueblos indígenas y de los miles de campesinos que luchan por un pedazo de tierra.
Los asesinatos no empezaron ni acabaron con Chico, pero desde entonces unas 1.100 personas han muerto por el mismo motivo. Por si fuera poco, el pasado septiembre se anunció que la deforestación en el Amazonas ha aumentado un 64%, la presión de la tala para el cultivo de soya y la ganadería está llevando a la desaparición de algunas especies y en la reserva forestal que se creó con para preservar la memoria y el trabajo de Chico se ha descubierto la tala ilegal de 3.000 hectáreas.
Rindamos tributo en memoria de aquellos que han muerto en manos de los terratenientes, en Venezuela son más de 200 dirigentes campesinos muertos en manos del sicariato, en Brasil se denuncia que al menos actualmente 260 personas están amenazadas de muerte por oponerse a los intereses de madereros, ganaderos y el agronegocio.
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