Proyecto Censurado 2008/09 (XXIV)
La Amazonía occidental y sus pueblos indígenas están amenazados por la explotación petrolera
Plos One / The Guardian UK...06/11/2009
La Amazonía occidental, hogar de la mayor biodiversidad y selva tropical todavía intacta en la tierra, pronto se puede cubrir de oleoductos y tuberías. Los conservacionistas advirtieron que está en riesgo la biodiversidad de vastas franjas de la región porque al abrirse a la exploración de petróleo y gas cae en riesgo la vida variada que existe en la selva y lo más prístino del planeta, así como el hábitat de decenas de pueblos indígenas.
Un nuevo estudio ha encontrado que por lo menos 35 corporaciones transnacionales de petróleo y gas operan en 180 “bloques” -áreas zonificadas para exploración y desarrollo- en las selvas amazónicas de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y el occidente de Brasil, donde tienen su hábitat muchos grupos étnicos indígenas, incluso algunos de los últimos pueblos sin contacto con el mundo, quienes prefieren vivir en aislamiento voluntario total.
Los científicos ambientales describen a esta región como pulmones del planeta porque contiene la más extraordinaria diversidad biológica y cultural, pero también alberga grandes reservas de petróleo y gas. La demanda global de hidrocarburos cada vez mayor estimula niveles sin precedentes de nuevas exploraciones petrolíferas y extracción de petróleo y gas que amenazan con la devastación ambiental y cultural.
Durante un período de cuatro años los investigadores siguieron las actividades de hidrocarburos a través de la región y generaron un mapa completo de las exploraciones de petróleo y gas. Los investigadores confeccionaron su carta utilizando información oficial, suministrada por los propios gobiernos, respecto a tierras que durante los últimos cuatro años se arrendaron o concesionaron a transnacionales energéticas para que busquen petróleo y gas en la Amazonía de Brasil, Perú, Ecuador, Bolivia y Colombia.
El mapa muestra que las regiones señaladas para proyectos de petróleo y gas cubren ya más de dos tercios de la Amazonía en Perú y Ecuador. De 64 bloques de petróleo y gas que cubren el 72% de la Amazonía peruana, ocho ya están aprobados desde 2003 y por lo menos 16 fueron firmados en 2008. Se esperan mayores incrementos de esta actividad en Bolivia y el occidente de Brasil.
El resultado ha sido una evaluación alarmante de las amenazas que se ciernen sobre la biodiversidad y la población indígena de la región. El trazado muestra en detalle los proyectos de extracción de petróleo y gas de 35 compañías transnacionales en las áreas del Amazonas más propicias para la vida de diferentes especies de mamíferos, pájaros y anfibios.
“Hemos estado siguiendo los desarrollos de petróleo y gas en la Amazonía desde 2004 y el cuadro ha cambiado antes de nuestros ojos”, dijo Matt Finer, de Salvemos la Selva de América, un grupo ambiental establecido en EEUU. “Cuando se examina dónde están los bloques de petróleo y gas, se observa que coinciden perfectamente con sectores clave de la mayor biodiversidad, casi como por diseño, y éste en uno de los más grandes, si no el mayor, lugar de la biodiversidad en la tierra”.
Algunas regiones han establecido reservas de petróleo y gas, pero en otras, las compañías necesitarán cortar el bosque para efectuar pruebas que confirmen sus especulaciones, incluyendo explosivas investigaciones sísmicas y pruebas de perforación. Típicamente, las compañías dedican siete años a explorar una región antes de decidir si entrarán de lleno a la producción completa.
“La preocupación real es que cuando la exploración en una zona resulta acertada, comienzan los movimientos de la fase de desarrollo, que es cuando comienzan a abrirse los caminos, la perforación y las tuberías invaden la selva”, dijo Finer.
En un artículo escrito para el periódico “PLoS One”, Finer y otros científicos de la Universidad de Duke y de la ONG Tierra es Vida (Land is Life), un grupo medioambiental de Massachussets, llamaron a los gobiernos a que repiensen cómo se explotarán las reservas energéticas de la Amazonía.
Los autores del artículo arguyeron como un problema central que las compañías deben someter sus proyectos a una evaluación del impacto ambiental, que a menudo son estudios considerados de manera individual y no colectivamente. “No están observando el cuadro completo de lo que sucederá, ni tampoco verifican si, al mismo tiempo, existen cerca otros proyectos similares por ejecutarse”, dijeron. “Cada compañía podría estar creyendo individualmente que está actuando de manera relativamente responsable y custodiará bajo su control sus propias redes de carreteras, y así sucesivamente, pero ¿qué sucede cuando existen otros 15 proyectos alrededor?”, preguntó Finer. “De pronto, cuando se observe el cuadro completo, saltará a la vista una extensa red de caminos”, añadió. La creación de extensas redes de carreteras hará previamente inaccesible a la selva, a riesgo de la deforestación, la caza ilegal, depredación del bosque y transporte de troncos de árboles”, argumentaron los autores.
La investigación adicional del equipo encontró que muchos proyectos previstos de exploración y extracción se encuentran en tierras que son el hogar ancestral de muchos pueblos indígenas, que no han sido consultados y no tienen opción de opinar si un proyecto debe seguir adelante o no. Por lo menos 58 de los 64 bloques en Perú afectan tierras donde viven comunidades aisladas, y en 17 se está infringiendo la condición de reserva de áreas previamente asignadas a grupos indígenas.
“Esta manera de acometer desarrollos de hidrocarburos que se efectúa en la Amazonía occidental constituye una gruesa violación de los derechos de los pueblos indígena de la región”, dijo Brain Keane, de Tierra es Vida. “Existen acuerdos internacionales y leyes interamericanas de derechos humanos que reconocen a los pueblos indígenas el derecho a sus tierras y prohíben explícitamente el otorgamiento de concesiones para explotar recursos naturales en sus territorios sin su libre consentimiento anterior e informado”, añadió.
La resistencia indígena esta incrementando su organización y politizándose cada vez más, adquiriendo eficacia en niveles nacionales e internacionales. “Esta expansión ocurre en detrimento de nuestro pueblo y de la Madre Tierra”, advirtió José Antúnez, líder del pueblo Ashaninka de Perú.
Actualización de Matt Finer (de Salvemos la Selva, co-autor del informe en “PloS One”)
Esta historia noticiosa -que destaca las amenazas a que hace frente la Amazonía occidental ante los desarrollos de petróleo y gas- no sólo involucra a una de las mayores regiones de biodiversidad de la Tierra, sino, como hemos visto recientemente, es literalmente una cuestión de vida o muerte para los pueblos de la región. Mientras muchos análisis científicos previos y la atención global estaban centrados en la tala masiva de árboles en la Amazonía oriental de Brasil, nuestro estudio fue uno de los primeros en poner de relieve la magnitud y el alcance de las amenazas a que hace frente la Amazonía occidental, todavía en gran parte intacta (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y el occidente de Brasil).
Después de su publicación en el periódico científico PLoS ONE en agosto de 2008, la historia recibió una considerable cantidad de prensa internacional, incluyendo notas en “The Guardian”, “New Scientist”, “Associated Press” y varios periódicos importantes de Suramérica. Nuestro reportaje apareció en un momento particularmente oportuno, cuando los medios de información y el público se centraron en los altos precios y la dependencia del petróleo importado.
Mientras nuestro artículo disparaba la alarma sobre la crisis inminente en la Amazonía occidental y era observado por la comunidad científica, la mayor parte de las complejas cuestiones planteadas en nuestro trabajo continuaron permaneciendo en gran parte debajo del radar de los grandes medios públicos y de la gran prensa principal en EEUU.
En junio de 2009 hubo choques mortales en el norte del Perú entre la policía y los pueblos indígenas que habían estado protestando contra nuevas políticas, decretadas por el gobierno para cumplir un acuerdo de libre comercio con EEUU, que promueven explotaciones de petróleo, gas, minería, tala y transporte de troncos y proyectos de combustible biológico sobre tierras indígenas sin el consentimiento de las etnias. Este problema fue un tema importante abordado en nuestro artículo, bajo el título “Consentimiento previo, libre e informado”. Estos acontecimientos que, según se informa, dejaron más de 50 personas muertas, dieron lugar a una segunda ronda de notas de prensa que citaron nuestro artículo. “The New York Times” y “Reuters”, por ejemplo, destacaron nuestro hallazgo de que la gran mayoría de las concesiones de petróleo en la Amazonía peruana fueron asignadas en tierras con títulos indígenas.
Las cuestiones planteadas en nuestro artículo continúan teniendo importancia crítica. Las concesiones de petróleo y gas (en bloques) ahora cubren más de 700.000 kilómetros cuadrados de la Amazonía occidental, mucho más de lo que estimábamos en 2008. El problema de las nuevas exploraciones de petróleo y gas y el desarrollo de proyectos en áreas sensibles es particularmente severo en Perú y Bolivia, y también se incrementa en Colombia. En contraste, en Ecuador surgió un signo esperanzador que continúa promoviendo la innovadora Iniciativa Yasuni-ITT, que destacáramos en nuestro estudio. Ecuador está proponiendo dejar casi mil millones de barriles de petróleo, el 20% de sus reservas conocidas, sellados bajo tierra para siempre a cambio de fuentes de ingresos alternativos de la comunidad internacional.
Como los medios elaboran información a partir de nuestra investigación sobre la Amazonía occidental, para hacerla más accesible establecimos el sitio web www.WesternAmazon.org para proporcionar información y datos de nuestros estudios. También proporcionamos vínculos a cualquier noticia relacionada con nuestro estudio y el problema de los hidrocarburos en el la Amazonía.
Fuentes: “PloS One”, agosto de 2008, “Oil and Gas Projects in the Western Amazon: Threats to Wilderness, Biodiversity, and Indigenous Peoples”, por Matt Finer, Clinton N. Jenkins, Stuart L. Pimm, Brian Keane y Carl Ross; The Guardian UK, 13 de agosto de 2008, “Amazon rainforest threatened by new wave of oil and gas exploration”, por Ian Sample. Estudiante investigador: Rob Hunter Evaluador académico: Sasha Von Meier, Ph.D., Sonoma State University
http://www.argenpress.info/2009/11/proyecto-censurado-la-amazonia.html
Un nuevo estudio ha encontrado que por lo menos 35 corporaciones transnacionales de petróleo y gas operan en 180 “bloques” -áreas zonificadas para exploración y desarrollo- en las selvas amazónicas de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y el occidente de Brasil, donde tienen su hábitat muchos grupos étnicos indígenas, incluso algunos de los últimos pueblos sin contacto con el mundo, quienes prefieren vivir en aislamiento voluntario total.
Los científicos ambientales describen a esta región como pulmones del planeta porque contiene la más extraordinaria diversidad biológica y cultural, pero también alberga grandes reservas de petróleo y gas. La demanda global de hidrocarburos cada vez mayor estimula niveles sin precedentes de nuevas exploraciones petrolíferas y extracción de petróleo y gas que amenazan con la devastación ambiental y cultural.
Durante un período de cuatro años los investigadores siguieron las actividades de hidrocarburos a través de la región y generaron un mapa completo de las exploraciones de petróleo y gas. Los investigadores confeccionaron su carta utilizando información oficial, suministrada por los propios gobiernos, respecto a tierras que durante los últimos cuatro años se arrendaron o concesionaron a transnacionales energéticas para que busquen petróleo y gas en la Amazonía de Brasil, Perú, Ecuador, Bolivia y Colombia.
El mapa muestra que las regiones señaladas para proyectos de petróleo y gas cubren ya más de dos tercios de la Amazonía en Perú y Ecuador. De 64 bloques de petróleo y gas que cubren el 72% de la Amazonía peruana, ocho ya están aprobados desde 2003 y por lo menos 16 fueron firmados en 2008. Se esperan mayores incrementos de esta actividad en Bolivia y el occidente de Brasil.
El resultado ha sido una evaluación alarmante de las amenazas que se ciernen sobre la biodiversidad y la población indígena de la región. El trazado muestra en detalle los proyectos de extracción de petróleo y gas de 35 compañías transnacionales en las áreas del Amazonas más propicias para la vida de diferentes especies de mamíferos, pájaros y anfibios.
“Hemos estado siguiendo los desarrollos de petróleo y gas en la Amazonía desde 2004 y el cuadro ha cambiado antes de nuestros ojos”, dijo Matt Finer, de Salvemos la Selva de América, un grupo ambiental establecido en EEUU. “Cuando se examina dónde están los bloques de petróleo y gas, se observa que coinciden perfectamente con sectores clave de la mayor biodiversidad, casi como por diseño, y éste en uno de los más grandes, si no el mayor, lugar de la biodiversidad en la tierra”.
Algunas regiones han establecido reservas de petróleo y gas, pero en otras, las compañías necesitarán cortar el bosque para efectuar pruebas que confirmen sus especulaciones, incluyendo explosivas investigaciones sísmicas y pruebas de perforación. Típicamente, las compañías dedican siete años a explorar una región antes de decidir si entrarán de lleno a la producción completa.
“La preocupación real es que cuando la exploración en una zona resulta acertada, comienzan los movimientos de la fase de desarrollo, que es cuando comienzan a abrirse los caminos, la perforación y las tuberías invaden la selva”, dijo Finer.
En un artículo escrito para el periódico “PLoS One”, Finer y otros científicos de la Universidad de Duke y de la ONG Tierra es Vida (Land is Life), un grupo medioambiental de Massachussets, llamaron a los gobiernos a que repiensen cómo se explotarán las reservas energéticas de la Amazonía.
Los autores del artículo arguyeron como un problema central que las compañías deben someter sus proyectos a una evaluación del impacto ambiental, que a menudo son estudios considerados de manera individual y no colectivamente. “No están observando el cuadro completo de lo que sucederá, ni tampoco verifican si, al mismo tiempo, existen cerca otros proyectos similares por ejecutarse”, dijeron. “Cada compañía podría estar creyendo individualmente que está actuando de manera relativamente responsable y custodiará bajo su control sus propias redes de carreteras, y así sucesivamente, pero ¿qué sucede cuando existen otros 15 proyectos alrededor?”, preguntó Finer. “De pronto, cuando se observe el cuadro completo, saltará a la vista una extensa red de caminos”, añadió. La creación de extensas redes de carreteras hará previamente inaccesible a la selva, a riesgo de la deforestación, la caza ilegal, depredación del bosque y transporte de troncos de árboles”, argumentaron los autores.
La investigación adicional del equipo encontró que muchos proyectos previstos de exploración y extracción se encuentran en tierras que son el hogar ancestral de muchos pueblos indígenas, que no han sido consultados y no tienen opción de opinar si un proyecto debe seguir adelante o no. Por lo menos 58 de los 64 bloques en Perú afectan tierras donde viven comunidades aisladas, y en 17 se está infringiendo la condición de reserva de áreas previamente asignadas a grupos indígenas.
“Esta manera de acometer desarrollos de hidrocarburos que se efectúa en la Amazonía occidental constituye una gruesa violación de los derechos de los pueblos indígena de la región”, dijo Brain Keane, de Tierra es Vida. “Existen acuerdos internacionales y leyes interamericanas de derechos humanos que reconocen a los pueblos indígenas el derecho a sus tierras y prohíben explícitamente el otorgamiento de concesiones para explotar recursos naturales en sus territorios sin su libre consentimiento anterior e informado”, añadió.
La resistencia indígena esta incrementando su organización y politizándose cada vez más, adquiriendo eficacia en niveles nacionales e internacionales. “Esta expansión ocurre en detrimento de nuestro pueblo y de la Madre Tierra”, advirtió José Antúnez, líder del pueblo Ashaninka de Perú.
Actualización de Matt Finer (de Salvemos la Selva, co-autor del informe en “PloS One”)
Esta historia noticiosa -que destaca las amenazas a que hace frente la Amazonía occidental ante los desarrollos de petróleo y gas- no sólo involucra a una de las mayores regiones de biodiversidad de la Tierra, sino, como hemos visto recientemente, es literalmente una cuestión de vida o muerte para los pueblos de la región. Mientras muchos análisis científicos previos y la atención global estaban centrados en la tala masiva de árboles en la Amazonía oriental de Brasil, nuestro estudio fue uno de los primeros en poner de relieve la magnitud y el alcance de las amenazas a que hace frente la Amazonía occidental, todavía en gran parte intacta (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y el occidente de Brasil).
Después de su publicación en el periódico científico PLoS ONE en agosto de 2008, la historia recibió una considerable cantidad de prensa internacional, incluyendo notas en “The Guardian”, “New Scientist”, “Associated Press” y varios periódicos importantes de Suramérica. Nuestro reportaje apareció en un momento particularmente oportuno, cuando los medios de información y el público se centraron en los altos precios y la dependencia del petróleo importado.
Mientras nuestro artículo disparaba la alarma sobre la crisis inminente en la Amazonía occidental y era observado por la comunidad científica, la mayor parte de las complejas cuestiones planteadas en nuestro trabajo continuaron permaneciendo en gran parte debajo del radar de los grandes medios públicos y de la gran prensa principal en EEUU.
En junio de 2009 hubo choques mortales en el norte del Perú entre la policía y los pueblos indígenas que habían estado protestando contra nuevas políticas, decretadas por el gobierno para cumplir un acuerdo de libre comercio con EEUU, que promueven explotaciones de petróleo, gas, minería, tala y transporte de troncos y proyectos de combustible biológico sobre tierras indígenas sin el consentimiento de las etnias. Este problema fue un tema importante abordado en nuestro artículo, bajo el título “Consentimiento previo, libre e informado”. Estos acontecimientos que, según se informa, dejaron más de 50 personas muertas, dieron lugar a una segunda ronda de notas de prensa que citaron nuestro artículo. “The New York Times” y “Reuters”, por ejemplo, destacaron nuestro hallazgo de que la gran mayoría de las concesiones de petróleo en la Amazonía peruana fueron asignadas en tierras con títulos indígenas.
Las cuestiones planteadas en nuestro artículo continúan teniendo importancia crítica. Las concesiones de petróleo y gas (en bloques) ahora cubren más de 700.000 kilómetros cuadrados de la Amazonía occidental, mucho más de lo que estimábamos en 2008. El problema de las nuevas exploraciones de petróleo y gas y el desarrollo de proyectos en áreas sensibles es particularmente severo en Perú y Bolivia, y también se incrementa en Colombia. En contraste, en Ecuador surgió un signo esperanzador que continúa promoviendo la innovadora Iniciativa Yasuni-ITT, que destacáramos en nuestro estudio. Ecuador está proponiendo dejar casi mil millones de barriles de petróleo, el 20% de sus reservas conocidas, sellados bajo tierra para siempre a cambio de fuentes de ingresos alternativos de la comunidad internacional.
Como los medios elaboran información a partir de nuestra investigación sobre la Amazonía occidental, para hacerla más accesible establecimos el sitio web www.WesternAmazon.org para proporcionar información y datos de nuestros estudios. También proporcionamos vínculos a cualquier noticia relacionada con nuestro estudio y el problema de los hidrocarburos en el la Amazonía.
Fuentes: “PloS One”, agosto de 2008, “Oil and Gas Projects in the Western Amazon: Threats to Wilderness, Biodiversity, and Indigenous Peoples”, por Matt Finer, Clinton N. Jenkins, Stuart L. Pimm, Brian Keane y Carl Ross; The Guardian UK, 13 de agosto de 2008, “Amazon rainforest threatened by new wave of oil and gas exploration”, por Ian Sample. Estudiante investigador: Rob Hunter Evaluador académico: Sasha Von Meier, Ph.D., Sonoma State University
Matt Finer, Clinton N. Jenkins, Stuart L. Pimm, Brian Keane y Carl Ross (PLOS ONE) e Ian Sample (THE GUARDIAN UK)
Traducción: Ernesto Carmona (especial para ARGENPRESS.infohttp://www.argenpress.info/2009/11/proyecto-censurado-la-amazonia.html
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