Los desarrollos turísticos son una amenaza latente para estos ecosistemas, advierten especialistas; el golfo de California ha perdido 60%.
Los desarrollos turísticos de playa representan muchas veces una amenaza para los ecosistemas de manglar. En el noroeste de México son aún más vulnerables. De acuerdo con el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), el golfo de California ha perdido casi 60% de la zona natural de este tipo.
Pablo Uribe Malagamba, representante del Cemda noroeste, afirmó que el modelo de desarrollo turístico basado en impulsar las construcciones de resorts, campos de golf y marinas es una amenaza latente para los manglares de esta región.
Sólo en Baja California Sur, indicó, los manglares están amenazados por al menos siete proyectos turísticos que están en construcción o en espera de las autorizaciones correspondientes. Sobresalen dos por estar ubicados en una emblemática zona de la ciudad de La Paz: Paraíso del Mar y Entremares.
Respecto a la obra en construcción de Paraíso del Mar —promovido por el empresario Luis Cano—, que está en la barra de dunas conocida como El Mogote, frente al puerto paceño y que divide en dos a la bahía, actualmente hay casas habitadas, además de que ya fue inaugurado el campo de golf.
Desde 2004, el Cemda presentó varios recursos de revisión a permisos otorgados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para construir instalaciones sobre manglares y desmontar áreas verdes de El Mogote.
Los abogados iniciaron un juicio de nulidad ante el Tribunal Superior de Justicia Fiscal y Administrativa que a la fecha se encuentra en la etapa de pruebas y hacia el mes de diciembre se prevé tener una sentencia.
Lo que el centro busca es la nulidad de la resolución de impacto ambiental, toda vez que afirma que el proyecto violó la NOM 022 de Protección de Humedales Costeros, al talar una hectárea de manglar.
El desarrollo tampoco argumentó científicamente los impactos que tendría sobre especies como delfines y el tiburón ballena que habitan en la bahía, éste último se alimenta a menos de 12 metros de la playa.
De igual modo, se solicitó a la Profepa su intervención para que cumpla con el compromiso de reforestar el manglar de Enfermería y que a la fecha no ha cumplido.
Otro proyecto, aún en planes
El segundo proyecto que se pretende desarrollar en la misma zona es Entremares, que busca la autorización de la Semarnat para construir en 390 hectáreas al menos 3 mil 420 unidades habitacionales y un campo de golf de 18 hoyos.
La obra es promovida por el empresario Agustín Olachea, quien asegura que es un “proyecto verde” y conservará “100% del manglar existente”, además de generar 6 mil empleos directos en su etapa de operación y 9 mil indirectos. El “megaproyecto” turístico se presentó el año pasado y se sometió a consulta pública. No obstante, fue rechazado por investigadores, especialistas, organizaciones civiles y estudiantes, sobre todo por la propuesta de incorporar un sistema de canales que, señalaron, obstruirían los flujos hídricos que alimentan al ecosistema de manglar, violando así el artículo 60 de la Ley General de Vida Silvestre (LGVS).
Según explica Uribe, al proyecto le hacía falta información. La Manifestación de Impacto Ambiental contenía imprecisiones y omisiones, entre ellas, no contemplaba las afectaciones realizadas por el proyecto vecino Paraíso del Mar, ni desarrollaba metodología para el monitoreo del tiburón ballena.
“No había ningún estudio que explicara la capacidad de carga del ecosistema; que nos indicara cuántos cuartos podía soportar estando ya un proyecto al lado”, expresó.
Por lo anterior, la Semarnat solicitó información a los desarrolladores; pero el plazo para emitir una resolución terminó hace mes y medio, por lo que Cemda está por presentar un oficio para solicitar la negativa.
Mientras “la moneda está en el aire” y el ecosistema de manglar, así como importantes especies marinas, se ven amenazados por un segundo proyecto en la misma zona.
Peter Patterson, director de la organización civil Guardianes del Agua, expresó que los manglares “estorban” a los desarrolladores turísticos que buscan la construcción de hoteles y marinas, y para ello tienen que rellenar hectáreas de mangle.
De esta forma, en el estado se han destruido varias zonas, afirma. Sólo en la bahía de La Paz, 60% del manglar existente. Otras áreas también han sido dañadas en Loreto, Mulegé, Cabo San Lucas, y también en Bahía Magdalena —ésta última considerada la zona de manglar más grande del Pacífico— donde además estos humedales enfrentan la amenaza de la actividad acuícola.www.ecoportal.net
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