El segundo miércoles de Octubre de cada año se celebra el Día Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales, instituido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 1990 hasta 1999. Posteriormente, en el año 2001, la Asamblea General decidió seguir observando ese día con el objetivo de promover una cultura mundial de reducción de los Desastres Naturales, que comprenda prevenirlos, mitigarlos y estar preparados para enfrentarlos.
Un Desastre Natural se puede definir como la ocurrencia de un fenómeno natural en un espacio y tiempo limitado que causa trastornos en los patrones normales de vida y ocasiona pérdidas humanas, materiales y económicas debido a su impacto sobre el ambiente, las poblaciones, propiedades e instalaciones. Sin embargo, no todo fenómeno es peligroso para el hombre. Por lo general convivimos con ellos y forman parte de nuestro ambiente natural. Por ejemplo, lluvias de temporada, pequeños temblores, crecida de ríos, vientos, etc. Aunque algunos, por su tipo y magnitud así como por lo sorpresivo de su ocurrencia, constituyen un peligro.
Según el criterio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los desastres se clasifican de la siguiente manera: Desastres Naturales y Desastres Tecnológicos. Entre los primeros se encuentran aquellos producidos por las fuerzas de la naturaleza y destacan los siguientes:
Desastres generados por Procesos Dinámicos en el interior de la Tierra:Sismos/Terremotos, Maremotos/Tsunamis, Erupciones Volcánicas
Desastres generados por Procesos Dinámicos en la superficie de la Tierra:Deslizamiento de Tierras, Derrumbes, Aludes, Aluviones, Golpe de agua o Huaycos.
Desastres generados por Fenómenos Metereológicos o Hidrológicos:Inundaciones, Sequías, Heladas, Tormentas, Granizadas, Tornados, Huracanes
Desastres de origen Biológico: Plagas, Epidemias.
Desastres Tecnológicos: Incendios, Explosiones, Derrames de Sustancias Químicas, Guerras, Terrorismo.
Es importante destacar que el hombre debe aceptar que está conviviendo con una naturaleza viva, que ésta tiene sus propias leyes de funcionamiento contra las cuales no puede atentar, la afectación a la naturaleza, los asentamientos en zonas de riesgo, la pobreza, la ignorancia, la despreocupación, son solo algunos de los factores que acentúan la peligrosidad de los desastres naturales. Cada día observamos con mayor frecuencia como países alrededor del mundo son víctimas de desastres naturales y Venezuela no escapa de esta realidad, nuestro país ha sufrido las consecuencias de innumerables fenómenos naturales que han ocasionados pérdidas humanas, materiales, económicas y ambientales a lo largo de los años.
Finalmente, es imprescindible incrementar y estimular la conciencia pública sobre la reducción mundial del riesgo, la vulnerabilidad y los desastres, generando una cultura de prevención y protección a través de programas de reducción de desastres a escala mundial, regional, nacional y local. www.ecoportal.net
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